La pastelería marroquí de Algeciras detrás de la 'Operación Pastela' por un presunto caso de explotación laboral
Derechos de los trabajadores
La Policía Nacional detiene a una madre y su hijo al mantener a una trabajadora en semiesclavitud dentro del obrador, especializado en dulces árabes
Dos detenidos en Algeciras por tener en régimen de semiesclavitud a una trabajadora en una panadería
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La Policía Nacional sacó a la luz este miércoles la detención en Algeciras de dos personas, una madre y un hijo, como presuntos autores de un delito contra los derechos de los trabajadores y por un delito de favorecimiento de la inmigración irregular.
Los agentes iniciaron la denominada como Operación Pastela a raíz de una investigación conjunta con la Inspección Provincial de Trabajo en una panadería y pastelería marroquí situada en el barrio de La Caridad, muy cerca del mercado Ingeniero Torroja y popular entre la población local por la calidad y variedad de sus dulces árabes.
En el pequeño obrador de la panadería, la Policía Nacional encontró a una mujer en situación irregular que tenía orden por parte de sus patronos de huir a toda costa en caso de que los agentes entrasen alguna vez en el establecimiento.
Según fuentes de la investigación, la víctima se encontraba explotada laboralmente, ya que soportaba altas temperaturas junto al horno, trabajaba unas 60 horas semanales -sin descanso alguno, ni siquiera cuando se encontraba enferma- y por un salario inferior al resto de sus compañeros. Aceptaba esas condiciones al no tener otro modo con el que mantener a su familia en el extranjero. Además, debido a que sus empleadores le adeudaban parte de su salario, tenía la esperanza de cobrarlo si continuaba ejerciendo sus funciones.
Detrás de la Operación Pastela se encuentra una pastelería que, a cargo de un matrimonio ceutí, abrió sus puertas en 2005. Ambos dirigían en la ciudad autónoma un negocio similar, pero decidieron establecerse en Algeciras. Ella es la maestra en repostería marroquí y quien empezó a llenar el exhibidor con docenas de especialidades árabes. El matrimonio introdujo en el negocio a tres de sus hijos, un varón y dos mujeres, que suelen atender al público.
Tras la intervención policial, el establecimiento continúa abierto, con un cartel en la entrada donde se pide personal con experiencia, entre otras elaboraciones típicas, de rghayef de Ramadán (una masa frita con miel) y harcha marroquí, una tortita de sémola de trigo.
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