No pasa quien deja huella: Algeciras recuerda a Alberto Pérez de Vargas, el hijo predilecto que nunca se fue
Familiares, amigos y autoridades rinden homenaje al catedrático y escritor, cuya memoria sigue viva en la ciudad que siempre llevó en el corazón
Fotos del homenaje a Alberto Pérez de Vargas en Algeciras
Alberto Pérez de Vargas, el matemático que guardó a Algeciras en su corazón, fallece a los 82 años

Algeciras/El eco grave de su voz resuena aún en las esquinas de la Plaza Alta, en las páginas de sus libros y artículos, en las ondas de la radio, en el viento húmedo que llega del mar. Alberto Pérez de Vargas, matemático, catedrático, escritor y, sobre todo, algecireño, ha sido homenajeado este sábado, 1 de marzo, en un acto en el Salón de Plenos del Ayuntamiento. Ante su viuda, hijos, nietos y otros familiares, amigos de la infancia y quienes vieron en él un embajador incansable de su tierra, Algeciras ha recordado y agradecido la huella que "el querido profesor" dejó en el municipio y en la memoria de quienes lo conocieron.
“Alberto, desde su balcón en Madrid, siempre miraba a Algeciras”, ha declarado el alcalde José Ignacio Landaluce en el arranque del acto, evocando esa dualidad entre la ciudad que lo vio nacer y la que lo acogió académicamente. Con un tono contenido, recordó la ausencia que sigue latente desde su fallecimiento el pasado 27 de diciembre. “Con su memoria prodigiosa, captaba en el mismo plano la actualidad y los recuerdos, como un pintor en cada lienzo”, apuntó, en referencia a su amigo Antonio López Canales, presente en el acto. Y es que el propio López Canales tomó la palabra después para compartir anécdotas de adolescencia, de aquellos días en el Instituto donde Alberto era “el niño”, por ser el más joven del grupo, pero también por su precocidad intelectual.
“Aquel niño optimista y alegre siempre quiso desarrollar su otra gran vocación, la de escritor, la de comunicador”, recordó López Canales. Y lo hizo, sin duda. Su columna dominical Campo Chico en Europa Sur, sus intervenciones en Radio Algeciras y su último libro, Algeciras en el corazón y en la memoria, fueron testimonio de su amor inquebrantable por la ciudad, de su interés por capturar su historia a través de relatos de vida, de memoria oral y de una nostalgia sin amargura. "Algeciras debería fijar su nombre en algún lugar preferente", concluyó el pintor.
También el director de este periódico, Javier Chaparro, destacó esta faceta de Pérez de Vargas como cronista extraoficial de Algeciras. “No buscaba en los libros de actas del Ayuntamiento, ni en los documentos oficiales. Como Unamuno, Alberto buscaba en su memoria y en la de sus muchos conocidos en la ciudad para hablar de una Algeciras, la de su infancia y juventud, pero también la actual”.
El homenaje, lejos de ser un acto meramente protocolario, estuvo impregnado de una cercanía sincera. Roberto Godino, en representación de la Asociación de Emprendedores del Patrimonio Algecireño (AEPA), anunció que la entidad colaborará en la colocación de una cerámica en la calle Real, donde Pérez de Vargas tenía su casa. “Si Alberto era algecireño y estaba muy orgulloso de su ciudad, sobre todo Alberto era de la calle Real”, señaló.
Las palabras de todos los intervinientes fueron un recorrido por la figura de un hombre que logró prestigio académico fuera de Algeciras, pero nunca se desprendió de ella. Doctor en Matemáticas por la Universidad Complutense de Madrid, profesor en varias universidades y referente en la divulgación científica, Pérez de Vargas llevó siempre a su tierra en el corazón y en la memoria. “Hemos perdido, entre otras cualidades, a un gran embajador de Algeciras por todos los lugares donde ha estado”, apuntó López Canales.
El acto sirvió para transmitir un deseo compartido: que la ciudad perpetúe su legado más allá de los recuerdos personales. “Estoy seguro de que el Ayuntamiento le dedicará una calle, una plaza, un centro académico”, afirmó Chaparro. Porque, como decía aquel lema en las metopas que Alberto Pérez de Vargas confeccionó para su viejo Instituto, No pasa quien deja huella.
El acto concluyó cuando su viuda, Cristina Martínez Calvo, también matemática e investigadora, tomó la palabra. Se puso en pie en el Salón de Plenos y, con una mezcla de gratitud y resignación, se dirigió a la alcaldía y la corporación municipal: "Lástima que este homenaje haya sido a título póstumo, porque Alberto lo habría disfrutado enormemente. Nos vamos con un regusto amargo. Muchas gracias a todos por venir y ya nos vemos".
Tras la ceremonia, familiares y amigos se trasladaron a la parroquia de La Palma, donde se celebró una misa en su recuerdo. Algeciras ha despedido así a un hijo predilecto cuya huella es grande, profunda e indeleble.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por Universal Corpore, Departamento de Medicina Estética integrado en Clínica Universal