Una pequeña 'cantimplora' en la Algeciras romana. Cerámica en Iulia Traducta
La Pieza del Mes del Museo de Algeciras | Abril
Fue descubierta durante la construcción de la piscina del Hotel Reina Cristina entre los años 1958-1959
Cartel de Feria de Guillermo Pérez Villalta
Algeciras/Este pequeño recipiente de época altoimperial romana (s. I d.C.) fue descubierto durante la construcción de la piscina del Hotel Reina Cristina entre los años 1958-1959, en cuya recepción estuvo temporalmente expuesto en una vitrina. Es en este sector de la Villa Vieja donde se piensa que debió situarse el aún desconocido foro de la antigua Iulia Traducta, una gran extensión de terreno que ha permanecido protegido de las construcciones urbanas gracias a los jardines del Hotel Reina Cristina y del Parque de las Acacias. Por el momento no se han realizado excavaciones arqueológicas en la zona que hayan detectado edificios públicos, administrativos o templos de la Algeciras romana, aunque si tenemos referencias desde inicios del siglo XX del hallazgo de monedas, teselas (y un posible mosaico), vajilla fina, fustes de columnas y pintura mural.
Se trata de una botellita con cuerpo en forma de pera y boca abocinada, que en el lado opuesto al asa tiene una sospechosa rotura que podría haberse realizado intencionalmente para facilitar el vertido del producto líquido que albergase en su interior. La característica más particular es que carece de un fondo plano que permita apoyarla y usarla como jarra para servir líquidos, por lo que se habría de identificar con una especie de cantimplora o petaca de uso personal, que para transportarla probablemente contaría con una funda de esparto trenzado al exterior o un cordel atado al asa, ya sea para portarla a la cintura, a los lomos de un caballo o para almacenarse colgado en las cocinas y almacenes. Para sellar su contenido debió contar con un tapón orgánico, posiblemente de corcho.
También resulta peculiar su escaso tamaño de 15 cm de altura y la capacidad de apenas 170 mililitros, poco práctico para transportar y consumir agua. En este caso, por los recipientes conocidos de similares características, sabemos que eran usados para un contenido más “selecto” de un alto valor nutritivo y calorífico como licores, vino o salsas, ya sea para el consumo directo o para usar como aditivos para la comida, y que pudieron ser muy prácticos para los viajeros, comerciantes o para los militares.
En otros ejemplares también se han encontrado productos para el aseo y cosmética como ungüentos, bálsamos o perfumes, e incluso remedios farmacológicos o aromáticos de propiedades antibacterianas, cicatrizantes y antinflamatorias. Otro de los curiosos usos se ha vinculado con contenidos de agua o aceite santificados de propiedades curativas y protectoras, a modo de souvenirs de las visitas a los lugares sagrados, motivo por el que son conocidas como “cantimploras de peregrino”.
La pieza se expone en la Sala Iulia Traducta del Museo Municipal de Algeciras y consta en el inventario con el número 829. Su estudio está en fase de publicación en la Sociedad de Estudios de la Cerámica Antigua en Hispania con el título Un nuevo tipo de ampulla altoimperial procedente de Iulia Traducta (Algeciras).
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