La cruz de Belisario: intriga en la batalla del Salado
Novela de Antonio Torremocha
El historiador Antonio Torremocha ambienta su nueva novela en el cerco de Algeciras y la lucha entre dos bandos en la Corte castellana
En la batalla del Salado, en 1340, el rey Alfonso XI de Castilla y su suegro, el rey de Portugal, toman como botín una joya en forma de cruz patriarcal, adornada con gemas y perlas, conocida como la cruz de Belisario, que contenía un fragmento del lignum crucis. Una valiosa reliquia que desaparecería años después robada durante un traslado y cuya búsqueda retoma más de 600 años después un alumno de la Complutense.
Con esta trama en dos planos históricos completamente distintos, los siglos XIV y XX, el historiador y escritor algecireño Antonio Torremocha vuelve a la novela en La cruz de Belisario, un relato de intriga que tiene como ejes de la narración el rey Alfonso XI, el cerco de Algeciras, la batalla del Salado y las traiciones y los enfrentamientos que existieron entre los dos bandos que se habían formado en la Corte castellana: los partidarios de la reina doña María de Portugal, esposa del rey Alfonso XI, y los seguidores de la concubina real, doña Leonor de Guzmán.
La novela parte del hallazgo de ese trozo de la cruz en la que fue crucificado Jesucristo que santa Helena, la madre del emperador Constantino, había hallado en Palestina y regalado a varias iglesias de Oriente, entre ellas a la catedral de San Cipriano de Cartago.
Estando en el cerco de Algeciras, en 1343, el rey de Castilla, sin dinero para poder pagar a los marineros de las escuadras cristianas y al ejército, solicitó un préstamo al monarca francés, Felipe VI, para poder continuar la campaña contra los musulmanes y el enconado asedio. El rey Felipe de Valois le exigió, a cambio de su ayuda, como refiere la Crónica del rey don Alonso el Onceno, el envío, como aval, de la corona real y la Cruz de Belisario. Sin embargo, la comitiva que transportaba las joyas a Francia, custodiada por un destacamento de caballeros donceles, fue asaltada por una partida de hombres armados que robaron el valioso relicario.
En el año 1351, el doncel don Álvar García de Illas, que había sido uno de los que sufrieron el asalto, emprendió la búsqueda de la legendaria reliquia por tierras de Extremadura, Castilla y León y, aunque logró descubrir la identidad de los salteadores, no pudo recuperar la Cruz de Belisario.
En el año 1994, un alumno de doctorado de Historia Medieval de la Universidad Complutense, Amador Ruiz Samaniego, tras localizar un misterioso manuscrito cuando investigaba en el Archivo Ducal de Medinaceli de Sevilla en el que se mencionaba la Cruz de Belisario, retoma la búsqueda dejada inconclusa por don Álvar García de Illas en el siglo XIV. Entonces inicia una atípica investigación que lo lleva a archivos, bibliotecas, castillos, monasterios e iglesias de Andalucía, Madrid, Castilla-León y Murcia hasta lograr desvelar la sorprendente historia de la Cruz de Belisario y la decisiva incidencia que tuvo su expolio en las tensas relaciones que existieron, entre los reinos de Portugal y Castilla, a mediados del siglo XIV.
Pero ¿logró Amador Ruiz Samaniego hallar, al final de su ardua investigación, localizar la perdida y valiosa Cruz de Belisario y la sagrada reliquia que contenía? Eso es algo que solo podrán averiguar quiénes lean el capítulo final de la obra.
La cruz de Belisario ha sido publicada por la editorial hispano-portuguesa Publishway. Ya se encuentran a la venta ejemplares de la novela en las librerías Bahía de Letras, de Algeciras y Palmones, y Ares, de La Línea.
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