Origen e historia de los espacios urbanos de Algeciras: plaza de Joaquín Ibáñez (I)

Observatorio de La Trocha

La actual plaza tiene como origen un amplio espacio, vacío de edificaciones y situado ante la antigua puerta de Tarifa del recinto de murallas medievales

Hijo predilecto y gran benefactor social de la ciudad, este algecireño da nombre a un lugar emblemático

Origen e historia de los espacios urbanos de Algeciras: la Huerta del Ancla (I) y la Huerta del Ancla (y II)

Vista de la plaza, con el hospital, hoy museo municipal, al fondo.
Vista de la plaza, con el hospital, hoy museo municipal, al fondo.

Algeciras/En el anterior espacio urbano aquí tratado hablábamos de la periferia inmediata del casco histórico de Algeciras, considerado éste como el espacio contenido en las murallas medievales. Estas han desaparecido en gran medida, pero su trazado se puede reconstruir gracias a las fuentes históricas, la cartografía antigua y las excavaciones arqueológicas. Tras haber tratado en entregas anteriores la Huerta del Ancla, continuamos nuestra revisión bordeando el recinto medieval en el sentido de las agujas del reloj siendo la plaza de Joaquín Ibañez el siguiente objeto de nuestra atención. Su nombre obedece al deseo de perpetuar la memoria de un gran benefactor social, un algecireño residente en Buenos Aires, que era cuñado del famoso doctor Ventura Morón. Aquel filántropo pagó la gran reforma que tanto benefició a la ciudad, la construcción en 1928 del ala oeste del hospital, la que da precisamente a la plaza de la cual nos ocupamos aquí. Con toda rapidez y justicia, José Joaquín Ibañez Cordón fue nombrado Hijo Predilecto de Algeciras, recibiendo la distinción cuando estaba en Argentina. Es absolutamente justo el haberle homenajeado bautizando con su nombre la plaza inmediata, y reconfortante el que los benefactores sociales de la ciudad sean recordados como merecen. Este grupo de ciudadanos, la mayoría prácticamente desconocidos, será debidamente tratado en estas páginas dentro de poco tiempo.

LÍMITES DE ESTE ESPACIO. La actual plaza está limitada al sur por la citada Huerta del Ancla, al oeste por el arranque del camino a Tarifa, luego carretera a Cádiz, y actual Avenida Gesto por la Paz, así como por el edificio del Instituto Ventura Morón y en parte por el Teatro Cine Florida. Al noroeste el límite está en el arranque del antiguo camino de las vegas, actual Avenida de Agustín Bálsamo, y al norte por un edificio del cual hablaremos, así como por el arranque del Secano en su tramo bajo, denominado Patriarca Obispo Pérez Rodríguez. El límite al este lo forma la pared del antiguo hospital y la corta calle que comunica con la plaza de Juan de Lima.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN. Ante todo hemos de recordar que en origen casi toda la parte baja de Algeciras era el estuario del río de la Miel que se fue colmatando poco a poco. Se puede afirmar que ya en los siglos XIII-XIV el proceso había concluido y estaba formada la llanura aluvial de las vegas, con magníficas huertas y donde a fines del siglo XIX se instaló la estación de ferrocarril con todo su complejo de servicios. La actual plaza tiene como origen un amplio espacio, vacío de edificaciones y situado ante la antigua puerta de Tarifa, una de las más importantes del recinto de murallas medievales.

Vista de Google de la plaza de Joaquín Ibáñez.
Vista de Google de la plaza de Joaquín Ibáñez.

Posiblemente en el siglo XIII o XIV, una primitiva puerta de Tarifa estaba mucho más cerca de la actual plaza baja. Los Meriníes crearon una gran fortificación en la banda de la sierra o del oeste y una nueva puerta se levantó, convirtiendo en calle un amplio sector del primitivo camino de Tarifa. Frente a esa puerta se generó y dura hasta hoy, una conjunción de vías o “tridente”, formado por el camino de la vega o paralelo al río de la Miel, el citado de Tarifa y los espacios libres paralelos y exteriores a las murallas, convertidos en caminos en la edad moderna. La plaza responde a un fenómeno del urbanismo medieval, al igual al de la plaza de La Caridad o de Juan de Lima. Las puertas importantes generaban a veces dos espacios libres, gemelos o pareados, uno al interior y otro al exterior de la puerta en sí. Tenían diversos usos, como mercado o para alardes militares.

En este caso particular, el espacio que tratamos es un ejemplo de plaza ante portam urbis, o sea, ante la puerta de una ciudad, mientras que su reflejo intramuros, o sea, en el interior de la ciudad era la plaza de la Caridad o de Juan de Lima, que trataremos en su momento.

LOS CAMINOS CONVERGENTES. El camino de Tarifa partía de la ciudad medieval y atravesaba perpendicularmente las vegas, para cruzar el río de La Miel en busca de las alturas de la Piñera. Desde allí se dirigía a la vecina ciudad de Tarifa siguiendo una ruta tortuosa y difícil, aunque muy pintoresca según los viajeros turísticos del siglo XIX. Con el siglo XX, se convirtió en una carretera muy transitada, pues era entonces el medio más directo para comunicar con la capital de la provincia pasando por Tarifa. A poca distancia de la plaza era cortado perpendicularmente por la vía del ferrocarril en su trayecto hacia el puerto, estando el problema de seguridad resuelto por un paso a nivel, también llamado del Ancla, topónimo también persistente en una calle cercana. Luego salvaba el río por el puente del Matadero, ascendía las alturas al sur del río y atravesaba la actual Piñera en busca de Tarifa y Cádiz.

Un camino íntimamente ligado a la historia de la ciudad es el camino de las vegas, que por la margen izquierda del río de la Miel y paralelo a él, avanzaba primero en dirección oeste para ir girando hacia el norte y buscar tanto los accesos a la sierra como una posible conexión con otro camino, el de la Trocha, magistralmente estudiado por José Juan Yborra -habitual colaborador de Europa Sur- y su equipo, y que desde Jerez y atravesando la sierra (solo era apto para caballerías) entraba perpendicularmente en el recinto de Algeciras por la desaparecida puerta de Jerez en el Secano y subiendo por La Matagorda o San Isidro, llegaba al centro de Algeciras posiblemente por la calle Jerez o Ventura Morón.

El espacio urbano de la actual plaza de Joaquín Ibáñez, visto desde el camino de Tarifa, actual avenida Gesto por la Paz. En primer plano, el paso a nivel del Ancla, con sus cuatro poyetes de ladrillo y las barreras en posición de vía libre por el camino mientras se impedía el paso del tren. Al fondo, la fachada oeste del hospital de la Caridad, antes de la reforma financiada por Joaquín Ibáñez. La fantasía del artista ha cerrado con un edificio el paso a la plaza de Juan de Lima y situada la torre de la Palma, más o menos sobredimensionada, según costumbre de este pintor. También está en su sitio la inconfundible espadaña de la capilla del hospital o de San Antón. El cuadro es obre del artista británico Albert Moulton Foweraker.
El espacio urbano de la actual plaza de Joaquín Ibáñez, visto desde el camino de Tarifa, actual avenida Gesto por la Paz. En primer plano, el paso a nivel del Ancla, con sus cuatro poyetes de ladrillo y las barreras en posición de vía libre por el camino mientras se impedía el paso del tren. Al fondo, la fachada oeste del hospital de la Caridad, antes de la reforma financiada por Joaquín Ibáñez. La fantasía del artista ha cerrado con un edificio el paso a la plaza de Juan de Lima y situada la torre de la Palma, más o menos sobredimensionada, según costumbre de este pintor. También está en su sitio la inconfundible espadaña de la capilla del hospital o de San Antón. El cuadro es obre del artista británico Albert Moulton Foweraker.

El camino de las vegas estaba en una posición que se repite en la comarca desde época romana: no discurría exactamente sobre las vegas, que podían sufrir inundaciones, sino unos metros más adentro, exactamente sobre el piedemonte estable de las laderas de la Matagorda, actual San Isidro, repitiéndose esta disposición con toda claridad a orillas de la desembocadura del Guadiaro y en los llanos de Barría, en la actual carretera que por Jimena y San Pablo de Buceite conduce a Ronda.

Las vegas del río de La Miel eran tan fértiles y productivas que incluso estuvieron cultivadas durante gran parte del tiempo en que Algeciras estuvo destruida desde 1375 y más o menos dependiente de Gibraltar. Ello sucedió tanto en época islámica como cristiana, hasta las primeras décadas del Siglo XVIII. Aun Algeciras en ruinas , el mejor modo de trasladar a Gibraltar el producto de aquellos cultivos de regadío era por el citado camino, que atravesaba entonces las murallas por la puerta de Tarifa o muy cerca de ella, para, transitando por la actual calle Tarifa, entonces camino, buscar la playa de la marina. Otra salida alternativa podía ser en base al fondeadero fluvial de la Huerta del Ancla.

Una vía singular era la Ronda del Secano, el típico espacio libre y alargado ante las murallas, que bajaban desde el actual centro de interpretación sobre Paco de Lucía hasta la puerta de Tarifa y la confluencia de vías ante ella, o sea, la actual plaza de Joaquín Ibañez. El antiguo Secano se denomina hoy en su tramo alto Ruiz Zorrilla, y en el bajo, Patriarca Obispo Pérez Rodríguez. En el paralelo recinto amurallado, hoy bajo el caserío, la muralla interna o principal discurría por la antigua calle del Matadero, actual Teniente Farmacéutico Miranda, sirviendo de cimentación a las casas de la acera de los números pares, tal como han demostrado intervenciones arqueológicas como las del Patio del Lorito o el Centro de Interpretación Paco de Lucía.

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