Siria, ¿qué viene ahora?
Líneas de navegación regulares entre Algeciras y Gibraltar (1824-1934)
Estampas de la historia del Campo de Gibraltar
'El Vencedor', el 'Primero de Algeciras' o el 'Elvira', algunos de los vapores pioneros en el servicio de pasajeros en la bahía
Los trasatlánticos de la American Export Lines y de la Italian Line fondearon en el puerto algecireño entre 1955 y 1975
La pesca en el puerto de Algeciras entre 1906 y 1939
A pesar de la inexistencia de aguas abrigadas y de las mínimas infraestructuras portuarias, por su estratégica situación en la entrada del mar Mediterráneo y su cercanía con el norte de África, aducidas por las autoridades municipales y algunos ingenieros -que llegaron a redactar proyectos portuarios entre 1859 y 1895- para justificar la necesidad de construir un puerto en Algeciras, al menos desde los años sesenta del siglo XIX, el incipiente puerto de Algeciras era escala obligada de compañías de navegación que, bien mediante líneas regulares o con escalas discontinuas, arribaban a su puerto para cargar o descargar mercancías o transportar pasaje.
Se tiene constancia de la existencia de una línea regular de navegación entre los puertos de Algeciras y Gibraltar en 1824. En ese año, el viajero francés Isidore Taylor refiere que "la travesía de Algeciras a Gibraltar la hacen barcos de bellas líneas, cuyas cualidades náuticas son muy apreciadas por los marineros. La distancia es de unas tres leguas y se desembarca en un magnífico puerto siempre abarrotado de mercancías de las cinco partes del mundo". En el año 1850 se hace referencia explícita, a través de revistas especializadas, al servicio regular de vapores existente entre los puertos de Algeciras y Gibraltar que efectuaban dos viajes de ida y otros dos de vuelta al día. El Iris, Boletín de Intereses Locales, Literatura y Bellas Artes, publicado en Algeciras con una periodicidad de, al menos, ocho números al mes, recogía el 2 de julio de 1850 la noticia de que "el vapor de hierro El Vencedor saldrá de ésta a las 7 de la mañana y 2 de la tarde, y de Gibraltar a las 11 de la mañana y 6 y media de la tarde. Los domingos de (Algeciras) a las 8 de la mañana y 6 de la tarde. De Gibraltar a la 10 y media de la mañana y 7 y media de la tarde".
Según la Guía Oficial de Cádiz, su provincia y departamento del año 1883, citada por el investigador Manuel Rodríguez Barrientos, en aquel año se realizaban tres viajes diarios entre Algeciras y Gibraltar a cargo de los vapores de la línea de Thomas Haynes cuyos nombres eran Calpe Foundry y Primero de Algeciras”. Esta compañía mantenía también un servicio regular entre los puertos de Cádiz, Tarifa, Algeciras, Gibraltar, Málaga, Tánger, Ceuta, Río Martil y Huelva.
El vapor Primero de Algeciras, de rueda de paletas, estuvo en servicio hasta el año 1901. En los días en que este viejo vapor dejó de surcar las aguas de la bahía, el escritor algecireño José Román Corzanego publicó la siguiente crónica en La Revista: "Fue durante muchos años el único que cruzó la bahía llevándonos a la plaza inglesa. Sus rústicos bancos, su enorme chimenea amarilla y negra, su máquina gastada, sus palas ya rocosas y carcomidas eran tan conocidas como los rincones de nuestra casa". En 1896 el escritor Rafael Gisbert, cuando entraba en la bahía a bordo del vapor correo El Apostol, procedente de Ceuta, dice: "Ya entrábamos en la bahía, cuando un vapor de ruedas que venía de Gibraltar nos cruzó enfilando hacia un muelle alto, sobre pilares de armadura de hierro". En otro pasaje de su relato, Gisbert describe con estas palabras la embarcación en la que él hizo el viaje desde Algeciras a Gibraltar: "Nosotros seguimos también por ese muelle (de Madera) y pasamos al barco próximo a salir. Cuando me vi en aquella cubierta, llena de butacones de mimbre, bajo el toldo de colorines, y observé a los marineros en la maniobra con sus uniformes impecables, sentí una sensación rara que no puedo definir".
Cuando en el año 1892 se acabó el tendido de la Línea del Ferrocarril de Bobadilla a Algeciras y, dos años más tarde, se puso en servicio al muelle de Madera, la The Algeciras-Gibraltar Railway Company Limited, propietaria de la citada línea y del muelle, creó un servicio propio de vapores para unir el puerto de Algeciras con el de Gibraltar. Estos vapores hacían sus rotaciones en combinación con el horario de los trenes que partían o llegaban a la terminal ferroviaria del puerto algecireño. El primer vapor que hizo la travesía entre el muelle de Madera y el de Gibraltar fue el Elvira, que era un barco de paletas que hacía cuatro viajes diarios entre ambos puertos.
El Elvira había sido construido en el año 1892 en Glasgow. El casco era de acero y presentaba una eslora de 33,66 metros, una manga de 5,66 y un calado máximo a popa de 1,98 metros y a proa de 1,54. Disponía de una máquina de vapor de 70 caballos alimentada por una caldera que quemaba carbón asociada a dos ruedas de paletas que le proporcionaban una velocidad de 11,5 nudos, según escribe el señor Rodríguez Barrientos en su documentado libro El puerto de Algeciras y sus prácticos. Más tarde se unieron a este buque los también vapores de ruedas Margarita y Aline. El Margarita, de similares características técnicas que el Elvira, aunque algo mayor, había sido construido en Glasgow en 1896. Ambos vapores navegaron bajo pabellón inglés hasta que el 11 de febrero de 1897 fueron matriculados en Algeciras. Sabemos que en 1901 el viaje en el Elviracostaba la cantidad de 1,25 pesetas.
Pero sería a partir de 1910 y, sobre todo, de 1917, una vez que estuvo operativo el muelle de la Galera, cuando nuevas líneas de navegación elegirían Algeciras como puerto de escala y otras, que estaban interesadas en hacerlo, no llegarían a utilizarlo por diversas circunstancias de índole político o por la posibilidad de poder perjudicar a otros puertos cercanos. El 19 de febrero de 1913 el Ingeniero Director comunicó a la Junta de Obras del Puerto que se estaban ejecutando trabajos de dragados con la intención de "atraer líneas de navegación que, hasta ahora, no frecuentan el puerto, entre ellas la Trasatlántica española y otra alemana".
A principios del siglo XX se había creado la Compañía de Vapores del Sur de España por la compañía del ferrocarril Algeciras-Gibraltar Railway Company Limited con el fin de separar sus actividades ferroviarias de las marítimas. Con ese nombre aparece en una de las actas de la Junta de Obras levantada el 8 de mayo de 1907. La flota de vapores que hacía el trayecto diario entre Algeciras y Gibraltar fue transferida a esta Compañía, aunque la empresa ferroviaria continuó explotándola en calidad de arrendatario.
El 30 de junio de 1913 la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces absorbió la Algeciras-Gibraltar Railway Company, incluyendo la flota de vapores que estuvo a su cargo hasta que el 15 de mayo de 1926 la vendió a la Sociedad Anónima de Vapores La Punta de Europa, siendo sus socios fundadores Francisco Vicente Montero Riera, Francisco María Montero de Sola y Bernardo Sousa González. Al año siguiente, en noviembre de 1927, la Compañía de Vapores La Punta de Europa trasladó la zona de atraque de sus tres vapores: Margarita, Elvira y Aline, desde el muelle de Madera, que sería desmantelado al año siguiente, hasta el cantil norte del muelle de la Galera, donde se instaló una caseta de madera con las oficinas y el despacho de billetes, hasta que se inauguró la Estación Marítima en 1928, en la que la Compañía dispondría de un local para despacho de billetes. Posteriormente se trasladó el atraque de sus vapores al muro sur del muelle, donde permanecería hasta la desaparición de la línea marítima que unía el puerto de Algeciras con el de Gibraltar en el año 1969, aunque siguieron ocupando dicho punto de atraque entretanto que estos barcos estuvieron atendiendo a los trasatlánticos que fondeaban en la bahíade la American Export Lines: el Constitution y el Independence y de la Italian Line: el Cristoforo Colombo, el Leonardo da Vinci, el Raffaello y el Michelangelo (de los que se tratará en un próximo capítulo).
A poco de adquirir la flota, la nueva Compañía, para modernizar sus antiguos buques, encargó a los Astilleros Echevarrieta y Larrinaga de Cádiz, el 27 de agosto de 1928, la construcción de un nuevo barco que se denominó Margarita II. Se trataba de un vapor de paletas o ruedas con dos máquinas y de dimensiones similares a las del Aline, con una eslora de 40,55 metros, una manga de 6,13 metros y un calado máximo a popa de 1,70 metros, estando autorizado para poder transportar 380 pasajeros. De acuerdo con lo recogido en las actas de la Junta, en el año 1931 la Compañía de Vapores La Punta de Europa realizaba un primer viaje que salía de Algeciras a las 5,50 de la mañana utilizado preferentemente por obreros de Algeciras que trabajaban en las diversas compañías y empresas privadas de Gibraltar y en el arsenal.
La Sociedad Anónima de Vapores La Punta de Europa vendió el vapor Elvira en 1929 a una empresa sevillana que, a su vez, lo mandó al desguace en septiembre de 1934. El viejo Margarita había sido desguazado en marzo de 1932. Para sustituir a estos dos barcos y al Aline que se encontraba fuera de uso en el puerto, encargó en el año 1934 la construcción de la motonave Aline II a los Astilleros de la Sociedad Española de Construcción Naval. En septiembre de 1935 el Aline I fue vendido a José Quinto Vercher por el precio de 5.000 pesetas, según refiere Manuel Rodríguez: Barrientos: "Al iniciarse la Guerra Civil su propietario huyó a la zona republicana y el buque quedó abandonado en el puerto de Algeciras, teniendo que cuidar de su mantenimiento la Comandancia de Marina. En vista de ello, el Comandante General del Departamento de Cádiz ordenó que se reparase y habilitara para servir de buque escuela de la Sección Naval del Frente de Juventudes de Algeciras con el nombre de José Antonio, hasta que en 1940 José Quinto Vercher lo vendió a un grupo de tres valencianos por el precio de treinta y dos mil pesetas. En octubre de 1942 causó baja en la inscripción de Algeciras y pasó a la matrícula de Valencia, donde tomó el nombre de Ruzafa".
Temas relacionados
No hay comentarios