Rafael Riqueni deja destellos de su manejo con la guitarra en Algeciras
X Encuentro Internacional de Guitarra Paco de Lucía
Ofreció algunas de sus composiciones más alabadas, entre el clasicismo y el flamenco
Le acompañaron la chelista Gletchen Talbot y los guitarristas Salvador Gutiérrez y Manuel de la Luz
Fotos del concierto de Rafael Riqueni en el Encuentro de Guitarra Paco de Lucía
Quién es quién en el sexteto 'paquero' que se reúne en Algeciras
Algeciras/La tercera noche del X Encuentro Internacional de Guitarra Paco de Lucía la protagonizó Rafael Riqueni y su guitarra. O mejor podría decirse que fue una sesión de guitarras y chelo, que hubo para todo, de calidad por momentos y también, incluido, cierto sinsabor porque no siempre el toque respondió a lo esperado. Es como si faltara pulsión, y eso se termina notando en la conexión entre los artistas y el público, siempre respetuoso.
Arrancó Riqueni con dos composiciones propias, la primera de ellas una rondeña, y sé introdujo en la senda de Paco de Lucía, tras reconocer que se sentía emocionado por estar en el encuentro algecireño. Encaró un zapateado y luego unas bulerías de Paco de Lucía, y terminó reconociendo que era difícil emular a su maestro, lo que le honra.
El sevillano tiene ligada sus manos a la guitarra desde chico, empezando por la de plástico de las tómbolas de feria. Acumula una amplia discografía como solista, amplia experiencia como tocaor, y es muy reconocido como compositor. A Riqueni hay que alabarle el gusto de trasladar a notaciones muchas composiciones flamencas, algo no tan usual como debería ser. Que existan partituras es ya bueno y será mejor para el futuro.
Su gusto por lo clásico lo brindó junto a Gletchen Talbot, chelista, interpretando temas de su disco Parque de María Luisa, una obra intimista con muchos matices, en las que se muestra el Riqueni clásico, entendiendo clásico como ortodoxo del flamenco y amante de la música clásica.
Tras la muestra subieron al escenario los guitarristas Salvador Gutiérrez y Manuel de la Luz, que a duo tocaron La Tumbona, la bulería de Paco de Lucía que combinaron con falsetas de otras bulerías del maestro algecireño. A partir de ahí llegaron composiciones a trio, ya sin la chelista, con fandangos abandolaos, verdiales. La guitarra de Riqueni sonó mucho mejor junto a la de Gutiérrez y De la Luz
"Hay cosas que no se pueden aprender en un libro, sino en fiestas y escuchando", le dijo en una entrevista a Manuel Bohórquez. En Youtube se encuentra una grabación de Riqueni de unas guajiras de la Bienal de Flamenco de 1984 que el artista las toca con notas limpias, ritmo, dominio, y solo sobre el escenario. Riqueni trastea sus manos sobre el instrumento con movimientos bien ordenados, como quien conversa intimamente con una amiga de seis cuerdas que él las convierte en más, como han comentado amantes de la música flamenca que han asistido a sus conciertos.
En sus conciertos hay silencios bien marcados, como debe ser en toda interpretación de cualquier música, como oxígeno para el ruido de las notas. Ocurre siempre. Quién asiste a sus conciertos puede empezar preguntándose cómo será ese rato de diálogo entre el artista, su guitarra, y el público. Funciona, no siempre, sí, conforme se impone la música y recibe el respeto de los que escuchan.
Entre el Riqueni que se ve interpretar en la grabación mencionada de 1984 y el Riqueni que actuó en el parque María Cristina en la noche del miércoles hay un largo periodo de desapego del artista con la guitarra, que comenzó a mitad de los años 90 del siglo pasado y se prolongó unos veinte años de sufrimientos sentimentales y mentales, que ya hace tiempo que va quedando atrás. Paco Bech, amigo y director del documentral que lleva el nombre del sevillano, asegura que "Riqueni era el genio del flamenco que estaba perdido". Con él pasó doce años grabando la cinta cinematográfica que sirvió para contar una historia humana de superación.
Era su vida marchita que ya hoy es otra vida en la que el pasado queda en la distancia, y del que ha rescatado su habilidad y sensibilidad en el toque. Educado en la escuela del Niño Ricardo, heredera de Ramón Montoya, y bebiendo también en otros guitarristas a los que respeta y admira como el propio Paco de Lucía -su pasión por la guitarra se decantó cuando escuchó Fuente y Caudal- , Manolo Sanlúcar, Niño Miguel.. Muchas de sus composiciones tienen el nombre de compañeros.
Terminó por fandangos de Huelva dedicados al Niño Miguel, célebre tocaor onubense de ejecución muy personal, muy admirado por Paco de Lucía, una composición que sonó bellísima. En la cuarta sesión, de este jueves, llegará el sexteto joven reunido para este encuentro algecireño.
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