Noelia Pérez conecta la devoción andaluza con el cante jondo en la XXVIII Exaltación de la Saeta de Algeciras
La joven cofrade protagoniza un completo acto organizado por la Levantá, con la brillante participación de las saeteras Naomi Santos y María Montilla, además de la Banda de Música Armando Herrero
Fotografías de la Exaltación de la Saeta de La Levantá a cargo de Noelia Pérez

Algeciras/“Eres mi más bella saeta, que suena en el fondo de mi corazón”. Noelia Pérez, una de las jóvenes con mayor irrupción en el mundo de las cofradías algecireñas en los últimos, interpretó una notable y armónica XXVIII Exaltación de la Saeta, uno de los principales pórticos y anuncios de la próxima Semana Mayor que ya se otea en la Bahía a menos de 15 días. Pérez Arias quiso poner en alza y mantuvo muy presente durante la obra su devoción por los Titulares de la Archicofradía Carmelita, situados a sólo unos metros del atril, distancia entre el retablo mayor de la Capilla de la Caridad y el patio principal del Museo Municipal de Algeciras, sede del acto, de nuevo organizado sobresalientemente por la Tertulia Cofrade La levantá.
Ahondó sobre esa única y vibrante relación inversa en la “alegría de la pena” que regala la saeta, lo que le permitió dibujar a la exaltadora un esbozo de lo que supone la forma de entender la vida en el sur de España, para aquellos de la “sangre blanca y verde”. Con una notarial alocución de entrada, Pérez recorrió las diferentes advocaciones de la ciudad pidiendo que “arríen el paso” y aguardar a esa llamada que el “dolor permite calmar, desde un balcón preparado en el que el canto se convierte en rezo”.
Así versó sobre la honda herencia andaluza de la saeta. como máxima forma de expresión y dolor de un rezo a través del cante: “la niña de cuna de nuestra bella Andalucía a la que pusieron por nombre saeta”.
No faltó un itinerario perfecto por las dolorosas algecireñas en una sensible suerte de duermevela literaria, que teatralmente consiguió rescatar pasajes, advocaciones marianas y sensibilidades del amor y devoción a María en Algeciras, a través del cante de la saeta. Así como su intrínseca relación cristiana que siempre se ha de llevar por bandera “amar a los enemigos, bendecir a los que nos persiguen”.
Un rezo mirando hacia la calle Tarifa, a sólo unos metros y la misma dirección que el atril de la exaltadora, recordó a Diego Valencia y su enorme enclave geográfico para la Hermandad de la Buena Muerte el Miércoles Santo, primitiva y gran devoción de Noelia Pérez. Quién recordaba desde muy pequeña ver al crucificado alejarse con “los brazos abiertos en señal del Caridad” y tras él “la madre de Dios, la Virgen más divina y humana”, en relación a María Santísima del Mayor Dolor. También quiso aprovechar para reivindicar la gran devoción a la Virgen del Carmen, “mi reina, con corona o sin corona, aunque no quiera el Obispo”, en relación al ansiado y deseo de antaño de coronar canónicamente a la ‘reina de los mares’, cada 16 de julio.
Un recorrido por los rincones más especiales de la ciudad por los que transitan las diferentes hermandades, a modo de recomendaciones para escuchar y dejarse envolver por la saeta perfecta, a sones de dos notables violonchelistas, a los sones de La Saeta de Serrat, cerró una destacada XXVIII Exaltación de la Saeta.
El dulce y femenino arte de la saeta
Destacar de una manera extraordinaria las intervenciones de las dos saeteras invitadas al acto, María Montilla y Naomi Santos, especialmente en la segunda intervención de ésta última que logró arrancar los olés más verdaderos desde el atrio del museo y elevar enormemente la calidad musical del acto. Las dos intervenciones de las saeteras, perfecta y representativamente ataviadas con una mantilla, sin peina, a modo de hebreas; pusieron en gran valor la vigencia y buena salud de este arte, de cante en forma de rezo, en la ciudad de Algeciras.
Nombrar también la fabulosa ejecución de las diferentes marchas que interpretó la Banda de Música Armando Herreros, como siempre, a un grandísimo nivel en estas colaboraciones de auditorio. Brillantes y excelsas interpretaciones de La Saeta (Joan Manuel Serrat), Pasa la Virgen Macarena (Pedro Gómez Laserna) y de La Estrella Sublime, en homenaje al centenario de su composición por Manuel López Farfán.
Simbolismo y exaltador de 2026
Digno de mencionar la sobriedad y elegancia, sin excesos de otros años, en la presentación del escenario para la exaltación de la saeta. Presidía el centro de la escenografía, tras el balcón repujado, la formidable pintura que anunciaba la exaltación, obra del genial artista algecireño Manuel Pavón. Obra custodiada a un lado por la bandera titular de la Virgen del Carmen y del otro, de una de las piezas de mayor antigüedad y valor en bordados de toda la ciudad y comarca, como es el Senatus de la Archicofradía de la Buena Muerte, atribuido al taller de las Hermanas Antúnez. Por cierto, una obra excelsa que llama imperiosamente a una restauración.
Resaltar la cariñosa, cercana y agradable presentación de Emilio Carrasco, amigo de la exaltadora y contertulio de la Levanta; además del anuncio del presidente de la asociación, Manuel López Arcas del próximo exaltador de 2026, el conocido José Manuel Sánchez Bautista, quién ya fuera pregonero de la Semana Santa de Algeciras en el año 2019.
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