Un tesoro al alcance de la mano en Algeciras

Patrimonio Histórico y Cultural

Manuela Puerta proyecta una reproducción en 3D a tamaño natural del abrigo principal de Bacinete

La algecireña expone este mes en Algeciras copias exactas en relieve de las misteriosas pinturas

Un visitante de la exposición de Manuela Puerta en el Museo Municipal.
Un visitante de la exposición de Manuela Puerta en el Museo Municipal. / Erasmo Fenoy

Hace unos 10.000 años, los primeros pobladores del Campo de Gibraltar establecieron en un rincón del Parque Natural de Los Alcornocales, al resguardo de un grupo de piedras, lo que se cree que fue un espacio de reunión, una especie de santuario que decoraron con figuras humanas y de animales. Son escenas de caza entre las que destaca lo que parece ser un hombre de enormes proporciones, un gigante al que pretendían resaltar por encima del resto.

Este es uno de los muchos misterios que esconde Bacinete y que los expertos llevan años intentando desentrañar. Lo único que parece claro es que quien los pintó tenía una ambición artística. Es decir, que no los dibujó cualquiera, sino alguien que sabía y quería hacerlo. Un pintor que pretendía reflejar en las paredes de estas ocho cuevas su carácter sagrado. Quizás para comprender mejor aquello, además de los estudios y debates sesudos de los historiadores se necesite la visión de alguien que piense como aquella persona. Nadie puede comprender mejor a un artista que otro artista. Aunque hayan pasado miles y miles de años.

La algecireña Manuel Puerta comenzó hace tiempo un camino con muchas veredas que desemboca en el arte sureño de Bacinete. Quiere comprender y hacer comprender a los demás, divulgar el “tesoro desconocido” que se oculta entre estas rocas rodeadas de Alcornoques porque entiende que es el modo de que se valoren y se protejan como es debido. En las últimas jornadas de Prehistoria del Instituto de Estudios Campogibraltareños, Manuela Puerta presentó su trabajo y un proyecto que impulsa junto a Carlos Gómez de Avellaneda para el que se busca lo más difícil: financiación. Se trata de crear una réplica exacta en 3D del abrigo principal de Bacinete. Una estructura que pueda ser desmontable y transportable a distintas poblaciones para que todo el mundo pueda conocer la cueva en detalle sin necesidad de visitar el lugar.

Parte de la obra de esta algecireña se expone en estos días en el Museo Municipal de Algeciras dentro de la actividad La Pieza del Mes. Allí el visitante encontrará dieciséis cuadros que no solo se pueden ver. Se pueden y se deben tocar, porque esta artista e interiorista ha trabajado para perfeccionar las texturas, de modo que el visitante pueda experimentar lo mismo que aquel artista, aquella Manuela Puerta de hace 10.000 años que se puso a pintar en los abrigos.

La exposición está especialmente preparada para invidentes, pero supone una experiencia igual de hipnótica para los que no lo son. En siete de estos cuadros hay reproducciones hiperrealistas de personajes en relieve de Bacinete realizados en cerámica fría en los que si uno usa el tacto puede palpar la arenisca del fondo y la superficie más suave de la pintura. Es otra forma de ver el patrimonio que gusta especialmente a los niños, los que realmente tienen que comprender que hay en estas cuevas para protegerlas en futuro lo que sus padres no han hecho hasta ahora.

En la muestra también hay reproducciones de los calcos realizados por investigadores de la talla del francés Henri Breuil y los alemanes Uwe y Uta Topper pero a escala natural (1:1) que igualmente sorprenden al visitante que no conoce las cuevas.

El pasado mes de marzo, a propuesta de la parlamentaria andaluza Pilar Pintor, todos los grupos parlamentarios respaldaron que se se activen los mecanismos administrativos y reglamentarios necesarios para poder incluir en la Lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco los emplazamientos con pinturas y grabados rupestres de la provincia.

En esos días, la delegación territorial de Cultura de la Junta de Andalucía en Cádiz tomó la determinación de controlar el acceso a la zona y acabar con las visitas incontroladas de senderistas, grupos de rutas y deportistas, principalmente practicantes de escalada, que perjudican el mantenimiento de este Bien de Interés Cultural. Esta iniciativa llegó después de la propuesta de los expertos del Instituto de Estudios Campogibraltareños, que reclamaron a través de Europa Sur un vallado perimetral para proteger el conjunto después de que sufriera actos vandálicos que en algunos casos son irreversibles.

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