La tasca ‘El Violinista’ de Algeciras echa el cierre en su mejor momento por un cambio de la propiedad

HOSTELERÍA

Inmaculada Andrades, dueña de este popular bar en la calle Ancha, recibió la noticia la semana pasada y, por el momento, descarta embarcarse en otro proyecto

Opinión: "El violinista" por Nacho Castro

La tasca ‘El Violinista’ de Algeciras.
La tasca ‘El Violinista’ de Algeciras. / Jorge Del Águila
G. Sánchez-Grande

31 de enero 2024 - 11:39

Este miércoles 31 de enero será el último día en que la tasca El Violinista, ubicada en la calle Ancha de Algeciras, abra al público y monte sus veladores en la principal vía de la ciudad.

Ni la pandemia con sus restricciones, ni el aumento del precio de las materias primas y la energía, ni la subida de tasas e impuestos municipales han acabado con El Violinista, sino un cambio de la propiedad. Fue el pasado viernes cuando a Inmaculada Andrades, propietaria del negocio, le comunicaron que no iban a renovarle el alquiler.

Los herederos lejanos de Regino Martínez Basso, el célebre violinista y compositor algecireño, han tomado la decisión de vender el inmueble, de dos plantas y que llega hasta la calle Convento, y dedicarlo a otros fines. A Andrades y al resto del personal la noticia les ha caído como un jarro de agua fría. No lo esperaban en absoluto.

"Cerramos por causas ajenas a nuestra voluntad", explica a Europa Sur. "La tasca iba mejor que nunca", añade esta emprendedora. "Tras recuperarnos de la gran inversión de la reforma y de las limitaciones a causa del Covid-19, después de vivir una Navidad muy buena de clientes, tenemos que irnos", cuenta apesadumbrada.

Andrades le dio vida a la antigua casa donde vivió y murió Regino Martínez, un "inmueble histórico", como lo define el abogado Nacho Castro en su última columna de opinión. La reforma fue descomunal y concluyó pocos días antes del confinamiento por la pandemia, aquel 14 de marzo de 2020. No existía peor fecha para inaugurar un negocio y, a pesar de ello, la tasca El Violinista sobrevivió y ha dado vida, durante casi cuatro años, a la calle Ancha, tan falta de comercios y establecimientos de hostelería.

Gracias a la buena voluntad de su personal, en este tiempo han organizado actividades de diversa índole para dinamizar el centro de la ciudad, como el roscón de Reyes gigante a beneficio de la asociación Bandera Rosa o jornadas gastronómicas de todo tipo.

Inmaculada Andrades no se plantea, por el momento, embarcarse en otro proyecto. El día que lo haga, contará con su fiel clientela que, este miércoles gris, tomaba café sumida en la tristeza y el desconcierto. "He leído que El Violinista cierra, ¿cómo puede ser eso?", se preguntaban de mesa en mesa.

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