El mapa político se abre en Algeciras

La presentación pública de la renovada Algeciras 100x100 el pasado martes se hizo de rogar tras algunas semanas de espera, pero el proyecto político que vio la luz en 2019 ha regresado y con más margen de tiempo que en su primer intento para presentar batalla. Los cuatro miembros de su junta gestora apenas si son conocidos para el gran público, aunque tiene tiempo el partido para construir un discurso propio, ajeno a las pesadas mochilas de PP y PSOE, y también expectativas y terreno para abrirse hueco en una ciudad donde el porcentaje de participación en las elecciones municipales de 2023 no llegó siquiera al 50% del censo.

Hay margen, igualmente pero no más allá de 2025, para que la formación algecireña proyecte una imagen de solvencia con la celebración de un congreso donde los afiliados elijan a los integrantes de su dirección y aprueben los estatutos del partido. También para que despejen una cuestión clave: la elección del candidato a la Alcaldía.

Con José Ignacio Landaluce pendiente de resolver su futuro político después de cuatro mandatos nada sencillos a sus espaldas -especialmente, en los últimos meses-, un PSOE con tan solo siete concejales (el total en la Corporación es de 27) y un Vox ausente de la escena municipal, las posibilidades de que los 100x100 logren una representación digna no son a priori desdeñables. A todo ello se suma que la desaparición de Ciudadanos dejó huérfano un espacio de centro moderado, capaz de pactar a uno y otro lado. Hay quienes ningunean a los 100x100 especiales con una sonrisilla de medio lado, pero en la calle Convento hubo el martes toque de corneta desde bien temprano para movilizar a los efectivos: con tal de eclipsar la presentación del resucitado partido, hasta nueve comunicados de prensa dieron cuenta ese día de la amplia agenda de actividades protagonizadas del alcalde y los concejales.

Son conocidas las exitosas experiencias de los 100x100 en La Línea de la Concepción y Los Barrios, si bien el punto de partida de estas dos formaciones localistas era muy distinto del de Algeciras. Las desastrosas herencias legadas por los respectivos predecesores en las alcaldías de esos dos ayuntamientos, con deudas municipales contabilizadas en cientos de millones de euros y plantillas de trabajadores sobredimensionadas a más no poder, invitaban a un cambio de rumbo que en la Algeciras de 2024 no todos los ciudadanos ven.

Puede que el camino y los resultados electorales de los 100x100 algecireños dependan en buena medida de que cuenten con la experiencia, el respaldo, el asesoramiento y/o la complicidad de sus aliados linenses y barreños. O de que el electorado aprecie, o no, que es el momento de dar voz a nuevos perfiles políticos, basados más en la cercanía y en la praxis que en el “modelo hermano mayor”, practicado por populares y socialistas para amparar a sus alcaldes. Sea como fuere, el mapa electoral se ha abierto.