La Policía Nacional desarticula el clan que controlaba el narcotráfico en el Cerro de La Bajadilla: "Funcionaban como una empresa"
Los agentes detuvieron a diez personas, de los cuales siete ingresaron en prisión acusados de delitos de tráfico de drogas, tentativa de asesinatos, lesiones y amenazas
Las 13 toneladas de cocaína intervenidas en Algeciras evitan que circulen por el mercado negro de Europa 780 millones de euros
Algeciras/La Policía Nacional ha desarticulado en Algeciras una conocida organización criminal asentada en la barriada de La Bajadilla, dedicada principalmente al tráfico de drogas, extorsiones y ajustes de cuentas. Este clan tenía controlado el denominado Cerro de La Bajadilla como punto negro en la venta de drogas. Alí controlaba diferentes viviendas en las que establecía incluso turnos para la venta del estupefaciente. Los vendedores eran sometidos a a un control férreo como si de una empresa se tratara, según explica la Policía Nacional, que realizó diez detenciones. Siete de estas personas han ingresado ya en el Centro Penitenciario de Botafuegos. No se descartan más arrestos.
Uno de los puntos principales que llevó a la detención del grupo organizado ocurrió en la madrugada del pasado 15 de septiembre, cuando los miembros de dicha organización provocaron un incendio en el domicilio de un clan familiar rival, mientras sus residentes dormían en el interior. Entre ellos había cuatro menores de edad, que quedaron atrapados en la vivienda con grave riesgo para su vida. Finalmente fueron desalojados y asistidos por los servicios de emergencia.
Tras este incendio, se llevó a cabo un dispositivo policial que culminó con la entrada y registro en cuatro domicilios de la barriada, procediendo a la detención de los investigados, entre ellos el conocido líder de dicha organización, por los delitos de tentativa de asesinato, lesiones y amenazas.
Dicha organización criminal se dedicaba, además, a extorsionar a los vecinos del barrio mediante el uso de la violencia e intimidación. Recurrían incluso a la utilización de armas de fuego para conseguir que abandonaran sus domicilios y así poder hacer uso de los mismos como puntos de venta de distintas sustancias estupefacientes. De este modo fueron expandiendo su actividad por la zona. Su idea, afirman los investigadores policiales, era controlar el barrio en cuanto a la venta de drogas, estableciendo ellos los mismos puntos y gestionando tanto las ventas como las ganancias a modo empresarial.
Así finalizó el pasado 31 de octubre la primera fase de la denominada Operación Ramad, que contó con la participación de varias de las Unidades de Drogas y Crimen organizado de la Comisaría de Algeciras junto con la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta y apoyo de las Unidades de Seguridad Ciudadana.
Feriante
En la segunda fase de la operación, que se denominó Feriante, tuvo lugar un segundo dispositivo policial en el cual se pudo desarticular un macro punto de venta regentado por esta organización, compuesto por varios domicilios de la barriada en los que se realizaban labores de almacenamiento, preparación y venta de sustancia estupefaciente, en concreto cocaína y heroína, utilizando cada vivienda para una función concreta dentro del entramado delictivo, conformando en su totalidad un auténtico supermercado de la droga activo las 24 horas del día.
Así, tras meses de investigación, se pudo detectar la existencia de hasta cuatro domicilios distintos. Entre ellos se repartían las labores de recepción de compradores y obtención de dinero para el efectivo pago de las dosis. Las elaboraban in situ y allí procedían a la entrega final a los consumidores. Estas funciones las llevaban a cabo los distintos investigados de manera perfectamente coordinada, asumiendo cada uno de ellos un papel establecido dentro de la organización criminal. Llegaron incluso a registrarse cambios tanto de implicados como de viviendas empleadas, dificultando así la labor policial.
Igualmente, explica la Policía Nacional, se pudo constatar como los principales investigados, el conocido líder de este clan junto a su pareja, hacían uso de un domicilio familiar en la barriada de la Piñera como lugar de guarda y custodia de los beneficios obtenidos con la actividad ilícita del tráfico de drogas.
La investigación culminó con la entrada y registro en seis domicilios, en los que se incautaron diversas cantidades de cocaína y heroína, se localizó el lugar donde ocultaban la sustancia estupefaciente, más de 150 gramos de esta última sustancia de gran pureza para iniciar posteriormente el corte y preparación de las dosis, 18.000 euros en efectivo fruto de su actividad delictiva, además de diversos útiles para la preparación y venta. Asimismo, se intervino un arma de fuego, una pistola táser, varias armas blancas tipo ¨corta-cocos¨ y un machete de grandes dimensiones.
Finalmente, se llevó a cabo la detención de diez responsables por los presuntos delitos contra la salud pública, pertenencia a organización criminal y tenencia ilícita de armas.
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