Bañeras monolitas de mármol: un tesoro urbano
Museo de Algeciras | La pieza del mes
Las bañeras, usadas como maceteros en los jardines del antiguo Hospital de Cruz Roja, están confeccionadas con mármol de Huelva
Todo apunta a que se trata de piezas de casas de la Villa Vieja
Placa de la Conferencia de Algeciras de 1906
Los arqueólogos y las arqueólogas siempre soñamos con descubrir vestigios del pasado que se pueden encontrar en un mapa, en un texto, en una excavación o como en esta historia porque alguien te pone tras la pista de un descubrimiento. Cuando tenemos la fortuna de que algo así ocurre, la sensación de alegría y emoción que nos recorre el cuerpo es simplemente maravillosa.
La historia de estas singulares piezas que se presentan como la Pieza del mes de junio del Museo Municipal de Algeciras, con números de inventario 3.486 y 3.487, nace cuando dos personas se interesaron por la antigüedad de unas bañeras usadas como maceteros situados en los jardines del antiguo Hospital de Cruz Roja, en el Paseo de la Conferencia. Así fue como pude advertir, para mi sorpresa, que en realidad se trataba de dos magníficos recipientes de mármol blanco de unos setenta centímetros de altura, más de medio metro de largo y unos trescientos litros de capacidad.
Se trata de dos piezas usadas para el aseo personal realizadas, según el geólogo J. M. Valenzuela, en un mármol blanco procedente de las canteras del norte de Huelva. Una presenta un modelo simple, la otra está decorada con dos magníficas argollas en relieve imitando las bañeras de bronce de tipo romano, usadas para facilitar su transporte. Las partes anteriores están cinceladas para ser encastradas en la pared. Es singular la marca sinuosa del taller que realizó una de ellas. En 2017, cuando fueron cedidas al Museo de Algeciras por el Hospital Punta de Europa, pudo comprobarse además, que ambas tenían un rebaje interior y agujero para el desagüe.
Surgió entonces la pregunta de cómo estas piezas tan especiales acabaron como maceteros de un jardín. Según algunas fuentes fueron entregadas a la Cruz Roja por una familia que vivía en la Villa Vieja y parece que en su origen, pertenecieron a los descendientes del Almirante Cervera, combatiente en la guerra de Cuba del 98, que vivían en la calle San Nicolás, justo detrás del hospital.
La inauguración de la línea del ferrocarril, la construcción del Hotel Reina Cristina y la celebración de la Conferencia de Algeciras, otorgaron relevancia a los terrenos circundantes y proliferaron hermosas casas, que atendían a un modo de vida chic, en el que las clases adineradas locales y extranjeras podían disfrutar de un campo de golf, sala de cine y espectáculos sobre un palafito (el Kursaal), además de preciosas vistas de la Isla Verde, o poder tomar baños en la playa de El Chorruelo. No es de extrañar por tanto que estas piezas perteneciesen a una de estas propiedades.
Caprichos del destino, estas bellas piezas, hoy visitables en el atrio de otro hospital, el de La Caridad, sede del Museo Municipal de Algeciras, nos aviva el recuerdo de la Algeciras de la primera mitad del siglo XX, cosmopolita, dinámica y culta.
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