Sito Miñanco tenía un astillero que fabricaba narcolanchas para recoger cocaína en alta mar

Juicio por blanqueo de capitales del narcotráfico

Un policía de la operación Mito testifica que el gallego retomó su actividad de narcotráfico al conseguir el régimen abierto durante su condena en Algeciras

Sito Miñanco controlaba datos de coches policiales en la red que dirigía desde Algeciras

Sito Miñanco (centro), a su llegada a la Audiencia Nacional.
Sito Miñanco (centro), a su llegada a la Audiencia Nacional. / Gustavo Valiente / Europa Press
EFE

02 de diciembre 2024 - 14:31

Un policía que dirigió la operación Mito contra el narcotráfico ha testificado en el juicio que José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, tenía una astillero en Cambados (Pontevedra) en el que su organización fabricaba potentes lanchas para recoger cocaína procedente de Sudamérica en alta mar. Miñanco está siendo juzgado por la red que dirigía desde Algeciras.

La Audiencia Nacional ha celebrado este lunes la quinta jornada del juicio, en el que se sientan en el banquillo 46 acusados, entre ellos el histórico narco gallego Sito Miñanco, para quien la Fiscalía pide 31 años y seis meses de prisión por el intento de introducción en España en 2017 de casi cuatro toneladas de cocaína procedente de Sudamérica, la ocultación de más de 11 millones de euros y el blanqueo del dinero.

También es juzgado Gonzalo Boye, el conocido abogado del expresidente de Cataluña Carles Puigdemont y que se enfrenta a una petición del Ministerio Público de 9 años y 9 meses de prisión por supuestos delitos de blanqueo de capitales y falsificación de documento oficial.

En la sesión de ese lunes ha declarado el inspector responsable de uno de los Grupos de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (GRECO) de la Policía Nacional que dirigió la parte de la investigación desarrollada en Galicia. Ha relatado que detectaron reuniones en esta comunidad de Sito Miñanco, su hombre de máxima confianza el también acusado Juan Antonio Fernández y otras personas relacionadas con ellos cuando el primero retomó su actividad de narcotráfico al conseguir el régimen abierto mientras cumplía condena en Algeciras por otra causa de tráfico de drogas.

El testigo ha destacado que utilizaban como centro de operaciones un chalet de Villagarcía de Arosa (Pontevedra) y ha relatado que durante las vigilancias recuperaron una servilleta que Juan Antonio Fernández tiró en una papelera con anotaciones sobre motores y planeadoras por lo que lo que les hizo reforzar sus sospechas de que preparaban una operación de narcotráfico por vía marítima.

Posteriormente detectaron que trasladaron en un camión una de las planeadoras que fabricaban en el astillero a una nave de Isla Cristina (Huelva) a modo de más seguridad por si tenían que salir desde este punto al encuentro del buque que iba a trasladar la droga suministrada por organizaciones colombianas y que supuestamente partió de Ecuador.

El responsable policial ha confirmado que en el astillero de Sito Miñanco se fabricaban "tras una doble pared" potentes planeadoras de 14 metros y cinco motores en línea. Ha añadido que en una de ellas viajaron tres miembros de la organización al encuentro del buque Thoran pero que tuvieron que volver cuando el mismo fue interceptado el 2 de octubre de 2017 en las proximidades de las Azores con más de tres toneladas de cocaína.

"Pero a las horas de producirse esta interceptación Sito Miñanco ya comenzó a preparar otro operativo de narcotráfico por vía marítima para recuperar esta pérdida, que solo en gastos de infraestructura les había costado un millón de euros", ha comentado el inspector de Policía.

El testigo ha recordado que en conversaciones interceptadas a miembros de la organización cuando estaban a punto de ir a recoger la droga del buque Thoran comentaron que deberían tener algún contacto directo o indirecto que les pudiera dar información de la salida de embarcaciones marítimas y helicópteros de Aduanas y de la Policía Nacional de Vigo. Y ha recordado que en el astillero y en domicilios de los acusados se incautaron documentos en los que estaban apuntadas matrículas de vehículos policiales que sus contactos les pasaban para tratar así de eludir vigilancias de las Fuerzas de Seguridad

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