Los psiquiatras de la acusación contra Kanjaa sostienen que mantiene la intención de matar
Ataque en Algeciras
El informe señala que el acusado de la muerte de Diego Valencia "persiste en su actividad delirante" con la planificación de nuevos actos agresivos
El tercer estudio elaborado sobre el presunto yihadista afirma que el trastorno ya estaba activo cuando se produjeron los ataques en las iglesias de Algeciras
Yassine Kanjaa se adoctrinó en el yihadismo con dos líderes islamistas por redes sociales
El juez califica como asesinato terrorista la muerte de Diego Valencia a manos de Yassine Kanjaa
Algeciras/El informe pericial psiquiátrico elaborado a petición de la acusación particular a Yassine Kanjaa, el presunto yihadista que el pasado 25 de enero acabó con la vida del sacristán de la iglesia de la Palma, Diego Valencia, arroja que el acusado “padece una esquizofrenia paranoide con respuesta incompleta al tratamiento actual”, que ya estaba activa en el momento en el que perpetró los ataques a dos iglesias de Algeciras.
Aunque el juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea puso fin a la instrucción del caso a principios del pasado mes de septiembre, con la calificación de los hechos de delito de asesinato terrorista, castigado con la pena de prisión permanente revisable, las partes pueden seguir aportando pruebas. En este caso se trata del tercer informe pericial psiquiátrico que forma parte de la causa.
En el primero de ellos, dos doctores del Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla concluyeron que Yassine Kanjaa presentaba un "cuadro psicótico, de probable filiación esquizofrénica", y señalaron que en el momento de tener lugar los hechos, “el paciente presentaba una descompensación psicótica aguda con un importante grado de implicación afectiva y conductual, lo que afectaría muy severamente a sus facultades intelectivas y volitivas”.
Un segundo informe, realizado a instancias de su defensa, por su parte, consideraba que el joven presentaba un diagnóstico de "esquizofrenia en primer episodio actualmente sintomático". Además, el apartado de conclusiones del informe consideraba que Yassine Kanjaa "presentaba en el momento de ocurrir los hechos que se le imputan (el 25 de enero de 2023) un pensamiento delirante místico-mesiánico, delirante referencia, vivencias de influencia y fenómenos de difusión y control del pensamiento que le impedían percibir, comprender, decidir y ejercer control sobre sus actos".
Ahora, los autores de este tercer informe, elaborado a petición de la acusación particular por los psiquiatras Jorge Miguel García Téllez y Manuel Masegoza Palma, afirman que el trastorno mental diagnosticado estaba activo en el momento “de llevar a cabo las conductas violentas acaecidas el 25 de enero de 2023, afectado a sus capacidades congnitiva y volitiva, alterándolas en grado significativo sin encontrar elementos positivos que nos permitan asegurar que dicho grado de alteración fuera absoluto en ese momento”. Ese trastorno tuvo “un inicio progresivo y al menos dos meses de evolución previa”.
Tras consultar el historial clínico del asesino de Diego Valencia, los doctores constatan que a pesar del tratamiento que viene recibiendo “se mantiene la actividad delirante” del sujeto, “incluso con nuevos elementos psicopatológicos”. Entre ellas citan sus afirmaciones y convencimiento de que la fecha del juicio iba a ser el 30 de julio de 2023, su idea de que se le dejaría libre y de que podría viajar para visitar al papa en Roma y a los “príncipes árabes” en Arabia Saudí, y la afirmación espontánea que hizo a los dos peritos de que en el país árabe debía matar a más personas, que Kanjaa calificaba de “brujos”.
El informe señala que sobre la expresión de su trastorno actuaron “factores socio-culturales de naturaleza radical que aumentaron la hostilidad del sujeto, dirigiendo su conducta hacia un sector concreto de la población con la que convivía”.
"El sistema de ideas delirantes del periciando -Kanjaa- distorsionaba su apreciación de la realidad propia y del entorno en el momento de su concucta violenta (se sabe influido de forma místico-sobrenatural y elegido para una misión divina por la que tiene que eliminar a los servidores del diablo)”, indican los psiquiatras, que destacan que su compromiso afectivo con el delirio “influyó sobre su pensamiento (él mismo se siente afectado por la magia) y alteró su conducta (debe librarse de los impulsos suicidas que está sintiendo y que percibe como inducidos externamente; cree firmemente que su conducta está influida por designios divinos, que no es él quien la determina)".
Kanjaa “decidió actuar en consecuencia con su certeza delirante de forma reactiva, hostil y finalmente homicida, sin contemplar otro curso de acción para ser ayudado y/o aliviado”, destaca el informe, que concluye que el presunto yihadista “persiste actualmente en su actividad delirante de tipo místico-mesiánico y de influencia, incluyendo planificación de nuevos actos agresivos y se mantiene vulnerable a ideologías de tipo yihadista”.
El juez Joaquín Gadea decretó el pasado 30 de enero, tras escuchar al presunto yihadista en sede judicial, prisión provisional sin fianza, y le atribuyó los delitos de asesinato y lesiones con fines terroristas que, advirtió, podrían conllevar la prisión permanente revisable.
En su resolución, el juez indicaba que la actividad desarrollada por Kanjaa se podía calificar como un ataque yihadista dirigido tanto contra sacerdotes que profesan la fe de la Iglesia Católica como contra musulmanes que para el investigado no siguen los preceptos del Corán.
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