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Los Pastores recuerda este domingo al Padre Flores con un homenaje en la parroquia de San Agustín

La feligresía y los vecinos de Los Pastores rendirán un tributo al añorado párroco en el templo de la barriada

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El busto en honor al Padre Flores, obra de Rafael Gómez de Avellaneda. / Erasmo Fenoy

Algeciras/El recordado sacerdote Manuel Flores Fernández (1926-1964), conocido popularmente en Algeciras como el Padre Flores, recibirá un homenaje por parte de la feligresía de la parroquia de San Agustín y de la popular barriada de Los Pastores. El acto tendrá lugar este domingo, 17 de noviembre, a las 11:30 en el templo de la barriada.

Coordinado por el párroco Rubén Vargas Candón, está previsto que asistan representantes institucionales y del tejido asociativo de la ciudad al homenaje en el que se descubrirá una inscripción en cerámica en honor del añorado cura. El cronista oficial de la ciudad, Carlos Gómez de Avellaneda, será el encargado de trazar el perfil del sacerdote en su intervención ante el público.

El 18 de noviembre de 1925 nacía en San Fernando Manuel Flores Fernández, que, ingresado en el seminario en 1937, fue ordenado sacerdote en el santuario de Los Santos de Alcalá de los Gazules con solo 22 años. Algo para lo que fue necesaria una dispensa de Roma, pues la edad mínima para ello era de 24 años. Ejerció su sacerdocio en Medina Sidonia, durante su servicio militar fue alférez-capellán en Tarifa y su término municipal y tras ser el primer párroco de la nueva iglesia de Tahivilla, tambien ejerció en San José del Valle durante dos años. Aunque realizó una excelente labor en estos destinos, la gran aplicación de su energía fue en Algeciras, al ser desde 1958 párroco de Nuestra Señora del Carmen, entonces situada en la capilla del hospital.

El esforzado sacerdote se encontró con una ciudad que había duplicado su población en sólo una década, la de 1940 a 1950. Esa afluencia de nuevos habitantes, generalmente de muy modesta condición, no pudo ser asimilada por el saturado casco histórico y ocasionó un chabolismo incontrolado, con pésimas condiciones de habitabilidad para muchos miles de personas. El Padre Flores emprendió la titánica tarea de ayudar a esta desfavorecida población no solo con su carisma y energía, sino valiéndose de un moderno medio de difusión, la radio, que estaba entonces en el apogeo de su utilidad social. La sociedad respondió y todos los estratos económico-sociales contribuyeron económicamente. Así, tras solo dos años de intensa actividad, las primeras casas de la barriada Padre Flores se entregaron en 1960.

El padre Flores durante un oficio religioso.

Por otra parte, el sacerdote se había propuesto levantar un nuevo templo como sede parroquial de Nuestra Señora del Carmen, edificio que estaba muy avanzado en 1964. Ese año, a la altura de la sevillana población de Dos Hermanas, el Padre Flores se desplazaba a Sevilla para una de sus muchas gestiones cuando un accidente de tráfico segaba su vida y la de su amigo Antonio García Delgado, que se había prestado a transportarlo.

En solo seis años el Padre Flores supo mover la conciencia social, pero no solo en la ciudad, sino al parecer a otros niveles, pues en aquel tiempo “casualmente” se inicia la gran solución al problema en Algeciras: la construcción de miles de viviendas de protección estatal que multiplicaron varias veces el espacio edificado en el casco histórico tradicional, siendo uno de los mayores acontecimientos en la historia urbana de la ciudad. Pero antes, como era tradición en Algeciras desde su resurrección en el siglo XVIII, la solidaridad popular se había adelantado en la solución de un gravísimo problema.

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