"Quien ofrezca cosoberanía la está regalando"

Pérez de Vargas critica con dureza la posición del Gobierno español y apuesta por el cierre de la Verja

Pérez de Vargas, en su domicilio madrileño.
Pérez de Vargas, en su domicilio madrileño.
J. Chaparro

12 de febrero 2018 - 10:07

En su faceta como columnista, uno de los asuntos que aborda con más asiduidad es Gibraltar, donde, por cierto, tiene muchos seguidores.

-¿Ah, sí? ¡No lo sabía! (risas).

-Alguna carta de réplica del Gobierno del Peñón ha llegado a sus artículos.

-Lo de Gibraltar forma parte de mi vida. Durante mi niñez, Gibraltar estaba muy integrada en la comarca, era un pueblo más. Se entraba y salía con absoluta facilidad, había unos astilleros que justificaban que hubiera trabajadores españoles allí. Un tío mío trabajaba allí como mecánico y tuvo que emigrar a Australia cuando se cerró la Verja en 1969.

-Hoy la situación es otra bien distinta.

-Hay una situación anormal. Bueno, siempre ha habido una situación anormal, por decirlo suavemente. Reino Unido no tiene soberanía sobre Gibraltar, así que cuando el Gobierno español habla de una cosoberanía, habla de cederle parte de la suya.

-La cosoberanía fue una idea de su amigo García-Margallo, ex ministro de Exteriores, para allanar relaciones y permitir a los gibraltareños seguir en la UE tras el Brexit.

-Quien habla de cosoberanía es que no entiende de qué va el asunto, ya sea García-Margallo o Dastis. Los dos ignoran la realidad. Quien ofrezca soberanía la está regalando a Reino Unido. El rey de Gibraltar es el Rey de España.

-¿El Tratado de Utrecht no la concedió?

-El Tratado de Utrecht concede el dominio del castillo y sus alrededores, no del istmo, ni del puerto ni de las aguas. No hay ningún documento en el que España ceda o pierda la soberanía de Gibraltar a Reino Unido.

-¿Usted aboga por el cierre de la Verja?

-Vamos a ver: el desarrollo de la comarca se debe al cierre de la Verja, no a su apertura.

-Se refiere a la construcción del polo industrial.

-Efectivamente. Y fundamentalmente gracias a la voluntad de Fernando Castiella, ministro de Exteriores que impulsó el cierre de la Verja y a quien en San Roque le han quitado una avenida para dársela a Carlos Pacheco, que es un personaje importante, pero que es un dibujante de tebeos. Y Castiella le dio al territorio la dignidad que necesitaba.

-¿La cuestión gibraltareña es irresoluble?

-No se podrá resolver nada con la Verja abierta. Hay que cerrarla o restringir el paso.

-¿Eso incluye a los trabajadores transfronterizos?

-No, siempre y cuando se identifique a quienes trabajan de verdad. Ya he dicho en varios artículos que debe hacerse un censo, que para eso está la Mancomunidad, ya que tanto se aburren. Como no se puede resolver el problema es dejándolo como está.

-¿Y los gibraltareños podrían entrar en España?

-Claro que sí, ¿por qué no?

-Como dice que hay que cerrar la Verja o restringir el paso...

-Mire, se lo comenté en cierta ocasión a Peter Caruana, el que fuera ministro principal y con quien tengo algún vínculo familiar: a mí me gustaría ver a Gibraltar tal y como está, pero bajo soberanía española. Con la gente entrando y saliendo y manteniendo si quieren su régimen fiscal, su nacionalidad británica o la doble nacionalidad. Lo que quiero es que se acabe esa competencia desleal, que se acabe la economía sumergida, el contrabando de tabaco... Y que se acabe con una situación que solo genera desigualdad.

-A esa desigualdad también ha contribuido España, dejando a la comarca sin inversiones públicas en los últimos años, en materia de infraestructuras, pero también social: educación, sanidad, formación, empleo... Y con muchas carencias en seguridad.

-No quisiera poner ejemplos recurriendo a nombres que pudieran resultar desagradables, pero si tienes un edificio en el que la gente está haciendo algo que no es homologable en las sociedades occidentales, lo que no puedes hacer es que el dueño del edificio mantenga su negocio por temor a que pierdan sus inquilinos. Cuando las cosas generan desigualdad, contrabando de tabaco, ligereza a la hora de vivir y se vive junto a algo parecido a un paraíso fiscal... Yo quiero que eso desaparezca de mi tierra. Y solo puede desaparecer progresivamente limitando el paso por la Verja.

-¿Pero limitárselo a quién? ¿A los turistas? ¿A mí, que no soy trabajador en el Peñón?

-Usted no podría ir a Gibraltar a cualquier hora. Yo no iré nunca, pueden estar tranquilos. Yo iba cuando estaba cerrada la Verja, en un barco a través del puerto. O eso o una Verja abierta totalmente, pero sin ventajas fiscales para el Peñón, de tal forma que Gibraltar sea como La Línea, San Roque, Algeciras o Tarifa.

-Habría que contar también con la voluntad de los gibraltareños.

-¡Ah, no, no! En cuanto se les cerrase la Verja veríamos cómo cambian de opinión. Gibraltar se muere en cuanto cierres la Verja. No quiero que nadie se vea perjudicado por un cierre de la Verja, pero mientras se mantenga un canal abierto no habrá fórmula humana de arreglar el problema.

-¿El Brexit es una oportunidad en ese sentido?

-Si la diplomacia española tuviera la cabeza bien amueblada, sí.

-¿Lo duda?

-Esa es mi impresión.

-¿Qué es lo que no le gusta del discurso del ministro Dastis?

-El problema es que no tiene discurso. Ha heredado la diplomacia del bueno, del no digo nada y me pongo de perfil. Hay una estrategia para ver qué pasa con el Brexit y luego ya veremos qué hacemos nosotros. Creo que, en realidad, no conoce el problema.

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