El Sexenio Revolucionario (1868-1874): Los republicanos algecireños reclaman la República Federal
Historias de Algeciras
Fuera de la cotidiana realidad del contrabando, los liberales algecireños deseaban formar parte de la vida política nacional
Los vapores correos Algeciras-Ceuta y el callejón Cuadrado
Al mismo tiempo que la nación estaba sumergida en una profunda crisis esperando una mejora en la futura constitución, en Algeciras, sus ciudadanos, fruto de la general situación económica, también se encontraban padeciendo una profunda crisis; tal fue el caso de Josefa Fuerte Cañamaque, quien: "Necesitando de algún efectivo para atender el tráfico de la panadería que lleva en esta población, recibió de las hermanas Joaquina y Ana María Arellano Izquierdo, la cantidad de 200 escudos en efectivo". Para afrontar la recepción de tan importante suma con la que atender su tahona, doña Josefa se vio en la obligación de garantizar el pago con la casa de su propiedad sita en el número 50 de la calle Nueva o Matadero. En análogas circunstancias, se encontraba el también vecino de Algeciras, Esteban Rivas Rodríguez, sexagenario maestro albañil, quién: "Debiendo la cantidad de 940 r.v. al vecino del sevillano municipio del Ronquillo y de nombre Francisco Rodríguez, entregó a su hijo Blas Rivas Marquez, la citada cantidad para que marchara hasta la provincia hispalense y saneara su deuda". En plena penuria económica, el republicano algecireño y diputado La Calle, manifestó ante las autoridades provinciales: "La carretera de Cádiz á Algeciras pertenece al Estado y no tiene en ella intervención alguna este Cuerpo provincial, debía hacer presente aprovechando la oportunidad de concurrir á esta sesión el Sr. Gobernador, que los trabajos de dicha carretera en su sección de Tarifa á Algeciras se hallan paralizados desde el mes de Julio últimº. en razón á que el contratista ha alegado tener invertido más fondos en dichas obras que los que ha percibido; con este objeto, por cuyo motivo esperaba de este cuerpo provincial, como encargo de velar por los interese de los pueblos acordase elevar una esposición (sic) al Ministerio de Fomento pidiéndole ordenase al expresado contratista continúe las obras de dicha carretera, sin perjuicio del resultado de las reclamaciones que tiene entabladas, á fin de no perjudicar á dichas poblaciones como hoy lo están por la paralización de dichos trabajos, rogando así mismo al Sr. Gobernador, se sirva interponer su eficaz recomendación pª. que la solicitud de este Cuerpo prov(al). tenga un favorable resultado".
Por aquellos preconstitucionales días se produjo en nuestra ciudad el sentido fallecimiento de la viuda María Josefa Larios y Avilés, pensionista de guerra, quién al morir contaba con 54 años. Mujer muy religiosa y caritativa, quiso recibir como entierro: "El más modesto y pobre. Recibiendo en la iglesia parroquial de la Palma por su alma e intención, tres misas rezadas en el altar de las Benditas Ánimas, otras tres por la de sus padres y otras tres por las de sus difuntos maridos". Siendo su confesor el presbítero D(n) Vicente García Real, "se le asignó para limosnas por misa 8 r.v. qué es lo que está establecido". La difunta, años atrás y siendo soltera había contraído matrimonio en la local parroquia con el también vecino de Algeciras Juan María Dieffebruno, "no teniendo hijo alguno". En segundas nupcias casó con el capitán retirado Blas Muñoz Muñoz, también en el mismo templo, "con quién tampoco tuvo descendencia". Acreedora de las hermanas Josefa y Mercedes Santos Izquierdo y Terrero, por la cantidad de 12.000 r.v. estas habían garantizado el citado préstamo como las siguientes propiedades: "Casa de patio de vecindad, conocido como del Peral, número 24 de la calle de Jerez, compuesto de 11 viviendas bajas; otra, formando esquina en la misma calle, con pozo de aguas y negro; y el alto del número tres de la vivienda sita en calle Santísmo, siendo el bajo propiedad de Antonio Santos Izquierdo [...] A su muerte vivía con su hermano Joaquín, de estado casado y con domicilio en esta vecindad".
En el municipal ámbito se generó la siguiente certificación: "D. José Díaz y Ramírez Secretario del Ayuntamiento Popular de esta ciudad. Certifico que en sesión extraordinaria celebrada por dicha Corporación [...] se acordó apoderar al Concejal D. Nicolás Gras Dilohy para que cobre de la Tesorería de la Provincia, todas las cantidades que correspondan al Municipio por interés de las láminas de los Bienes de Propios, Instrucción Pública y Beneficencia vendidos con arreglo á la Ley de Desamortización, así como también las sumas por anticipos y abonos de la Caja de Depósitos de dichos bienes, facultándolo igualmente para que recoja las nuevas láminas que existan en las oficinas del provincial de la mencionada provincia; realizando así mismo los recargos de contribución Territorial e Industrial, con los demás créditos que en cualquier concepto alcance el Ayuntamiento; á cuyo fin confiere el expresado Sr. Gras el poder que sea necesario para su representación, que podrá sustituir en la persona ó personas que tengan por convenientes, bajo su responsabilidad; adjudicándoseles certificación de este acuerdo cuantas veces sea necesario para que pueda hacer constar la representación ó poder que se le confiere. Es copia de su original que queda en el libro corriente de Actas de que certifico y á que me refiero. Y de orden del Sr. Alcalde que visará doy el presente en Algeciras á tres de Mayo de 1869. Sello y firmas".
Y así mientras mientras el local consistorio daba plenos poderes al concejal Grastambién acontecía en las cercanas costas: "Las escampavías “Chispa”, “Liebre”, “Fama” e “Invencible”, de la sección de guarda-costas de Algeciras, apresaron, la primera un falucho con 14 bultos de tabaco en la noche del pasado 10 del pasado sobre los arrecifes de Punta Carnero; la segunda el 25 entre los ríos Palmones y Guadarranque, dos embarcaciones con 19 bultos del mismo artículo; la tercera en la noche del 29 en la bahía dos barquillas con 24 bultos de lo mismo; y la cuarta en la misma noche en los arrecifes de la Torre de la Sal una barquilla con 20". Dentro del mismo control de ilícitos también se registró: "La escampavía “Insistente”, de las secciones de guarda-costas de Algeciras, aprendió en la noche del 3 del actual en las aguas de Punta carnero, cómo á dos millas al E. un falucho con 105 bultos de tabaco. La de igual clase “Fama”, de la misma sección lo verificó igualmente en la noche del 4 en aguas de Cabo Plata de un falucho con carga de 58 bultos del propio artículo; y la nombrada “Atrevida”, de la división de Cádiz, lo efectuó en la expresada noche sobre los arrecifes de Cabo de Trafalgar de otro falucho con 61 fardos también de tabaco".
Fuera de la cotidiana realidad del contrabando, los liberales algecireños desean formar parte de la vida política nacional, y para ello: "El Comité Republicano de Algeciras en representación de sus numeroso correligionarios de esta ciudad, tiene el honor de exponer á esa Asamblea Soberana, cómo abrigando la convicción de la imposibilidad absoluta del establecimiento de la monarquía que rechazan la mayoría de los españoles, y considerando al mismo tiempo lo difícil, cuando no imposible, de encontrar candidato nacional que se preste á las diversas como encontradas aspiraciones de los monárquicos, por cuanto dicho sistema contrario á la revolución de la Nación que lo rechaza por la larga serie de males que han producido y aspiran ver realizadas las grandes y radicales reformas que solo puede garantir la forma Republicana, suplican á las Cortes se dignen proclamar la República federal como la única forma de Gobierno que asegura el ejercicio de las libertades patrias. Algeciras 15 de Mayo de 1869. El Presidente, Francisco Mendez Ariza, Vicepres. primero, Vicente García Aparicio; Vicepres. segundo Francisco Contilló; Vocales: Eduardo Benítez, José Jurado, Pedro Vázquez, Juan García Ravel, Miguel Ramos, Antonio Farache, Antonio Estevez, Pedro Marín, Juan Orozco, Manuel Díaz, Amalio Rodríguez, Juan Arcos Torres. Secretarios: Antonio Fernández Custodio y Adolfo Díez del Real".
En aquellos últimos días del mayo preconstitucional y florido, la política nacional sigue el rumbo siguiente: "Ante todo queremos cualquier rey, menos a ninguno que descienda de Carlos IV y María Luisa. Mientras no haya rey preferimos un gran ministerio de conciliación á la regencia del duque de la Torre, de lo contrario preferimos apoyar desde los bancos de la mayoría á Prim antes que crearle una grave situación. Desde el banco azul preferimos el papel que nos trazan los Sres. Rivero, Olózaga, Ríos Rosas, Posada, Ullóa y otros hombres importantes al negarse a figurar en el gabinete de Prim, á pesar de lo muy dispuesto que se encuentran en apoyarle". Mientras los revolucionarios del 68 dejan claro su animadversión hacia la Casa de Borbón, en nuestra ciudad, el juzgado hace público lo que sigue: "D. Antonio J. de Reyes y Martín, Juez de paz de esta ciudad é interino de primera instancia de este partido [...] por el presente cito, llamo y emplazo á Juan Heredia Cortes (alias) Juanaco, para que en el término de treinta días, contados desde la fecha de la inserción de este edicto en el Boletín oficial de la provincia, comparezca en este Juzgado á responder de los cargos que le resultan en las causas que en el mismo se le sigue por hurto de caballerías; apercibido de que no hacerlo le parará el perjuicio que haya lugar. Algeciras á 31 de Mayo de 1869.- El Juez accidental, Antonio J. de Reyes.- Manuel Pérez".
En otro orden asuntos, también acontece en nuestra ciudad, que: "Miguel Colety Mora, como administrador judicial de José Moreno Ortíz, daba en arrendamiento a Manuel Padilla Torres, una suerte de tierra de 18 fanegas y en la Dehesa de la Punta que llaman del Lazareto [...] por el tiempo de un año, desde San Miguel del próximo pasado y concluirá en igual día del presente 1869. El arriendo se fija en la cantidad de 400 reales anuales que pagará el colono al finalizar el contrato [...] el colono podrá subarrendar de su cuenta y riesgo la expresada suerte".
Y mientras los padres de la nación se conforman con cualquier rey que no se apellide Borbón, al mismo tiempo que el Juanaco sigue suelto, y a la par que se arrienda la suerte del Lazareto en Getares, en nuestra ciudad también ocurren otros hechos, tales como: "D(n) Francisco Fuillerat y Ramirez, remató el servicio de Alumbrado público de la misma por el año vencido de 1868 á 1869, obligado por la condición 19 del pliego a dar fianza á satisfacción del mismo Ayuntamiento por la mitad del importe del remate. Que por causas de su voluntad deja de dar dicha fianza á su debido tiempo por lo que se le exige ahora, pero que habiendo recorrido más de la mitad del tiempo del contrato cree conseguir de la Corporación se limite la fianza hasta la cantidad de 600 escudos, dada por persona de reconocida responsabilidad [...] que para ello ha acudido a D. Féliz Ramírez, quién se ha prestado a ser su fiador [...] que D(n) Francisco Fuillerat y Ramirez, como principal, cumplirá exactamente con cuantas obligaciones tiene contraída con el Ayuntamiento de esta Ciudad de Algeciras, como rematador del servicio de Alumbrado público y el D(n) Félix Ramírez Arjona, se constituye en fiador del rematante Fuillerat por la cantidad de los 600 escudos". Ramírez, dada su buena fama, encontró rápidamente fiador, caso contrario al vacío trono español que seguía sin encontrar fiadoras posaderas; mientras tanto, el Juanaco y la República Federal seguían siendo reclamados en y desde Algeciras.
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