Comienzan los trabajos de protección de los hornos romanos de El Rinconcillo

Una intervención arqueológica evaluará la dispersión de las instalaciones y su estado de conservación de cara a la elaboración de un proyecto de conservación y puesta en valor

La parcela en la que Sotomayor encontró los hornos en 1966.
La parcela en la que Sotomayor encontró los hornos en 1966. / E.S.
Redacción

21 de agosto 2021 - 13:09

Técnicos de la Delegación de Urbanismo de Algeciras han redactado un proyecto para la instalación de un muro de protección de los dos hornos romanos situados en la barriada de El Rinconcillo.

Habida cuenta de la consideración del enclave como Bien de Interés Cultural, declarado Monumento Histórico-Artístico en el año 1969, el proyecto para su protección ha sido remitido a la Delegación Territorial de Cultura y Patrimonio Histórico de Cádiz para la pertinente autorización requerida en estos casos.

El yacimiento se vio afectado en 2002 por la construcción de un muro de contención en la parcela en la que están enterrados los vestigios.

La teniente de alcalde delegada de Cultura, Pilar Pintor, ha calificado la ejecución de esta obra como “una labor imprescindible para asegurar la estabilidad de estas estructuras de más de dos mil años de antigüedad que fueron descubiertas en el año 1966 por el jesuita algecireño, doctor en Arqueología, Manuel Sotomayor”.

La actuación forma parte de un proyecto global con el que se pretende realizar una campaña de excavaciones arqueológicas que permita avanzar en el conocimiento de este centro de producción de envases que abasteció primero la actividad industrial de la ciudad de Carteia y, posteriormente, la de Iulia Traducta en Algeciras.

La intervención arqueológica también evaluará la dispersión de las instalaciones y su estado de conservación de cara a la elaboración de un proyecto de conservación y puesta en valor, que será la última fase de este proyecto. Este alfar es el más antiguo de la Bahía de Algeciras y se ha podido constatar que las ánforas producidas en él se exportaban a la misma capital del Imperio, Roma, a Tharros, en Cerdeña o a la isla de Delos, en el mar Egeo.

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