Juan Antonio Matas, un humilde y generoso algecireño

Obituario

El que fuera profesor recopiló durante años, y compartió de forma desinteresada, una gran colección de objetos y conocimientos de la historia de la ciudad

Pesar en Algeciras por la muerte de Juan Antonio Matas Serrano, persona muy vinculada a la cultura

Juan Ramón Matas
Juan Antonio Matas / E. S.

Algeciras/El día 1 de septiembre, a los setenta y seis años, falleció Juan Antonio Matas Serrano cuando se hallaba en su querida playa de El Rinconcillo. Todos cuanto estamos vinculados de alguna manera con la cultura en Algeciras y, sobre todo, aquellos que tuvimos la fortuna de haberlo conocido, haber contado con su amistad y haber recibido sus consejos de callado investigador y meticuloso coleccionista de objetos y noticias relacionadas con la historia, la arqueología y las tradiciones de nuestra ciudad, nos ha afectado profundamente la inesperada noticia de su muerte.

Porque se nos ha ido un gran algecireño, un hombre humilde, sabio y generoso, que, a diferencia de aquellos que acostumbran a guardar para sí los objetos y los datos que han ido reuniendo a lo largo de su vida sobre la relevante historia de su ciudad, Juan Antonio no ha dudado nunca en poner desinteresadamente al servicio de las instituciones locales y de todo aquel que se ha acercado a él con deseos de saber, noticias fiables, datos y consejos extraídos de sus abundantes conocimientos. Noticias novedosas y datos relacionados de la arqueología, la historia y las tradiciones de Algeciras reunidos pacientemente y adquiridos con su propio peculio durante años para evitar su irreparable pérdida, poniéndolos a disposición de aquellos que han estado interesados en la recuperación de la historia de Algeciras y de instituciones, como el Museo Municipal de la ciudad, que tiene como su principal cometido recuperar, estudiar y poner a disposición de los ciudadanos nuestro relevante pasado.

Y doy fe de ello, pues, cuando, entre los años 1996 y 2007, ostenté la dirección del Museo Municipal, durante los meses de preparación de las salas y las vitrinas (acompañado de los esforzados Miguel Vega, Rosabel O’Neil y Javier Castro Gálvez), disfruté de sus consejos y de su asesoramiento. Y, después, haciendo generosamente donación de parte de sus colecciones monetales medievales halladas en la localidad y de un magnífico lote de puntas de flechas procedentes de la prehistoria africana que él debió adquirir en sus visitas a anticuarios y a mercadillos de antigüedades. Y no puedo dejar de mencionar la excelente y única colección de fotografías de la Algeciras antigua y postales coloreadas editadas durante la Conferencia Internacional de 1906 y su no menos magnífica colección de periódicos y revistas de principios del siglo XX relacionados con un tema que le apasionaba especialmente: la citada Conferencia Internacional sobre Marruecos. Así como más de un centenar de fotografías y portadas de revistas de la época que puso a disposición del Museo y de todo aquel, historiador o aficionado a nuestro pasado, que quisiera copiarlas y poseerlas.

El día 1 de septiembre Algeciras perdió a un gran hombre. A un algecireño de pro, callado y humilde, entregado a la cultura de su ciudad, amante de su tierra y de su gente al que tanto debe su ciudad natal.

Descanse en paz.

Solo espero que el Ayuntamiento de Algeciras se haga cargo -de acuerdo con sus familiares- del importante legado material (libros, fotografías, óleos, portadas de revistas que tratan de la Conferencia de Algeciras de 1906, el decreto de convocatoria de la misma y artículos sobre la Conferencia publicados por el periódico francés Le Petit Journal y la revista estadounidense Harper’s Weekly, etc.) que ha dejado en su casa de la calle Juan Morrison, pues creo que ése era su deseo. Una fundación: “Fundación Juan Antonio Matas Serrano”, en la que se recoja, analice, estudie y se expongan sus relevantes colecciones.

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