El karkubi, la droga de los pobres, dispara las agresiones a sanitarios en Algeciras

El Consejo Andaluz de Colegios de Médicos emite una nota para avisar a los usuarios de los centros de salud que, si pierden una receta, deberán presentar una denuncia y aportar el resguardo

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Intervención de la Policía Nacional, en la que se incautaron miles de pastillas de benzodiacepinas destinadas a la producción de karkubi.
Intervención de la Policía Nacional, en la que se incautaron miles de pastillas de benzodiacepinas destinadas a la producción de karkubi.

Algeciras/El karkubi, una sustancia estupefaciente que mezcla psicotrópicos como el clonazepam (Rivotril) con hachís, alcohol o pegamento, ha empezado a tener un impacto alarmante en la salud pública y en la seguridad de los profesionales sanitarios en Algeciras. Conocida en algunos círculos como la droga de los pobres debido a su bajo coste y fácil acceso, esta mezcla peligrosa ha ganado terreno en las barriadas más vulnerables de la ciudad, especialmente entre los jóvenes.

El fenómeno no solo ha despertado preocupación por sus devastadores efectos en la salud, sino también por el incremento de agresiones físicas y verbales al personal médico, un problema que está afectando a los centros de salud del municipio.

La situación ha llegado a un punto crítico. De acuerdo con el último informe del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos (CACM), las agresiones a los sanitarios en Andalucía han aumentado, especialmente aquellas vinculadas con el intento de conseguir recetas de medicamentos psicotrópicos. En Algeciras, los médicos se han visto obligados a emitir una advertencia a los usuarios de los centros de salud: si se pierde una receta, se debe presentar una denuncia y aportar el resguardo correspondiente para que se pueda emitir una nueva. Según el coordinador contra las agresiones del CACM, Gaspar Garrote, se ha detectado una creciente demanda de recetas para obtener clonazepam, lo que ha llevado a la aparición de un mercado negro que incluso llega a países como Marruecos, donde la reventa puede generar miles de euros al día.

El presidente del CACM, Alfonso Carmona, ha alertado de las "verdaderas catástrofes" que está generando el karkubi en la población juvenil, que consume la droga por su bajo coste y la fácil obtención de los medicamentos prescritos. "El karkubi es accesible y barato, lo que lo convierte en una alternativa tentadora para quienes buscan soluciones rápidas a su adicción", ha explicado Carmona a la agencia EFE. A medida que los médicos se niegan a prescribir estos medicamentos, los pacientes recurren a la violencia para intentar conseguir lo que desean. La mezcla de clonazepam con hachís, alcohol o pegamento produce efectos alucinógenos que pueden derivar en episodios de paranoia y reacciones violentas, lo que agrava aún más el panorama en los centros de salud.

Rafael Gómez, presidente de la rama de Atención Primaria del Sindicato Médico Andaluz en Sevilla, también ha señalado que el problema de las agresiones está relacionado directamente con la demanda de estos psicotrópicos baratos. A su juicio, es fundamental un control más estricto sobre estos medicamentos, que no solo necesitan receta médica, sino que también deberían estar sujetos a un visado por parte de un inspector. Esto ayudaría a evitar que el mercado negro continúe expandiéndose y a proteger la seguridad de los médicos en sus puestos de trabajo.

Amenazas de muerte

El temor a las agresiones ha sido reflejado en varios incidentes recientes. En un centro de salud de San Juan de Aznalfarache (Sevilla), un médico fue amenazado de muerte por un paciente que exigía una receta de Rivotril, y en otros centros de la región, los profesionales se ven obligados a lidiar con constantes coacciones y ataques verbales debido a la negativa a prescribir medicamentos que podrían terminar en el mercado ilegal.

Aunque desde el Plan Nacional sobre Drogas se asegura que no hay indicios de un "consumo relevante" de karkubi a nivel nacional, el fenómeno sigue extendiéndose, especialmente en áreas marginales. La asociación Energy Control, dedicada a la reducción de riesgos en el consumo de drogas, ha señalado que el comercio ilícito de clonazepam es un fenómeno bien documentado, pero ha advertido de que los mitos sobre el karkubi pueden generar una estigmatización de quienes consumen la sustancia.

Con su bajo precio y fácil accesibilidad, el karkubi ha encontrado un nicho de mercado en comunidades con pocos recursos, donde se convierte en una opción peligrosa para jóvenes vulnerables. Su bajo coste y la posibilidad de mezclarlo con otras sustancias lo hacen atractivo, pero sus efectos pueden ser devastadores. La Policía Nacional, a través de su cuenta en TikTok, ha advertido sobre los riesgos de esta droga, subrayando que, aunque su precio sea bajo, es tan peligrosa como cualquier otra sustancia.

En un contexto de creciente violencia y demandas desmesuradas de estos fármacos, la comunidad médica y los cuerpos de seguridad piden una respuesta rápida y coordinada para frenar tanto las agresiones a los sanitarios como la expansión de este mercado negro que pone en riesgo la salud pública. La colaboración entre médicos, fuerzas de seguridad y administraciones públicas será crucial para detener el fenómeno antes de que se convierta en una epidemia aún mayor.

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