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El palacio de la marquesa de Marzales

La casa señorial fue durante 30 años lugar de encuentro de la nobleza española con la aristocracia gibraltareña y espacio donde se celebraron fastuosas fiestas

Fotografía actual de la Casa-Palacio que muestra la parte trasera del edificio y los restos del exuberante jardín que una vez existió entre la mansión y la cercana playa.
Fotografía actual de la Casa-Palacio que muestra la parte trasera del edificio y los restos del exuberante jardín que una vez existió entre la mansión y la cercana playa.
Antonio Torremocha

19 de septiembre 2020 - 06:00

La casa señorial situada en el actual Paseo Victoria Eugenia, frente a la barriada de Pescadores, hoy sede de los Juzgados de lo Penal y de lo Social, fue construida por la familia Marzales-Larios entre 1929 y 1930. A lo largo de su dilatada existencia fue utilizada como residencia de la marquesa de Marzales y de su descendencia hasta los años setenta del siglo XX. Luego quedó abandonada pasando a propiedad del Ayuntamiento de Algeciras que la cedió al Ministerio de Justicia, el cual procedió a su reforma entre los años 1989 y 1990 para establecer en este magnífico pero deteriorado palacio parte de la administración de justicia de la ciudad.

Los años de abandono posibilitaron el expolio del mobiliario que permanecía en su interior, las torneadas maderas de las escaleras que daban acceso a la segunda planta, incluso algunas solerías de notable cerámica sevillana que una vez fue pavimento de sus salones. Hasta tal punto habían quedado inutilizables los elementos muebles y la decoración interna de la casa palacio, que en el proyecto de restauración y adecuación del edificio para su uso como Juzgado, el arquitecto redactor escribió lo siguiente: “Las instalaciones antiguas existentes son las propias de un edificio de noble porte, pero están destrozadas y en desuso total, por lo que serán desmontadas en su totalidad”.

San Bernardo: La mansión de una familia aristocrática

El 27 de mayo de 1910, una vez concluido el Consejo de Ministros celebrado ese día, el rey Alfonso XIII firmó el decreto concediendo el título de marquesa de Marzales a María Josefa Fernández de Villavicencio y Crooke, nacida el 2 de agosto de 1882. María Josefa casó en primeras nupcias con su primo Carlos Larios y en segunda con Pablo Larios y Sánchez de Piña, perteneciente a la rama de los Larios establecida en Gibraltar, con el que tuvo nueve hijos. Después de su segundo matrimonio, la Marquesa y su marido fijaron su residencia en el Campo de Gibraltar como tantos otros hombres de negocios gibraltareños, pues Pablo Larios tenía establecidas en la colonia británica sus actividades empresariales relacionadas con la banca y el comercio y en los pueblos de su entorno otras vinculadas con las explotaciones agrícolas.

Se sabe, por periódicos de la época, que la marquesa de Marzales y su esposo Pablo residían en Algeciras o sus alrededores al menos desde el año 1913. Es probable que en aquellos primeros años de matrimonio la pareja fijara su residencia en alguna de las fincas o casas de campo que poseía Pablo Larios en la zona: en El Cobre, en Guadacorte o en el Monte de la Torre. En 1928, el hijo del arquitecto Guillermo Thompson, Albert, contrajo matrimonio con Victoria García Mier, que era nieta de Luis Antonio Lombard. Thompson construyó para ellos una casa sobre un altozano cercano a la costa, al sur de la mansión de El Águila a la que le pusieron por nombre San Bernardo. Poco después Thompson la vendió a la marquesa de Marzales, que procedió a demolerla para construir en su lugar la espléndida casa-palacio que sería su residencia a partir de entonces.

La construcción de la nueva casa, que conservó el antiguo nombre de San Bernardo, se llevó a cabo entre 1929 y 1930. En esta mansión residió Pablo Larios, con su mujer y los hijos de ambos, hasta su muerte acontecida en el año 1938. María Josefa Fernández de Villavicencio falleció en Algeciras el 19 de septiembre de 1975. La casa-palacio de San Bernardo, propiedad de la marquesa de Marzales, fue durante las décadas de los años treinta, cuarenta y cincuenta, lugar de encuentro de la nobleza española y de la aristocracia gibraltareña y espacio donde se celebraron fastuosas fiestas.

El 27 de abril de 1935, con gran pompa, se celebró en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Palma el enlace matrimonial de la hija de la marquesa de Marzales, Margot, con Miguel Primo de Rivera, hermano de José Antonio, el fundador de la Falange. El diario La Época, en su edición de ese mismo día, señalaba que “terminada la ceremonia se trasladaron los novios e invitados a San Bernardo, la magnífica finca de campo propiedad de los marqueses de Marzales, emplazada en la orilla del mar.” Unos años más tarde, el 21 de julio de 1939, Miguel Primo de Rivera, ya como Consejero Nacional, dio una conferencia en la sede la Falange Femenina de Algeciras. “Una vez finalizada su intervención, se dirigió seguidamente al palacio de su madre política, la señora marquesa de Marzales, donde recibió innumerables visitas.”

En el mes de junio de 1950 tuvo lugar otra sonada fiesta en la casa-palacio de la marquesa de Marzales. En esta ocasión fue con motivo de la boda de su hija menor, Fabiola, que contrajo matrimonio en la iglesia del Asilo San José con Ruy Ozores y Ochoa, comandante de aviación. Como en otras ocasiones, el diario ABC de Sevilla, en su edición del 30 de junio, recogía la noticia finalizándola con el siguiente texto: “Después de la ceremonia, los asistentes se trasladaron a San Bernardo, residencia de la marquesa de Marzales, donde se sirvió una cena a la que siguió un animado baile... Entre los concurrentes se encontraban el general gobernador de Gibraltar y su esposa, la señora de Kenefz, lady Andserson, el cónsul de Gran Bretaña en Algeciras y numerosas personas de la sociedad de Gibraltar, de Algeciras y de Madrid.”

Descripción del edificio

El conjunto, que responde al estilo regionalista imperante en la segunda y tercera década del siglo XX, con la recuperación de elementos de profunda raigambre andaluza tomados, sobre todo, del mudéjar y del barroco, presenta una planta cuadrada constituida por tres crujías en “U” que habilitan un patio central, también cuadrado, con galerías porticadas en sus lados meridional y occidental sostenidas por arcos carpaneles que descansan sobre columnas de orden toscano. El edificio dispone de dos pisos, que son tres en la torre-mirador y en la torre de planta cuadrada. En la fachada principal que mira al Oeste se abre la puerta de ingreso a la casa-palacio enmarcada por baquetones barroquizantes y flanqueada por dos a modo de pilastras. La puerta está rematada por un tejadillo a cuatro aguas con alero muy volado y adornado con sendas bolas en sus extremos. En la fachada que da al Norte se localiza un cuerpo con planta en “L” que no es original y que debió ser añadido con bastante posterioridad al edificio para instalar en él la cocina y la despensa. En el cuerpo o crujía central se hallaban los salones principales de la mansión ―hoy día desaparecidos― y el acceso a la terraza y a los jardines que daban al mar.

Portalón de ingreso al patio porticado de la Casa-Palacio de la marquesa de Marzales.
Portalón de ingreso al patio porticado de la Casa-Palacio de la marquesa de Marzales.

En el ángulo sureste, en la conexión entre las crujías oriental y meridional, se localiza una esbelta torre-mirador de tres pisos y sección octogonal en cuya segunda planta se hallaba el dormitorio de los marqueses de Marzales. Esta torre-mirador, desde la que se tienen excelentes vistas de la Bahía y del Peñón, se cubre con un tejado de tejas árabes a ocho aguas. Los aleros del edificio son muy volados estando sostenidos con falsas cabezas de vigas a modo de ménsulas. Mirando al patio, en su ángulo sureste, se halla una segunda torre, pero ésta de planta cuadrada, también de tres plantas más un ático retranqueado y cubierta con tejas árabes a cuatro aguas.

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