Un lugar lleno de historia y misterio
El Convento, residencia del gobernador de Gibraltar, es uno de los edificios más emblemáticos del Peñónl Acceso Los jardines de la residencia suelen acoger numerosos actos sociales. Además, hay jornadas de puertas abiertas.
La calle Real de Gibraltar, que es peatonal casi en su totalidad, desemboca en Convent Place, en cuyo número 6 está la sede oficial del Gobierno del Peñón. También está allí la residencia del gobernador, cargo que ostenta en la actualidad el vicealmirante Sir Adrian Johns.
El Convento -The Convent- es el nombre de esta majestuosa residencia, un edificio lleno de historia y de misterio en cuya entrada se vive a diario una de las estampas más fotografiadas en Gibraltar, el cambio de guardia.
No es difícil imaginar el porqué de este nombre. En sus orígenes, el inmueble fue un convento de frailes franciscanos que llegaron a Gibraltar durante el reinado de Carlos I de España, y que siguieron afincados incluso después de la guerra e invasión por parte de las tropas anglo-holandesas. Su construcción comenzó a principios del siglo XVI.
Lo que sí es complicado es acceder al Convento. La entrada está totalmente restringida, aunque sus jardines, con una superficie aproximada de 2.000 metros cuadrados, albergan numerosos actos sociales y recepciones durante el año.
Además, el gobernador suele celebrar cada año unas jornadas de puertas abiertas para que los gibraltareños puedan ver los jardines y conocer algunos de los entresijos del palacete. Estas jornadas tienen siempre carácter benéfico.
En los jardines hay una rica diversidad de especies botánicas nativas y exóticas, tales como el drago de Canarias. De hecho, un drago que fue plantado por los frailes a finales del siglo XV es uno de los tesoros botánicos del Peñón. Otro detalle curioso es que la tristemente fallecida Diana de Gales y el príncipe Carlos plantaron un árbol en los jardines en agosto de 1981.
El Convento posee un edificio adyacente que data de 1560 y que es conocido como la capilla del Rey. Esta capilla es, junto a la Sagrada Trinidad, uno de los lugares de culto más destacados de la comunidad protestante de Gibraltar. A este enclave se puede acceder desde la calle Real.
En esta residencia hay además lugar para el misterio: la leyenda de la dama de gris. Una chica española de buena familia, Alitea, se enamoró de un chico al que sus padres no aceptaban. Por este motivo, fue obligada a hacerse monja. Cuenta la historia que su amado no desistió y que logró que aceptara huir con él. En la escapada él cayó al mar y murió contra las rocas. Alitea fue sentenciada a ser enterrada viva en la iglesia. Dicen que su fantasma deambula por los pasillos.
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