El Pabellón del casino (y V)
HISTORIAS DE ALGECIRAS
Tras varios años desde su construcción el Pabellón del Casino, se había constituido en uno de los puntos de referencia de la diversión de la aristocracia local
El Pabellón del casino (IV)
De regreso al buen resultado de aquella inversión, como bien se pudo comprobar en un corto futuro, comentar que un cercano accidente ferroviario afectó a una de las grandes figuras que fueron contratadas por el algecireño pabellón: “A 3 Km de la estación de Castellar de la Frontera, descarriló el sábado un tren de mercancías que se dirigía a Algeciras, resultando del accidente 9 vagones completamente destrozados, las máquinas empotradas en tierra y la vía con grandes desperfectos [...] Entre los vagones que formaban parte del convoy, viene uno cuya carga constituye todo el atrezzo y vestuario del popularísimo y sin rival transformista Donnini, que debía haber debutado en Ceuta ayer domingo. Su representante Sr. David Carnignani asegura que al terminar su contrato en Ceuta, visitará Algeciras donde tiene contratadas un número de representaciones en el popular Pabellón del Casino”.
Buscando el sensacionalismo, la empresa arrendataria del pabellón, se publicita del modo siguiente: “Anoche llegó hasta Algeciras un detective al objeto de indagar el paradero de cierto personaje célebre, intrépido y audaz que se ha refugiado en esta ciudad. Todas las indagaciones le han resultado infructuosas; pero hoy, por confidencias ciertísimas nos hemos enterado que se encuentra en esta. ¿Quién será? - Preguntan. Y nosotros con toda la amabilidad que nos caracteriza y queriendo servir á los deseos del público, una vez que estamos enterado podemos contestar que es el célebre ¡¡¡Fantomas!!!, que se exhibirá en el Pabellón del Casino burlando toda vigilancia”.
Y llegó Charlot al Pabellón Cinema del Casino. Y lo hizo, dada su gran popularidad, bajo majestuoso tratamiento: “Su Majestad CHARLOT debutará en este popular teatro el miércoles del corriente. S. M. CHARLOT causa verdadero asombro por sus inauditas fantasías cómicas. S. M. CHARLOT es la admiración de todos los públicos por ser el número mejor y más interesante. S. M. CHARLOT es el rey de los cómicos cinematográficos, pues nadie puede igualarlo. S. M. CHARLOT es el más cómico de los cómicos excéntricos S. M. CHARLOT es el número más divertido y de más risa que se presenta. Debut el miércoles 4 del actual”. Pero no todos los espectáculos fueron exitosos para la empresa Pérez Aracena: “El concierto de anoche de la gran artista Elvirita Rey se celebró en el Pabellón del Casino. Contó con muy escasa concurrencia demostrando que en Algeciras no hay una peseta o falta gusto artístico […] el piano fue cedido galantemente por la Sociedad Casino de Algeciras. El Sr. Alcalde envió unos deliciosos bouquets de flores á la saladísima artista. La escogida y selecta concurrencia que asistió quedó muy satisfecha de la artística velada”.
Por aquella fechas, y tras varios años desde su construcción el Pabellón del Casino, se había constituido en uno de los puntos de referencia de la diversión -junto con el Kursaal- de la aristocracia local: “Constitución de la Junta Organizadora o Directiva de la Sociedad de Bailes del Pabellón del Casino. En verdad ha sido lenta y laboriosa la gestión para constituir este organismo; no es menos cierto que el resultado de la labor ultimada por los entusiastas jóvenes que el año anterior se lucieron extraordinariamente con las fiestas celebradas en el Pabellón […] organizadas por hombres de empuje y valía, formales y gozando de un prestigio muy grande en la localidad, que son las cualidades imprescindible para que acudan a afiliarse lo más selecto de la buena sociedad algecireña. Con singular acierto han colocado en la presidencia al distinguido don Luis Cassola Bonfiglio; le sigue como vicepresidente el Capitán don Adolfo Gutiérrez Laguía; como secretario, don Cristóbal Gómez Maresco; y tesorero, don José Soriano. Completando los cargos de vocales, los señores: Don Plácido Santos Calderón, don Rafael Maza de Lizana, don Antonio Martínez, don Juan Fernández Pérez, don José Calvo, don José Lucena, don José Gil Oncala, don José María Gómez, don Joaquín Puigcarbó y don Julio Blandino Gil”. Esta recién constituida Directiva de la Sociedad de Bailes del Pabellón del Casino, elaboró el siguiente programa de actividades: “Bailes proyectados dentro de la Semana del Carnaval, para los días 10, 11, 12, 14 y 17 de Febrero. La Banda del Regimiento de Extremadura, será contratada para ellos. Se encomendará un decorado novísimo á personal competente, con profusa iluminación, aprovechando las espléndidas condiciones del salón. Se organizarán bailes infantiles”.
Y llegó al Pabellón, entre baile y baile, la gran actriz de la escena española, junto a María Guerrero, Margarita Xirgú, la gran creadora de Marianela: “Esta eminente actriz con su excelente compañía dramática en la que figura el popular primer actor Francisco Fuentes, abre un abono por cinco únicas funciones en el Pabellón del Casino, ofreciendo estrenar la reciente obra de Benavente El mal que nos hacen. Se espera por la empresa que el abono sea cubierto suficientemente para que el atrayente programa llegue á realizarse en bien de los muchos aficionados al teatro que viven en Algeciras”. Pero lo cierto fue que el tal abono no se cubrió, según demostró el siguiente párrafo que se hizo público: “No siendo posible a la notable compañía de Margarita Xirgú representar, por ahora, el número de funciones anunciadas pero deseando al mismo tiempo presentarse ante el inteligente público algecireño, la empresa del Pabellón participa que el próximo domingo se verificará una ÚNICA representación del precioso drama galdosiano Marianela que tan excepcionalmente interpreta Margarita Xirgú”.
Haciendo un alto en la exitosa trayectoria del nuevo edificio propiedad del casino algecireño, regresemos al reciente pasado, y más concretamente a la reunión en la que se aprobaron por mayoría de votos, todas las cuentas y gastos de la construcción de su Pabellón, cuyo acta recogía además: "Dado que los Sres. Torrelo, García Reyna y Santacana manifiestan la inoportunidad de conceder ahora la autorización correspondiente para hipotecar el Pabellón del Casino, el Sr. Casero (Don Ricardo), considerando que dichas manifestaciones constituían una limitación inmerecida de las atribuciones de la Junta Directiva, no podía continuar en ella, presenta desde luego la renuncia de su cargo de Vice-Presidente de la misma [...] proponía la Junta Directiva pidiéndole al Sr. Casero que retirase su dimisión, toda vez que no tenía motivos justificados para seguir en su actitud a la que no habían dado lugar los Sres. socios que lo veían con el mayor gusto en el cargo de Vice-Presidente. Según se recoge en este documento, se llegó a un momento de gran tensión entre los socios asistentes. Prosiguiendo el texto: Se retiran de la Junta los Sres. Morón, Glynn e Ibáñez […] Igualmente se acordó por unanimidad autorizar a la Junta Directiva, en la forma que se requiere en derecho y sea necesaria, para el arrendamiento del Pabellón del Casino en las condiciones más ventajosas. La difícil reunión finalizaría del modo siguiente: A propuesta del Sr. García Reyna, se acordó por unanimidad, hacer nuevas elecciones para proveer las vacantes de los señores que no se han posicionado y renunciado a sus cargos".
En 1914, el Pabellón del Casino pasa a reconocerse oficialmente como Casino Cinema: "El Casino-Cinema como garantía de hipoteca de la Sociedad Casino de Algeciras. Describiéndose del modo siguiente: Edificio de mampostería y hierros situado en el Real de la Feria de ésta Ciudad de Algeciras que se destina a Caseta del Casino y Pabellón de Cinematógrafo y cuyas dimensiones no es necesario precisar. Linda por su frente o fachada principal al Norte con el Real de la Feria en que se halla situado; por Poniente y Levante o sean sus lados derecho e izquierdo, linda con terrenos del Real de la Feria, propios del Excmo. Ayuntamiento de Algeciras, y por su espalda al Sur tiene fachada a la calle llamada del Calvario, hoy Avenida de Canalejas. Este edificio ha sido construido por la Sociedad Casino de Algeciras en terrenos concedidos por el Excmo. Ayuntamiento de Algeciras...".
Posteriormente, y según certificación del propio Casino, firmada por su secretario Antonio García Reyna: "En reunión celebrada por la Junta Social, el día 28 del pasado mes de febrero se tomó entre otros acuerdos el siguiente: Que habiéndose refundido varios créditos contra la Sociedad en uno solo, cuyo pago se aplazaría por cuatro años, con la condición de que una vez practicada la liquidación del mismo se garantiza en la forma en que lo está el crédito de la Sociedad de Construcciones Metálicas, se autoriza a la Junta Directiva para garantizar con el edificio del Pabellón del Casino aquellos créditos que estime más oportunos retrasar". El pago por la construcción de aquel sueño, aún no estaba zanjado.
Pasaron los años y el Casino Cinema o antiguo Pabellón del Casino, siguió recibiendo en su escenario a las más importantes compañías de artistas de la música o del teatro que pasaron por nuestra ciudad. Sus paredes fueron testigos y protagonista de tristes episodios durante la guerra incivil; después, durante la posguerra se convertiría en un bálsamo o terapia donde los algecireños olvidarían la triste realidad que les aguardaba tras la finalización de cada función. Su pantalla proyectó los mejores estrenos cinematográficos del momento, y por sus butacas fueron pasando generaciones de algecireños que lloraron, rieron o se enamoraron ante aquella gran pantalla. ¡Qué lejos quedaba el gran disgusto qué generado por la lluvia se llevó el diligente José de la Puerta Zamora; o, la dimisión de Ricardo Casero la noche de la aprobación de las cuentas de la construcción del Pabellón!. Entre los pliegues de su telón quedaron para siempre los aplausos para Margarita Xirgú o Rosario Pino; los sones de la banda del Regimiento durante los bailes organizados por la Directiva de la Sociedad de Bailes, las risas de pequeños y grandes disfrutando de las aventuras y desventuras de Charlot; y qué decir de las emocionadas caras de los algecireños seguidores, entre otros personajes, de la serie de Fantomas.
Entre 1961 y 1962, se abriría un expediente de expropiación. Para entonces arrastraba la necesidad de grandes reformas y actualización del edificio. Nada se hizo, salvo oportunos lavados de cara para contentar a los posibles “nostálgicos”. Todo aquello sucumbió cuando a punto de comenzar el último cuarto del siglo XX una fría mano -quizá amparada en la quijotesca frase: No hay memoria con la que el tiempo no acabe-, firmó su derribo. Aquella demolición que se ejecutó, porque de una ejecución al patrimonio y a la memoria se trató, tuvo como cómplice el silencio de una indolente población descendiente de los que pasaron por aquellas butacas. Hoy ya solo es un recuerdo de lo que fue una de nuestras más entrañables señas de identidad.
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