El mapa de ruidos de la ciudad apunta a las zonas de alta densidad de tráfico

El Ayuntamiento de Algeciras ha sometido a información pública el Mapa Estratégico de Ruidos (MER) de la ciudad. Se trata de una radiografía que revela qué zonas de la localidad son las que experimentan mayores alborotos. Están localizadas, fundamentalmente, en aquellas que soportan más tráfico rodado, además de los polígonos y el área portuaria. El proyecto también conlleva la elaboración de un plan de actuación, con el planteamiento de medidas correctoras del nivel de sonidos, que aún no están no obstante concretadas o tipificadas.

El mapa fue aprobado de forma inicial en el pleno del pasado mes de julio y, lo dicho, ahora está en exposición pública. Ana Rodríguez, concejala de Medio Ambiente, explica que se puede consultar en la sede de la delegación (en las dependencias de Urbanismo) y que también se podrá observar desde la web municipal.

El documento señala que las zonas de Algeciras con mayor nivel de ruido son las de más alta densidad de tráfico, tales como El Secano o la avenida Virgen del Carmen o confluencias como las de Virgen del Carmen con calle Mimosa y Príncipes de España (el primer cruce Fuente del Milenio abajo). Las áreas industriales como los polígonos y la zona portuaria también irradian un nivel de sonidos destacado.

El Ayuntamiento adjudicó en enero de 2013 la redacción de este Mapa Estratégico de Ruidos. Algeciras está obligada a tenerlo de acuerdo a una directiva europea de 2002. La normativa comunitaria -y su posterior incorporación al ordenamiento jurídico español a través a una ley y de un real decreto- lo impone por ser una ciudad de más de 100.000 habitantes. Se ha de revisar cada cinco años.

De la primera fase del proyecto se encargó Diputación de Cádiz. Hizo una zonificación de la ciudad y el municipio quedó dividido en 84 áreas de sensibilidad acústica: 65 de carácter residencial; cuatro dedicadas a la industria; otras cuatro para uso turístico y terciario; ocho de infraestructuras de transportes; y tres de espacios naturales. En seis de estas zonas se detectó un posible conflicto por situarse en puntos donde limitan áreas destinadas a uso residencial con otras utilizadas para actividades económicas, industriales y portuarias.

Durante la elaboración del mapa se estudiaron in situ estos enclaves, se realizaron las comprobaciones, se procedió con detecciones más concretas. Se evaluaron las fuentes de ruido, se analizaron los cumplimientos de los objetivos de calidad acústica en relación con la normativa vigente y se determinó el grado de exposición de la población en cada zona revisada.

De hecho, se debió registrar el número de personas cuyas viviendas se encuentran expuestas a los diferentes intervalos de niveles de ruido y, además, auditar el número de viviendas, colegios, institutos, centros universitarios y hospitales de cada trecho.

Ana Rodríguez resalta que el mapa es de destacado interés y valor y pone como ejemplo que será incluido en el PGOU, es decir, que habrá que tenerlo en cuenta a la hora de hacer un edificio para decidir, por mencionar un aspecto, el tipo de aislamientos. Además el estudio también tiene que ver con la movilidad de la ciudad, puesto que no es igual que pase por una determinada zona un autobús o que lo hagan 40 coches.