Otro trozo de la historia de Algeciras al borde del derribo: la casa del violinista Regino Martínez, a la venta

Los herederos lejanos del músico tasan el inmueble en 400.000 euros con vistas a que sea adquirido por una promotora

El deterioro del edificio augura su demolición

La tasca ‘El Violinista’ de Algeciras echa el cierre en su mejor momento por un cambio de la propiedad

La casa del violinista Regino Martínez, a la venta.
La casa del violinista Regino Martínez, a la venta. / Claudio Palma

Algeciras/Algeciras está a punto de perder otro trozo de su historia. Esto no es algo novedoso, pero sí remueve la tristeza. La casa donde nació, vivió y murió Regino Martínez Basso, insigne violinista algecireño del siglo XIX, ha sido puesta a la venta por sus descendientes. Del grácil inmueble, situado en el número 31 de la popular calle Ancha, cuelga ahora un cartel de "se vende", sumando un capítulo más al declive de una de las calles más emblemáticas de la ciudad.

Con sus más de 460 metros cuadrados —tiene tres plantas construibles y el fondo llega hasta la paralela calle Convento— y una historia que se remonta al 4 de febrero de 1845, la vivienda familiar, que años después fue honrada con una placa en su fachada, se encuentra prácticamente en ruinas. Según los propietarios, es probable que sea adquirida por una promotora que la derribe para construir un edificio nuevo. Y aquí radica la paradoja que puede sorprender a los lectores: pese a ser la casa natal de una figura tan relevante, no consta que el inmueble esté protegido por ninguna normativa que impida su demolición.

El violín que dejó de sonar

Regino Martínez, nacido en este histórico inmueble, destacó desde muy joven como un prodigio del violín, siendo aclamado por su contemporáneo Pablo Sarasate, quien lo consideraba su maestro. A lo largo de su vida, Martínez combinó su carrera internacional con su retorno a Algeciras para cuidar de su madre en sus últimos años. Falleció en la misma casa el 27 de enero de 1901, sumiendo en luto a la ciudad.

El Ayuntamiento de entonces, queriendo perpetuar su memoria, rebautizó la calle Sagasta con su nombre, otorgando al músico un lugar permanente en la geografía y el corazón de Algeciras. Sin embargo, más de un siglo después, la casa que fue testigo de su vida y su música parece tener los días contados.

El deterioro del inmueble no es la única pérdida reciente para la ciudad. El pasado 31 de enero, la tasca El Violinista, situada en los bajos de la histórica vivienda, cerró sus puertas de forma inesperada. El negocio, abierto por Inmaculada Andrades con gran esfuerzo y tras una costosa reforma, había logrado convertirse en una referencia en una calle que ha visto desaparecer muchos de sus comercios más emblemáticos, como la cafetería Cabsy's, la pastelería Okay, la librería Belmonte y otros muchísimos más.

"La tasca iba mejor que nunca", comentaba entonces la propietaria a este periódico, aún sorprendida por la decisión de los herederos de Regino Martínez de vender el edificio. "Tras una Navidad increíble y después de todo lo que pasamos con el Covid-19, no esperábamos tener que cerrar". La reforma de El Violinista fue finalizada apenas unos días antes del confinamiento en marzo de 2020, y a pesar de las dificultades de la pandemia, el negocio sobrevivió. Sin embargo, hace nueve meses cerró por "causas ajenas a nuestra voluntad", según la dueña, dejando un vacío más en la calle Ancha.

'La tasca del violinista', cuando estaba abierta en la calle Ancha.
'La tasca del violinista', cuando estaba abierta en la calle Ancha. / Jorge del Águila

La calle Ancha, que antaño fue la arteria comercial y cultural de Algeciras, parece vivir un enero eterno de despedidas. Con cada negocio que cierra, se desvanece un poco más el brillo que la convirtió en la vía principal de la ciudad. Desde las tradicionales tiendas hasta las franquicias más modernas, han ido desapareciendo una tras otra, dejando atrás una atmósfera de nostalgia y melancolía.

El cierre de la tasca El Violinista fue solo el último ejemplo de este lento declive. Durante casi cuatro años, el negocio aportó vida y alegría a una calle que cada vez cuenta con menos puntos de encuentro. Ahora, con la casa de Regino Martínez a la venta, parece que el próximo episodio de la calle Ancha será el derribo de otro pedazo de historia.

Un futuro incierto

¿Qué será del número 31 de la calle Regino Martínez? La respuesta aún es incierta, pero lo que parece claro es que, en el mercado, el inmueble tiene más valor sentimental que arquitectónico para quienes recuerdan la historia del insigne violinista. Sin protección oficial y en un estado de deterioro avanzado, los propietarios no esperan otra cosa que su demolición. El precio de venta, 400.000 euros, refleja más el valor del suelo que el de la historia que alberga.

Este no sería el primer caso en el que una casa de un célebre algecireño cambia su destino. Hace una década, en 2014, primero una clínica de estética y luego una tienda de ropa ocuparon el edificio donde nació el poeta José Luis Cano, pese a que el inmueble contaba con la calificación de equipamiento público. En su momento, el Ayuntamiento proyectó darle un uso cultural, pero el convenio fue cancelado y el edificio pasó a ser un espacio privado con uso comercial, perdiendo así la oportunidad de convertirlo en un lugar dedicado a la memoria de otro ilustre hijo del municipio.

La placa en la fachada de la casa de Regino Martínez junto al cartel de 'Se vende'.
La placa en la fachada de la casa de Regino Martínez junto al cartel de 'Se vende'. / Claudio Palma

A medida que la ciudad crece y cambia, las viejas casas de su casco histórico van cayendo en el olvido, reemplazadas por nuevas edificaciones que poco recuerdan al pasado. Y así, como el eco lejano de un violín que se apaga, la memoria de Regino Martínez corre el riesgo de desvanecerse entre las sombras del tiempo.

Sin embargo, mientras la placa permanezca en la bonita fachada blanca y el nombre de la calle siga siendo el de Regino Martínez, Algeciras aún tendrá algo a lo que aferrarse, un pequeño recordatorio de la grandeza, la música y la cultura, que una vez habitó entre sus muros.

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