'Mirada desconfiada': un fortín de hormigón al sur de Getares
Museo de Algeciras | La pieza del mes
La composición, dramática y de espectaculares celajes barrocos, confiere protagonismo a una construcción de guerra que vigila, amenazante, al peñón de Gibraltar
La Muralla del Estrecho: la ruta de los búnkeres del Campo de Gibraltar

Algeciras/Esa “mirada desconfiada” es la que el fotógrafo algecireño Jorge Pérez Fresquet descubrió, un amanecer otoñal de 2016, en el fortín 323 de la ensenada de Getares.
Andaba, armado con sus cámaras y su paciencia, a la caza de las imágenes adecuadas para componer un precioso libro, Testimonios de una guerra, editado en 2022 por el Instituto de Estudios Campogibraltareños (IECG).
Esta fotografía de autor figura, sin duda, entre la docena de mejores productos de su amplísimo catálogo de imágenes de la serie de fortines del sur, motivo por el que fue seleccionado para poner el contrapunto contemporáneo a la exposición de grabados clásicos que hemos construido en la capilla del Cristo de la Alameda.
Se trata de una imagen en impresión directa en aluminio, presentada a 60 x 90 cm, con la portentosa terminación que Pérez Fresquet sabe aplicar a las obras que planifica para recibir este tipo de acabados metálicos. La composición, dramática y de espectaculares celajes barrocos, confiere protagonismo a una construcción de guerra que vigila, amenazante, al peñón de Gibraltar. Toda una metáfora visual de los planes secretos que sobrevolaron el Estrecho en torno a la Segunda Guerra Mundial, desde todos los actores implicados, de una manera u otra, en aquel gran drama que arrasó medio mundo.
El artista concita la atención del espectador hasta concentrarla en la mirada vacía de la aspillera. El borde romo de la estructura hormigonada en que se asienta el habitáculo colabora con el flysh anegado en ese objetivo, que completan unas nubes convocadas al mismo efecto. La obra blindada aparece desocupada, sin armas de guerra ni señal de actividad alguna, interpretación exacta del historial de los centenares de búnqueres desperdigados, caparazones resecos de caracol, por la geografía litoral del norte del estrecho de Gibraltar. “Fue un teatro que tenían”, llegó a calificar el oficial al mando de un grupo de obras de Guadarranque, en los años cuarenta, a un sistema defensivo que nació obsoleto. Convencido nuestro interlocutor, en sus vívidos recuerdos de muchas décadas atrás, de que poco podrían haber hecho, en caso de producirse el esperado ataque aliado, desde los fortines armados con cañones de pequeño calibre y ametralladoras. Sólo retirarse al monte y defenderse con tácticas de guerrilla.
Casi de “rompimiento de gloria” habría de describir Rafael García Valdivia la poderosa escena de colisión de arquitectura y tiempo borrascoso. Lo inmutable ante lo efímero, a merced de los vientos del Estrecho, aunque en este escenario lo eterno sea, precisamente, lo etéreo.
Cuando se me encomendó el idear un discurso museístico para incardinar la colección de mapas, grabados y dibujos de Antonio Viñas de Roa en la capilla del Cristo de la Alameda, esta obra de Pérez Fresquet encontró acomodo natural entre las imágenes clásicas que fui seleccionando. Había que componer una sinfonía gráfica con el relato de siglos de historia de la bahía de Algeciras, orquestada con los textos oportunos en el renovado marco arquitectónico. Y el decurso de imágenes que transita desde el siglo XVI para detallar toda la Edad Moderna encontraba contrapunto ideal en esta espectacular escenografía de blancos, grises y reflejos metálicos.
La obra tiene número de inventario 3965 y, como depósito de nuestro fotógrafo, se encuentra expuesta en la sala 3 de la capilla de la Alameda, espacio del Museo Municipal dedicado a la Colección de Antonio Viñas de Roa en su exposición permanente titulada Imágenes del Estrecho.
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