El sexenio democrático en Algeciras: Los Bálsamos y el secuestro de dos británicos en tiempos de feria
Historias de Algeciras
Coincidiendo con el algecireño consistorio presidido por Juliá, el general y presidente del Ejecutivo, Juan Prim, pretendía por enésima vez hacer lo propio con el trono español
Algeciras/Sean todos bien hallados; proseguimos en este nuevo curso profundizando en la histórica huella que dejó el Sexenio Democrático en nuestra ciudad, recordemos, a modo de enlace con la última entrega y en la cual se hacía mención al alcalde primero de Algeciras don Manuel Juliá, que este “y para el general conocimiento de la ciudadanía” hizo público el siguiente acuerdo: "Por consecuencia de la ley de seis de mayo de mil ochocientos cincuenta y cinco, relativa al reconocimiento de la propiedad de los términos que procedentes de los Propios y Comunes de los pueblos se hallaban poseídos sin títulos suficientes, se instruyó expediente á instancia de Don Agustín Bálsamo y Cabrera, de estado casado, propietario, mayor de cuarenta años y de este domicilio. Tal bando respondía a la previa solicitud por el interesado -Bálsamo Cabrera-, para la obtención del preceptivo: Título administrativo de la finca cuya descripción y títulos es como sigue: Un huerto conocido por el del Cañuelo, situado en el partido de la dehesa del Algarrobo, término de esta Ciudad, que linda por el Norte con la dehesa segunda de Don Ramiro, por el Poniente con tierras de los herederos de Don Rafael de la Torre, y el Algarrobo; por el Sur con dicho Algarrobo y tierras de los mismos herederos de Torres; y por Levante con la misma propiedad y la antedicha dehesa de D. Ramiro; mide su cabida tres fanegas y tres cuartillos de tierra de marco real que hacen dos hectáreas, cuatrocientas diecisiete áreas; una fanega y cuartilla es de segunda clase; una y media de tercera; y una fanega de cuarta clase; dichas tierras se encuentran roturadas y lo que no lo está es por ser el terreno pedregoso é infructífero; tiene árboles frutales y está destinada á cereales, todo su perímetro está marcada con una cerca de piedra seca y tiene su correspondiente caserío".
El terreno donde se labró dicho huerto fue concedido: "Por este Ayuntamiento en el año pasado de 1816 á Don Gaspar Ramos, libre de canon por lo atendido de improductivo y estéril de dicho terreno que en fuerza de cuantiosos dispendios ha podido reducirse á cultivo. Después por traslación posterior pasó dicha finca á Don Francisco Ramos Martín el cual la vendió á Don Vicente Bálsamo, padre del compareciente [...] por el fallecimiento de Don Vicente, la adquirió por herencia su hijo el D. Agustín Bálsamo [...] en trece de Junio de 1863. Que sustanciado el expediente en conformidad a las prescripciones de dicha Ley -de 6 de mayo de 1855- y el Real Decreto de veintiuno de Setiembre de 1865 se justificó ante la municipalidad la legítima posesión en que se hallaba Bálsamo Cabrera de la relacionada finca; y en sesión de cinco de Junio de mil ochocientos sesenta y seis, y con la audiencia del Síndico se aprobó lo actuado fijándose edicto por ocho días convocando á los que se creyeren con derecho á contradecirlo y remitido el expediente á la superioridad y devuelto con la orden siguiente. Orden. Diputación Provincial de Cádiz.=Tierras= nº 160= Resultando del expediente instruido por ese Ayuntamiento á instancia de Don Agustín Bálsamo y Cabrera [...] en sesión celebrada en el día de hoy y de conformidad con lo que dispone el artículo 6º de la misma Ley, acordó conceder su aprobación, y que se devuelva al municipio [...] proceda al otorgamiento de la correspondiente escritura, á cuyo título de propiedad se dejará gravada la tierra á responder del canon anual de dos escudos, seiscientos veinticinco milésimas, interín no fuese redimido. Dios guarde á V.S muchos años.= El Vicepresidente F. González de la Vega.= El Secretario Ignacio Soler.=Al Sr. Alcalde 1º Constitucional de Algeciras".
Coincidiendo con el algecireño consistorio presidido por Juliá en la legitimación de la propiedad de Agustín Bálsamo, el general y presidente del Ejecutivo Juan Prim, pretendía por enésima vez hacer lo propio con el trono español; para entonces se encontraba totalmente absorto en la redacción del Proyecto de Ley para la Elección de Rey al mismo tiempo que mantenía secretas conversaciones, muy avanzadas por cierto con Guillermo I, y tras las cuales se encontraba la figura del prusiano príncipe Leopoldo de Hohenzollern Sigmaringen (españolizado como Olé, olé, si me eligen). Cartas iban y venían desde Berlín a Madrid. El inminente conflicto franco prusiano -comenzado en el mes de julio de aquel verano del 70-, tendría una gran relevancia en el descarte del joven Leopoldo, faltaban apenas unos días -11 de junio- para que el propio Prim y ante las Cortes expresara: "Dando nuevas seguridades de que lo que aquí espontáneamente dije un día (1869) de que las palabras jamás, jamás, jamás que salieron de mi pecho como expresión de mi íntima y sincera convicción, hoy las repito con más fervor si cabe a la restauración de D. Alfonso -hijo de Isabel II y futuro Alfonso XII- ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS! Haciendo resonar nuevamente en el hemiciclo los tres los famosos “tres jamases de Prim” a la presencia en el vacío trono español de un miembro de la familia Borbón. Aquél adverbio repetido por segunda vez -y al parecer con una mayor vehemencia que la primera-, poco o nada serviría para impedir la pronta suerte de Prim y de España".
Al mismo tiempo que el destino comenzó a serle contrario al aclamado liberal Juan Prim, el caprichoso azar quiso que en nuestra ciudad, junto a Madrid, Sigüenza, Tuy, Barcelona o Valladolid, tocase uno de los premios mayores de la lotería nacional, concretamente la nada despreciable cantidad de 1.000 escudos o sean 10.000 reales al número 10.469. Y mientras en algunos hogares algecireños se celebra el reseñado premio, en el resto de la ciudad se comentan las últimas noticias relativas al secuestro de dos súbditos británicos días atrás por un grupo de forajidos. El asunto toma tintes diplomáticos: "Los dos ingleses cautivados se hallan ya en Gibraltar. El ministro de la Gobernación, con sus frecuentes escitaciones (sic), la actividad de los gobernadores de Cádiz y Málaga y el celo de los alcaldes de Ronda, San Roque, Algeciras, y otros pueblos, que han mirado este asunto como cuestión de honra nacional han dado este resultado. El ministro de la Gobernación les había encargado que no repararan en recursos pecuniarios para el rescate, ni pararán hasta hallar a los cautivos, sin perjuicio del castigo que después haya de imponerse á los criminales si son habidos. El ayudante del Regente del reino, señor Quéipo de LLano, fué ayer á visitar por orden de S. A. al representante de Inglaterra en Madrid, para participarle que han sido restituidos á su residencia de Gibraltar los Sres. Bonnell, secuestrados hace días. El ministro inglés ha recibido la noticia con satisfacción".
Recordemos que -jamases y rescates aparte- Algeciras se encontraba en su feriado y taurómaco mes de junio, estando esta cuestión, sobre todo para los toristas aficionados locales, por encima de otras mundanas cuestiones: "El torero Francisco Arjona Reyes tomó el tren para dirigirse á Algeciras, donde toreará el domingo y lunes 5 y 6 del corriente. Días después se haría público para general alegría de los aficionados: No ha ocurrido novedad á los espadas Lagartijo y Frascuelo ni á sus cuadrillas en las corridas de toros celebradas anteayer en Córdoba. Comentándose también que: Han salido con felicidad Francisco Arjona Reyes y José Nachío y sus cuadrillas en las corridas verificadas en los mismos días en Algeciras".
Coincidente con la indemne salida de los citados diestros del coso de La Perseverancia, también se hizo público en relación a los gibraltareños secuestrados lo que sigue: "Es una indigna calumnia cuanto han dicho los periódicos reaccionarios acerca del asunto. Acatando y cumpliendo exactamente las acertadas disposiciones del señor ministro de la Gobernación las autoridades de Sevilla, Cádiz, Málaga y Córdoba, han dictado á la mayor brevedad las órdenes convenientes para llevar á cabo el rescate de los individuos en cuestión, y como ya saben se ha conseguido del modo más satisfactorio. Los secuestrados quedaron en absoluta libertad y los secuestradores muertos en el encuentro que tuvieron con las fuerzas de la Guardia Civil. He aquí la relación exacta de cuanto ha sucedido desde el día 17 de mayo próximo pasado se hallaba en el ventorrillo de Savalbajo (sic), á tres cuartos de legua de la línea de Gibraltar en dirección á la villa de Estepona cinco hombres perfectamente armados de retacos (escopeta corta), con cuatro caballos y una yegua, bien vestidos, y con sus largas cadenas de reloj. Como no es extraño ver por aquellos sitios esta clase de huéspedes se tuvieron por contrabandistas de los que hacen el tráfico con Gibraltar. Más con fecha 22 de mayo último el Gobierno Civil de la provincia de Cádiz dió parte al ministro de la Gobernación de que á pocos pasos de la línea fronteriza de Gibraltar habían capturados dos ingleses, vecinos de aquella plaza, por cinco criminales...".
Prosiguiendo la narración: "Además de los medios de acción que la autoridad de Cádiz empleaba para el rescate de los secuestrados, el señor ministro de la Gobernación comunicó en el acto las órdenes más apremiantes á los gobernadores de Cádiz, Málaga y Córdoba, y á los alcaldes de San Roque, Algeciras y Los Barrios para que sin omitir medio, diligencia ni sacrificio alguno, y considerando esta cuestión como honra y dignidad de España y de su gobierno se dedicaran á conseguir el rescate de los secuestrados. El 23 seguían con actividad las gestiones y las diligencias encaminadas á tal objeto se hallaban arrestados los dueños del ventorrillo del campo de San Roque llamado Savalbajo, donde habían sido detenidos los súbditos ingleses se siguió la pista probable de los secuestradores hacia la serranía de Ronda; se ponía en movimiento toda la Guardia Civil; se hacían pesquisas en todos los pueblos de las dos provincias de Cádiz y Málaga; y por parte del ministro de la Gobernación incesantemente se repetían las órdenes para salvar á todo trance la vida de aquellos desgraciados en primer lugar, y en segundo para dar á España y á la Europa la satisfacción de que no quedan impunes semejantes delitos en el país clásico de la hidalguía y la lealtad. Una de las providencias que adoptó fue que el gobernador de Cádiz, saliendo inmediatamente de la capital, se pusiese en el punto de donde los secuestradores habían arrancado á los secuestrados. Sin perder momento, el activo Sr. Villalba no solamente se trasladó á San Roque, sino que se personó en Gibraltar, y con una actividad digna de todo elogio recorrió unos y otros puntos, logrando por ese medio tales noticias que, combinadas con otras que oportunamente recibía el ministro de la Gobernación, este adquirió el convencimiento de que podía salvarse la vida de los súbditos ingleses secuestrados, objeto preferente como cuestión de honra, tratándose de una nación tan celosa de la liberal y bienestar de sus administrados; y desde entonces se consagró aquel objeto se lograse el no menos atendible é importantísimo de capturar y castigar pronta y severamente á los criminales. La honra nacional estaba a salvo de cara al exterior. Internamente el tan concepto, como así recogió años más tarde Galdós en su novela !Miau¡, estaba sujeto a la denominada “Lógica española”; por ejemplo, como así lo hace el autor, en la aplicada a la Administración, expresando: Se colocaba al funcionario pilló delante del honrado, al ignorante por encima del entendido y al honrado debajo, siempre debajo. ¡Qué cosas pasaban en este país¡".
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