'La muerte no es el final', el himno en la Plaza Alta de un sacerdote acusado de pederastia
Bicentenario de la Policía Nacional
El comisario jubilado Julián Márquez Díaz lamenta el uso de la composición del sacerdote Cesáreo Gabaráin, denunciado por abusos sexuales, en el homenaje a los caídos de la Policía Nacional en el acto del bicentenario
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La céntrica Plaza Alta de Algeciras acogió el pasado 13 de enero los actos conmemorativos del bicentenario de la Policía Nacional en el que una parte de la celebración estuvo dedicada a honrar la memoria de los caídos en acto de servicio.
Dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía depositaron una corona de flores mientras los agentes coreaban La muerte no es el final, himno católico compuesto por el sacerdote de la orden de los Maristas Cesáreo Gabaráin Azurmendi (1936-1991), denunciado desde los años 70 por abusos sexuales. Aunque murió sin llegar a rendir cuentas con la Justicia por pederastia, su obra ha sido repudiada en numerosos círculos católicos.
Así lo denuncia el comisario jubilado del Cuerpo Nacional de Policía Julián Márquez Díaz, quien recuerda que la composición es utilizada por varios estamentos militares pese al trasfondo que rodea a su creador. "El autor del himno, ya a finales de los años 70, fue denunciado por un grupo de familiares de niños del colegio Maristas de Chamberí (Madrid) de abusar sexualmente de ellos. El sacerdote Cesáreo Gabaráin ejercía como capellán del centro y a raíz de la denuncia fue expulsado inmediatamente de los Maristas. Comenzó a deambular por diferentes colegios, parroquias, campamentos de verano o catequesis en las que se fueron acumulando acusaciones del mismo tipo y que fueron publicadas en un reportaje por el diario El País en 2021", explica a Europa Sur el comisario retirado.
Pese a las denuncias, el himno fue incorporado a la liturgia militar en 1981 por el entonces teniente general Sáenz de Tejada para homenajear a los militares fallecidos. Posteriormente, la Guardia Civil hizo lo propio y, mucho más tarde, ya en 2014, el Cuerpo Nacional de Policía también lo asumió por orden del entonces ministro del Interior Jorge Fernández Díaz.
"La muerte no es el final fue incorporado a la liturgia militar en 1981 por el entonces teniente general Sáenz de Tejada para homenajear a los militares fallecidos en las condiciones de todos sabidas. Posteriormente la Guardia Civil, con el mismo sentido, hizo lo propio, y mucho más tarde, en 2014, por orden del ultra y nefasto ministro Fernández Díaz (conocido como el jefe del Monasterio del Interior), el Cuerpo Nacional de Policía lo añadió al mismo ritual: los caídos en el cumplimiento del deber. El hecho de que desde la Constitución la sempiterna, omnipresente y todopoderosa Iglesia Católica esté en todos los guisos de los actos oficiales de esta y todas las administraciones públicas no es el motivo de la negatividad de que hablé antes, porque eso, como muestra de nuestro lamentable anclaje en lo pretérito, es lo cotidiano", critica el mando policial retirado.
El antiguo comisario abunda en que la obra de Gabaráin ha sido apartada de numerosas entidades católicas, como la Archidiócesis de Los Ángeles (California), que en 2021 publicó una declaración sobre el uso de la música compuesta por el padre Cesáreo Gabaráin. "En ella desautorizaba a las parroquias, escuelas y ministerios de la Archidiócesis de Los Ángeles a usar ninguna música ni grabaciones de música compuestas por el padre Cesáreo Gabaráin por respeto a quienes han denunciado conducta sexual inapropiada por parte del padre Gabaráin", explica Márquez, basándose en que la Congregación Marista de España confirmó haber recibido "acusaciones creíbles de abuso a menores por parte del padre Cesáreo Gabaráin".
Asimismo, La Provincia Ibérica Marista publicó una declaración el 28 de julio en la que expresaba su “dolor y pesar por los incidentes denunciados recientemente en los medios de comunicación en los que se detallan los abusos sexuales sufridos por varios estudiantes hace décadas en algunas de nuestras escuelas" junto con una condena rotunda. "Condenamos estos hechos y pedimos perdón a las víctimas por no haber sido capaces de protegerlas, cuidarlas y por no haber manejado adecuadamente estas situaciones", recogía la publicación.
El ex comisario encuentra más ejemplos de rechazo público a la obra del sacerdote. "El 11 de agosto de 2021, la editorial Oregon Catholic Press (OCP), la agencia encargada de las licencias del padre Gabaráin en los Estados Unidos, emitió una declaración en la que anunciaba que eliminaba el perfil del padre Gabaráin de su sitio web, junto con sus canciones y productos, incluidos cancioneros, CD y partituras", expone Julián Márquez, quien apunta a que la editorial también estudiaba la retirada de sus canciones de los misales e himnarios.
A la vista de estos antecedentes, el antiguo comisario afea que la composición sea utilizada en actos como el desfile militar por el Día de la Hispanidad, en presencia del Rey, o en los múltiples homenajes a los caídos en los cuerpos de seguridad y el Ejército. "Resulta ingobernable que en los actos el Ejército y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, cuya misión fundamental es proteger a las víctimas, y más si lo son de abusos sexuales, y más aún si son menores, se atrevan a cantar con auténtica devoción La muerte no es el final, compuesta por un nauseabundo pederasta que, muriendo en 1991, tuvo la suerte de escapar de la justicia. ¿Alguien entiende esto?", se pregunta el antiguo comisario en una carta dirigida a este periódico.
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