Una pareja de Algeciras logra cancelar 77.500 euros de deuda gracias a la Ley de Segunda Oportunidad

El Juzgado Mercantil número 2 de Cádiz exonera a dos vecinos afectados por el cierre de su negocio, el desempleo y la crisis del coronavirus, tras acreditar su buena fe e insolvencia sobrevenida

Andalucía Sin Deuda ha logrado la cancelación total de una deuda de 110.000 euros
Un hombre conoce la cancelación total de su deuda gracias a la Ley de Segunda Oportunidad. / E.S.

Algeciras/Una nueva vida sin deudas tras nueve años de angustia. El Juzgado Mercantil número 2 de Cádiz ha perdonado una deuda de 77.545,85 euros a una pareja de Algeciras que quedó atrapada en una espiral de préstamos para poder subsistir. La sentencia aplica la Ley de Segunda Oportunidad, al considerar que ambos actuaron siempre de buena fe y que su situación de insolvencia fue fruto de una concatenación de adversidades que escapaban a su control: el fracaso de un negocio familiar, un prolongado periodo de desempleo y el impacto de la crisis sanitaria y económica derivada del coronavirus.

El juzgado ha exonerado 44.048,85 euros a ella y 33.489 euros a él, en un procedimiento impulsado por el despacho Bergadà Abogados, especializado en esta vía legal. La resolución permite a esta familia empezar de nuevo sin la carga de unas deudas que se habían vuelto insoportables. “Han sido nueve años de auténtico calvario. Incluso nuestros hijos nos veían sufrir, y ahora están más felices al vernos tranquilos”, explican los beneficiarios.

Según detalla Bergadà Abogados, la historia comenzó en 2013, cuando la mujer decidió emprender un negocio textil junto a su hermana. La tienda aguantó tres años, pero las pérdidas acabaron forzando su cierre. Paralelamente, en 2015, el hombre fue despedido de su empleo y pasó cerca de dos años en paro. La inestabilidad se instaló en el hogar. Con ingresos mínimos y facturas acumuladas, acudieron a tarjetas y préstamos como única vía para sobrevivir. “Lo hicimos para poder comer. Siempre con la intención de pagar, pero cada vez era más difícil. La bola se hizo enorme”, reconocen.

“Como muchas familias, cayeron en la trampa de endeudarse sin saber que estaban entrando en una espiral de la que era casi imposible salir”, explica Marta Bergadà, socia fundadora del bufete que ha llevado el caso. “Empezaron a pagar deudas con nuevas deudas, mientras sufrían constantes llamadas de bancos y empresas de recobro, sin apenas margen para respirar”.

En 2018, el hombre encontró un nuevo empleo y parecía que, poco a poco, podrían reconducir su situación. Sin embargo, en 2020 llegó la pandemia del Covid-19. Ella había conseguido trabajo en una empresa textil, pero se vio afectada por varios ERTEs que redujeron sus ingresos. De nuevo, la familia tuvo que pedir ayuda a familiares y recurrir a más créditos para llegar a fin de mes. “Hubo meses en que no teníamos ni para lo básico”, recuerdan.

Una segunda oportunidad real

Fue a mediados del pasado año cuando la mujer descubrió por Internet la existencia de la Ley de Segunda Oportunidad. Buscando información, llegó al foro de Facebook que gestiona la abogada Marta Bergadà y se decidió a contactar con su equipo. “Desde el primer momento nos transmitieron confianza y tranquilidad. Algo que realmente necesitábamos”, cuentan.

Tras una primera reunión, el despacho vio claro que cumplían los requisitos: deudores de buena fe, sin antecedentes de fraude y con una situación de insolvencia real y acreditada. El proceso, según explican, lo vivieron “con mucha más calma de la que pensábamos, porque en todo momento estuvimos acompañados y asesorados”. También contaron con el apoyo del departamento de Bienestar Legal, con atención psicológica especializada.

Las buenas noticias llegaron en dos fases: primero, la exoneración de la deuda de la mujer y, semanas después, la del hombre. “Nos quedamos sin palabras. Fue como respirar de nuevo”, confiesan. Hoy, aseguran que ven el futuro con esperanza: “Hemos aprendido mucho. Ahora sabemos cómo debemos actuar”.

“La Ley de Segunda Oportunidad no es para quienes quieren esquivar sus responsabilidades, sino para quienes han hecho todo lo posible por cumplir, pero han caído”, subraya Marta Bergadà. “Es una herramienta legal, ética y necesaria. Su historia es la de miles de personas en España. Lo importante es que sepan que no están solos y que hay salidas legales que permiten comenzar de nuevo”, concluye la abogada.

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