Roca Rey, un rebelde con causa que agitó a la afición de Algeciras entre el nostálgico adiós a Pablo Hermoso
FERIA REAL DE ALGECIRAS 2024
Las Palomas, generosa en exceso, volvió a vivir una lluvia de orejas
Uno de los caballos del rejoneador navarro, 'Regaliz', se llevó una cornada tras resbalar durante la lidia
Enrique Ponce, a ritmo de bolero, se despide de Algeciras a hombros tras toda una vida
El regreso de la mítica ganadería de Miura a Algeciras, retransmitido este sábado por Canal Sur Televisión
Algeciras/Esta de Algeciras es una feria que, inevitablemente, invita a la nostalgia. Por un lado, se anuncian las viejas glorias del toreo, como Enrique Ponce o Pablo Hermoso de Mendoza. Por otro lado, la falta de emoción en el ruedo obliga a que la imaginación transite por otros tiempos y lugares.
Miguel Ramos Zambrana, el querido Miguelete, fue la primera persona que me llevó a Las Palomas, allá por 1996. Sabía que me gustaban mucho los caballos y eran los años dorados del rejoneador navarro y su prodigioso Cagancho. Esta tarde he recordado cómo le brillaba la grupa mientras le trenzaban las crines en las caballerizas de la plaza.
Curiosamente, cuando Pablo Hermoso tomó la alternativa, en 1989, ni Juan Ortega ni Roca Rey habían nacido. A día de hoy, comparten cartel, una conjunción un tanto extraña, pues ni los grandes galanes de Hollywood han tenido carreras tan dilatadas como los diestros de ahora. Media España sueña con su jubilación y los toreros, a pesar de las cornadas y lesiones, no se retiran ni a tiros. Literalmente, se les rompe el toreo de tanto usarlo.
Las Palomas, con su aforo para algo más de 11.000 espectadores, es de las pocas plazas del mundo que Andrés Roca Rey no consigue llenar. Es un indicativo de la afición (o más bien la escasa afición) de esta localidad, la cuna de Miguelín. También habla del papelón que tiene cada año Carmelo García, el empresario. Este viernes logró tres cuartos de entrada en el cartel más popular del serial.
Si bien es cierto que, si actualmente hubiera en activo media docena de Roca Reyes, otro gallo cantaría. Tras cortar tres orejas en Algeciras, la gente salió encantada. No es para menos. El valor del peruano continua siendo descomunal. Cuando atornilla las zapatillas en el albero, ahí se quedan. Es como una grúa de última generación de barco a tierra. Ni toda la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras tiene una instalación tan sólida en ninguno de sus muelles.
Salvo montarse en ellos, Roca Rey le ha hecho absolutamente de todo a sus toros de Núñez del Cuvillo: gaoneras, pases cambiados, toreo de rodillas... Siempre con una exposición absoluta. Se considera un "rebelde con causa" porque, según dice, ningún Gobierno va a dictarle cómo vivir, en referencia al reciente anuncio del Ministerio de Cultura de eliminar el Premio Nacional de Tauromaquia. El peruano-sevillano se ha vuelto un defensor acérrimo de la diversidad cultural que nos define como sociedad. Y así lo proclama en la plaza, tarde tras tarde. El cóndor pasa y el mundo del toro tiene mucho que agradecerle a este joven que se ha echado a la espalda una responsabilidad que otros, mayores que él, no asumen. Lástima que su guerra se desarrolle prácticamente en solitario.
Cuando toreaba, algún cantamañanas del tendido pidió el indulto del tercero, pero afortunadamente la disparatada reclamación no cuajó en la presidencia. Otro incidente, este más grave, fue la cornada que se ha llevado el caballo Regaliz, de la cuadra de Hermoso de Mendoza, tras resbalar en la arena húmeda de la boca de riego. Al parecer, es una herida extensa, que le afecta a la musculatura, pero no reviste gravedad. El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, se desplazó presto al patio de caballos para comprobar, in situ, el estado de salud del animal.
Completaba el cartel Juan Ortega, quien sustituía a Morante por su gran faena en la Feria de Abril, pero que en Las Palomas se llevó el peor lote. De todos modos, tampoco anduvo despierto. A su primero, un manso bíblico, decidió torearlo a la contra de su querencia, que eran los terrenos de toriles. Con el quinto también anduvo a la gresca. Las señoritas, eso sí, aún rumorean a su paso que ese apuesto joven fue quien dejó plantada a su novia en el altar este invierno y, quién sabe, si todavía se encuentra soltero y disponible. La sombra del escándalo continúa siendo alargada.
Finalmente, a la salida, una espectadora protestó vehementemente porque la tiza con la que pintan los datos de los toros en la tablilla no se ve ni con prismáticos. Tampoco estaba conforme con la lluvia de orejas, especialmente las concedidas al rejoneador. Ella también pasó buena parte de la corrida rememorando junto a su marido aquellos veranos en El Rinconcillo. Y el espeto de una tal Josefina.
Ficha del festejo
Tercer festejo de la Feria Real de Algeciras. Tres cuartos de entrada. Viento suave de poniente. Corrida mixta con dos toros de Fermín Bohórquez para rejones y cuatro de Núñez del Cuvillo para lidia a pie. Fue premiado con la vuelta al ruedo el 3º, Berlanguillo, nº 99. Pablo Hermoso de Mendoza, una oreja y dos orejas; Juan Ortega, de purísima y oro, ovación y silencio; Andrés Roca Rey, de azul marino y oro, una oreja y dos orejas. Saludaron en banderillas Antonio Manuel Punta y Francisco Durán Viruta. Pablo Hermoso le dedicó un emotivo brindis a Paco Ojeda y Fermín Bohórquez, en el callejón.
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