Las líneas de navegación en el puerto de Algeciras entre 1910 y 1936 (II)
ESTAMPAS DE LA HISTORIA DEL CAMPO DE GIBRALTAR
La flota de vapores que hacía el trayecto diario entre Algeciras y Gibraltar fue transferida a la 'Compañía de Vapores La Punta de Europa S. A.' a principios del siglo XX
Las primeras líneas de navegación en el puerto de Algeciras (1824-1912) (I)
La Compañía de Vapores La Punta de Europa, S. A.
La Compañía de Vapores del Sur de España fue creada a principios del siglo XX por la compañía Algeciras-Gibraltar Railway Company Limited, encargada de la construcción de la línea del ferrocarril de Bobadilla a Algeciras, con el fin de separar sus actividades ferroviarias de las marítimas. La flota de vapores que hacía el trayecto diario entre Algeciras y Gibraltar fue transferida a esta Compañía, aunque la empresa ferroviaria continuó explotándola en calidad de arrendatario.
El 30 de junio de 1913, la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces absorbió la Algeciras-Gibraltar Railway Company, incluyendo la flota de vapores que estuvo a su cargo hasta que el 15 de mayo de 1926 se creó la Sociedad Anónima de Vapores La Punta de Europa, siendo sus socios fundadores Francisco Vicente Montero Riera y Bernardo Sousa González. Al año siguiente, en noviembre de 1927, la Compañía de Vapores La Punta de Europa trasladó la zona de atraque de sus tres vapores, Margarita, Elvira y Aline, desde el muelle de Madera hasta el muelle de la Galera, donde se instaló una caseta de madera con las oficinas y el despacho de billetes hasta que se inauguró la Estación Marítima en 1928. Los vapores de la citada compañía hacían cinco viajes de ida y cinco de vuelta cada día.
A poco de adquirir la flota, la nueva Compañía, para modernizar sus antiguos buques, encargó a los Astilleros Echevarrieta y Larrinaga de Cádiz, el 27 de agosto de 1928, la construcción de un nuevo barco que se denominó Margarita II. Se trataba de un vapor de paletas o ruedas con dos máquinas, una eslora de 40,55 metros, una manga de 6,13 metros y un calado máximo a popa de 1,70 metros, estando autorizado para poder transportar 380 pasajeros. En el año 1931 esta Compañía realizaba el primer viaje del día a las 5 de la mañana desde Algeciras transportando, preferentemente, trabajadores españoles.
La Sociedad Anónima de Vapores La Punta de Europa vendió el vapor Elvira en 1929 a una empresa sevillana que, a su vez, lo mandó al desguace en septiembre de 1934. El viejo Margarita I había sido desguazado en marzo de 1932. Para sustituir a estos dos barcos y al Aline, que se encontraba fuera de servicio, encargó en el año 1934 la construcción de la motonave Aline II a los Astilleros de la Sociedad Española de Construcción Naval propulsada por dos motores diésel. En septiembre de 1935 el Aline fue vendido a José Quinto Vercher por el precio de 5.000 pesetas. Según refiere Manuel Rodríguez en su documentado libro sobre los Prácticos del puerto de Algeciras, al iniciarse la Guerra Civil su propietario huyó a la zona republicana y el buque quedó abandonado en el puerto de Algeciras, teniendo que cuidar de su conservación y vigilancia la Comandancia de Marina… El Comandante General del Departamento de Cádiz ordenó que se reparase y habilitara para servir de buque escuela de la Sección Naval del Frente de Juventudes de Algeciras.
La Compañía Valenciana de Vapores de África
A principios del siglo XX la marina mercante española disponía de pocos buques y carecía de la industria naval necesaria para el mantenimiento y desarrollo de una flota que pudiera competir con las prestigiosas marinas extranjeras. La Ley de Protección y Fomento de las Industrias y Comunicaciones Marítimas, impulsada por Antonio Maura y aprobada por las Cortes el 14 de junio de 1909, establecía una serie de normas para organizar las comunicaciones por mar y ordenar el tráfico marítimo con Baleares, África y Canarias, reservando el cabotaje nacional a los buques españoles y estableciendo las subvenciones a algunas líneas consideradas estratégicas, al mismo tiempo que fomentaba los convenios entre las compañías del ferrocarril y las de navegación para constituir transportes combinados e incentivar la iniciativa privada.
En el Artículo 17, la Ley preveía que se otorgarían concesiones de las líneas de comunicación regulares mediante concursos a los que podrían concurrir los armadores españoles interesados, disponiendo de subvenciones para hacer viables dichas líneas. Por Real Decreto de 8 de abril de 1910 el Ministerio de Fomento convocó concurso para la adjudicación de las líneas que unían los puertos del sur de la Península con los del Norte de África, siendo el de Algeciras uno de los que disponía de más itinerarios, ocho en total, en los que estaban incluidos los puertos de Ceuta, Algeciras, Río Martil, Tánger, Larache y Cádiz.
Ese mismo año se creó la Compañía Valenciana de Vapores Correos de África con el fin de poder concursar en la concesión de las líneas del Estrecho. La citada Compañía surgió de la fusión de la Compañía Valenciana de Navegación y la naviera La Roda Hermanos. La nueva empresa contaba con doce buques, aunque tuvo que adquirir otros siete para alcanzar los diecinueve necesarios para poder prestar el servicio en las líneas del Estrecho y África. Tres de ellos fueron vapores italianos abanderados en España con los nombres de A. Lázaro, J. J. Sister y Vicente Puchol, adquiridos por un precio de diez millones de pesetas, y los otros cuatro eran de procedencia británica, bautizados como Ausías March, Barceló, Luis Vives y Jorge Juan. Con estas adquisiciones, la Compañía cubría las exigencias del pliego de condiciones y estaba preparada para dar un servicio de calidad en las líneas del sur de España y África.
Cinco buques de esta Compañía que frecuentaron el puerto de Algeciras, entre octubre de 1911 y febrero de 1914, aparecen citados en las actas de la Junta. Fueron el J. B. Llovera, que había sido adquirido en Inglaterra; el Teodoro Llorente, otro yate también procedente de Inglaterra que hasta el año 1913 se había llamado Roxana, Maroussia y Zenaida; el Vicente Ferrer; el Vicente la Rodan y el Canalejas. El J. B. Llovera era un yate construido en el año 1880 por Cunliffe & Dunplop Ltd. de Glasgow con 754 toneladas de registro bruto y el Teodoro Llorente, construido por D.& W. Handerson & Co. Ltd. de Glasgow, con un registro bruto de 907 toneladas, 67,41 metros de eslora total, 8,62 metros de manga y un calado de 3,10 metros.
En 1917, la Compañía mantenía un servicio entre Cádiz, Tánger, Algeciras y Ceuta que tenía el siguiente horario: salidas de Cádiz para Algeciras todos los martes, viernes y sábados a las 7 de la mañana; salidas de Tánger para Algeciras todos los martes, viernes y sábados a las 6 de la tarde, los lunes y jueves, a las 11 de la mañana y los domingos a las 7 de la tarde. Las salidas de Algeciras para Tánger los miércoles y domingos a las 3 de la tarde y las de Tánger para Algeciras los lunes y jueves a las 11 de la mañana enlazaban con el servicio de trenes expresos París-Madrid-Algeciras.
La Compañía Trasmediterránea
La Compañía Trasmediterránea se constituyó en Barcelona el 25 de noviembre de 1916 con un capital social de 100 millones de pesetas, comenzado su actividad el primero de enero de 1917. El aporte financiero y de buques procedía de la citada Compañía Valenciana de Vapores Correos de África, de la Sociedad Línea de Vapores Tintoré, de la Ferrer Peset Hermanos y de la Sociedad Anónima Navegación e Industria. A lo largo del año 1917 se adquirieron las flotas de las Compañías Marítima de Barcelona y Compañía Anónima de Vapores Vinuesa, y un año después las de Isleña Marítima y Compañía Mahonesa de Vapores.
Por Real Orden de 12 de diciembre de 1917 del Ministerio de Fomento se unieron a las líneas que poseía Trasmediterránea, por subrogación de la Compañía Valenciana de Vapores Correos de África, nuevas líneas que unían Canarias con la Península y que, desde 1910, las tenía adjudicadas la Compañía Navegación e Industria. En 1918, la Compañía contaba con cincuenta y tres unidades, número que se fue incrementando con nuevas aportaciones en los años siguientes. En lo que se refiere a las líneas del Estrecho, entre los años 1917 y 1930 navegó en sus aguas el General Fernández Silvestre, hasta que entraron en servicio las motonaves Miguel Primo de Rivera y General Sanjurjo (de las que se tratará en el siguiente artículo) cuando fue vendido a una empresa de San Sebastián.
Entre 1917 y 1926 navegó el J. B. Llovera que, como el General Fernández Silvestre, procedía de la Compañía Valencia de Vapores Correos de África. Estuvo en activo, de manera casi continua, en la línea Algeciras-Ceuta para carga y pasaje hasta el año 1926 en que fue abordado en aguas del Estrecho por el A. Cola y se hundió. Otro vapor que procedía de la citada Compañía Valenciana era el Teodoro Llorente que estuvo al servicio de la Compañía Trasmediterránea entre los años 1917 y 1927, siendo enviado en 1924 para cubrir la línea Barcelona-Ibiza-Palma de Mallorca y desguazado en 1927 en el puerto de Barcelona.
Un vapor que aparece en varias ocasiones en fotografías que se conservan en el Archivo de la Autoridad Portuaria, y que estuvo en servicio en las líneas del Estrecho entre 1917 y 1925, fue el Hespérides. Había sido construido en los astilleros de Wigham Richardson & Co. de Newcastle en 1892 por encargo de la Sociedad Anónima Navegación e Industria, e incorporado a Trasmediterránea en 1916. En enero de 1917 pasó a cubrir las líneas del Estrecho, participando en 1925 en el desembarco de Alhucemas transportando tropas desde Algeciras hasta Wad Lau (Extractado de mi libro El Puerto Bahía de Algeciras. 3000 años de historia, UNED-Madrid, Algeciras, 2013).
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