El tráfico de pasajeros y automóviles entre 1946 y 1964

Los Planes de Obras acometidos por la Junta entre los años 1939 y 1964 tenían como principal objetivo habilitar nuevas superficies de muelles y ampliar las líneas de atraque y los calados existentes, al mismo tiempo que se proyectaban muelles específicos que posibilitaran la especialización de los mismos (prolongación y ensanche del muelle pesquero y construcción de un muelle para pasajeros y automóviles) con el fin de poder atender la creciente demanda generada por estos tráficos.

En los años que siguieron a la Guerra Civil, el muelle de la Galera y el pequeño y recientemente construido muelle pesquero soportaban un enorme trasiego al concentrarse en ellos, de manera poco ordenada, los tráficos de pasajeros, de mercancías y la pujante actividad pesquera. Pasajeros procedentes de Gibraltar, Ceuta y Tánger y, desde mediados de la década de los años cuarenta, automóviles llegados de la otra orilla, se mezclaban con los camiones y los trenes de mercancías y las complejas labores de desembarco, preparado y venta de pescado. Y todo ello confluyendo en el cuello de botella que presentaba el muelle de la Galera en su tramo inicial que no había sido reformado desde su construcción entre los años 1913 y 1927.

Toda esta creciente actividad evidenciaba la urgente necesidad que existía de mejorar los anquilosados medios con que contaba la Junta de Obras para poder atender a unos tráficos que, si eran importantes a mediados de los años cuarenta, se preveía que se incrementarían de manera exponencial en las décadas siguientes. Pasaré a analizar las características de dichos tráficos y su evolución hasta el año 1964. En primer lugar el de pasajeros y automóviles y, en próximos capítulos, los de mercancías y la pesca.

En líneas generales se puede señalar que entre 1930 y 1964 todos los tráficos protagonizaron un incremento muy acusado, especialmente el de pasajeros que tuvo un aumento muy importante entre los años 1952 y 1964, con un lógico período de crisis entre 1934 y 1938 y un estancamiento entre 1946 y 1950. En el tráfico de mercancías se asistió a un auge notable entre 1924 y 1930. Aunque en el comercio del corcho existieron pronunciadas fluctuaciones según períodos, en general esta mercancía, destinada a la exportación, mantuvo unos niveles de comercialización constantes, con un período de crisis y estancamiento entre 1940 y 1944 y una caída permanente de la actividad a partir de 1958. En el ramo de la pesca el incremento fue igualmente espectacular, de manera más acusada en los períodos de 1936 a 1940 y de 1956 a 1960. A partir de esta última fecha, se asiste a un descenso notable en las toneladas de pescado fresco desembarcado. En el avituallamiento de buques, la aguada tuvo una actividad sostenida, aunque siempre dentro de unos niveles modestos. El carbón nunca fue un tráfico importante en el puerto de Algeciras -la competencia de Gibraltar y de otros puertos españoles era muy intensa- y el petróleo sólo comenzó a tener importancia a partir del año 1962.

1.- El tráfico de pasajeros.

Acabada la Guerra Civil, a la paralización ocasionada por los efectos negativos de la contienda en el movimiento de personas, vino a sumarse las perniciosas consecuencias provocadas por la Segunda Guerra Mundial. El tradicional tráfico de viajeros con el vecino puerto de Gibraltar, que había decaído notablemente durante la guerra civil española, volvió a recuperarse en la década siguiente, pero el movimiento de pasajeros de otras naciones tendría que esperar hasta los años cincuenta para que se asistiera a un desarrollo sostenido; aunque los tráficos de personas procedentes del protectorado de Marruecos, tanto de la zona española como de la francesa, se mantuvieron, e incluso se incrementaron, sobre todo después del año 1946.

Los viajeros que embarcaron o desembarcaron por el puerto de Algeciras entre los años 1939 y 1964 hay que encuadrarlos en tres grupos:

a) Los procedentes o con destino a Gibraltar, que en el año 1959 alcanzó el número de 1.343.772. La mayor parte de estos pasajeros eran trabajadores españoles que se desplazaban cada mañana a la vecina colonia para retornar al caer la tarde. Para su traslado a la Roca utilizaban los barcos Aline y Punta Europa, que realizaban diariamente ocho viajes de ida y otros ocho de vuelta. El número de trabajadores permaneció casi sin variación hasta el año 1964, cuando comenzó a descender hasta desaparecer totalmente con el cierre de la Verja en el año 1969 y la cancelación de las relaciones marítimas y terrestres con Gibraltar.

b) Pasajeros procedentes o con destino a Ceuta y Tánger, que en 1959 ascendían a 467.043. El transporte de viajeros entre Algeciras y Ceuta-Tánger se realizaba, desde el año 1952, por medio del trasbordador Victoria, al que se unió, al año siguiente, el Virgen de África, que diariamente llegaban a Algeciras por la tarde y que salían con destino a la orilla africana en las últimas horas de la mañana. Durante los meses de julio y agosto realizaban dos viajes diarios de ida y otros dos de vuelta.

c) Pasajeros que embarcaban o desembarcaban de los trasatlánticos (a partir del año 1955). En 1959 fueron setenta y uno los buques entrados, que alcanzaron un total de 5.849 viajeros.

Es necesario señalar que, aunque ya era notable el crecimiento en el número de pasajeros procedentes o con destino a los puertos de Ceuta y Tánger en la década de los años cuarenta, sería con la puesta en servicio de los ferry-boats Victoria y Virgen de África en 1952 y 1953, respectivamente, cuando se asistió a un enorme incremento del tráfico de viajeros en ambas líneas del Estrecho. Los pasajeros embarcados y desembarcados por el puerto de Algeciras en 1946 habían sido 1.098.260; en 1948 la cifra ascendió a 1.218.899, de los cuales 387.416 embarcaron o desembarcaron con destino a Gibraltar. En 1952 se contabilizaron 1.474.657 pasajeros y en 1953 fueron 1.719.070. En 1960 se llegó a mover un número total de 2.302.558 pasajeros. En la memoria del Proyecto de ampliación del edificio de Estación Marítima de 1949, su redactor justificaba la necesidad de dicha obra en “que el tráfico de pasajeros y automóviles crece con enorme rapidez”, aunque luego sus previsiones no se ajustaron a la realidad, puesto que el incremento, al menos en el tráfico de pasajeros, fue moderado hasta el año 1952, cuando se iniciaron los viajes del transbordador Victoria.

El ingeniero-director, José Buiza y Fernández-Palacios, en un informe que elaboró en 1961 para justificar las obras de ampliación de la Estación Marítima, aseguraba que uno de los motivos era “el gran número de pasajeros que utilizan para sus embarques y desembarques el puerto de Algeciras que asciende anualmente a una cifra de unos 2 millones”.

2.- Embarque y desembarque de automóviles.

Hasta el año 1948 el tráfico de automóviles fue muy escaso. Los barcos utilizados hasta esa fecha para el embarque-desembarque de vehículos tenían que usar grúas para cargarlos y descargarlos de sus cubiertas, contando, además, con la dificultad añadida de que sus bodegas no estaban preparadas para ese tipo de transporte. Este problema impedía que el puerto de Algeciras pudiera competir con el vecino de Gibraltar al que se desviaba más de la mitad de los automóviles que llegaban a la Península procedentes del Marruecos francés y que eran transportados por barcos de la gibraltareña Bland Line. En la memoria del Proyecto de muelle para pasajeros, automóviles, suscrito el 24 de mayo de 1952, el ingeniero-director señalaba que en esas fechas se estaba asistiendo a un rápido incremento en el tráfico de automóviles, En el año 1951 alcanzó la cifra de 16.904, de los cuales dos tercios lo hacían entre Tánger y Algeciras, y el tercio restante entre Algeciras y Ceuta. Los vehículos trasbordados eran, hasta esa fecha, pequeñas unidades: coches de turismo y algunos camiones de los más ligeros, porque la carga y descarga, excepto en el verano, cuando Trasmediterránea solía habilitar el Ciudad de Alicante, que disponía de portalón de costado y plancha, se hacía por medio de grúas en condiciones muy onerosas y con poca seguridad.

Esta circunstancia ponía en evidencia la urgencia de contar con los ferry-boats que iba a enlazar el puerto de Algeciras con los de Ceuta y Tánger, que poseían amplias bodegas preparadas para el transporte de automóviles, camiones, autobuses e, incluso, vagones de ferrocarril, y que disponían de una zona de embarque-desembarque de vehículos en la popa acondicionada para recibir una plataforma móvil desde el muelle.

El 15 de julio de 1952 entró en servicio el transbordador Victoria, al que se uniría un año después el Virgen de África, agilizando, tanto el transporte de vehículos como el de pasajeros desde la orilla africana. La instalación de la plataforma móvil para el atraque de los ferry-boats produjo un crecimiento del tráfico de automóviles. En el año 1952, al tráfico de automóviles registrado hasta esa fecha, había que sumar otros, como el de camiones y el de autobuses de viajeros entre Europa y África, ya iniciado desde la inauguración de los ferry-boats. En el año 1952 embarcaron o desembarcaron por el puerto 25.931 vehículos; en el año 1955 se alcanzó la cifra de 38.204; en 1956, fueron 44.605 y en 1960, 50.952.