Mural de homenaje a Federico García Lorca: 'Si muero, dejad el balcón abierto'
Museo de Algeciras | La pieza del mes
El maestro de teatro José Luis Muñoz Jiménez propuso a la artista Cris L. Vargas la creación de un mural basado en el genial poeta granadino
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Algeciras/Si muero, dejad el balcón abierto (2011, lápices cerámicos sobre losetas, 160x300 cm.) es un mural ubicado en el Parque María Cristina de Algeciras idea del maestro de teatro José Luis Muñoz Jiménez que impulsó el Ayuntamiento de Algeciras y ejecutó la artista Cris L. Vargas. Restaurado recientemente por Celia Torres, consta en el Inventario de fondos del Museo Municipal con el registro 3.966, formando parte de la Colección de Loza y Azulejos.
El genial Pepe Luis, que así lo llamábamos sus alumnos y allegados, frustrado por lo incómodo que era cada año realizar los actos del Día Mundial del Teatro en la antigua ubicación donde se encontraba el busto de Lorca (junto a las murallas medievales), decidió darle un nuevo giro creativo a la solución.
“Hay una casetilla de la luz en el parque con un hueco para poner el busto y otro para un mural. ¿Te apetece pintar algo para crear una composición y así poder celebrarlo ahí cada 27 de marzo?”. Así fue como Pepe Luis me propuso el plan. De primeras me abrumó la responsabilidad de que una obra mía quedara permanentemente expuesta en un sitio tan visible de la ciudad, pero rápidamente entendí la importancia y el privilegio de la “misión” y nos pusimos manos a la obra.
El concepto del mural surgió del mencionado poema, como broche a su obra tan influenciada por la muerte. Pero también se pretendía evocar a siguientes etapas, a la esperanza, a la libertad. Tras varios bocetos llegamos al elegido, en el que un ser alado representaba al alma, la misma que viaja a través de un balcón asomado al mar custodiado por la luna, también muy presente en la obra del granadino.
Redondearíamos la composición con un título en la parte superior: "Calorca". Un juego de palabras con Lorca y calor que formarían un vocablo inacabable, infinito, como el alma del poeta y su legado artístico. Para dar forma a todas estas ideas, el dibujo lo llevé a cabo con lápices y tizas cerámicas sobre azulejos, que finalmente fueron lacadas en horno para protegerlas del tiempo y a su vez, dotar de intensidad a los colores.
Desde su nacimiento hasta hoy, la obra se ha visto expuesta a los elementos y a sí misma. Las constantes contracciones y dilataciones del material, sumado al escaso espacio de separación entre las piezas, y el marco de obra que lo perimetraba, fomentaron que a finales del 2024 fuera necesario abordar su restauración. Estos factores provocaron que las dos hileras centrales del paño se separasen del conjunto, formando una “panza”, provocando la caída y fractura de algunas piezas.
Para la intervención, se signaron todas las losetas para localizar daños y reubicarlas una vez retiradas. Posteriormente se protegieron y retiraron las piezas de las dos hileras afectadas, determinándose que el resto del mural se encontraba demasiado adherido, suponiendo un gran riesgo de fractura del conjunto. Por tanto, se decidió retirar el marco de obra perimetral, aliviando tensión y facilitando el acceso al perímetro, para la retirada de las piezas superiores que también estaban sueltas y la consolidación de todo el conjunto. Posteriormente se alicataron las piezas retiradas e intervenidas en taller, para finalmente llaguear, limpiar y ajustar las piezas que lo necesitasen, dando paso a los técnicos de vías y obras para el enlucido final del conjunto.
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