El Trienio Liberal: ¿Quién cobra por pasar a Gibraltar?

Historias de Algeciras

La Administración liberal de la capital de la provincia solicita que se indague sobre el supuesto cobro a las personas que pasan al Peñón

La licencia para pasar a Gibraltar costaba 4 reales de vellón.
La licencia para pasar a Gibraltar costaba 4 reales de vellón.
Manuel Tapia Ledesma

26 de septiembre 2021 - 04:00

Algeciras/Al mismo tiempo que la división de poderes quedaba en entredicho, según quedó recogido en la anterior entrega, el paso de Riego por nuestra ciudad aún creaba controversias con los vecinos del Partido de Algeciras, cuando: “El vecino de Tarifa Dn Rafael Patiño, solicita la subsanación de pérdida en el ramo de menudos que tuvo á su cargo el año de 1819, hasta primeros de Abril de 1820, informando el Ayuntamiento de aquella ciudad, de lo cual resulta, según expediente, que la renta fue rematada en 15.000 y 20.000 rv que el arrendatario Patiño ha ofrecido y dado justificación de las pérdidas que dice ha tenido y que el Ayuntamiento suscribe, conforme la declaración de los testigos […], á cuya instancia fueron preguntados: sí era cierto que desde el mes de Febrero, se negaron los vecinos que generalmente á pagar los derechos del ramo de menudos por la entrada del General Riego en Algeciras. Si bien los testigos están por esta última causa, la Administración provincial, defiende que siento notoria la decisión y armamento de aquella Ciudad por la causa del despotismo hasta que el Rey juró la Constitución, no parece presumible que dejase de perseguir á los patriotas que se resistieron al pago de aquellos derechos […], siendo por lo tanto las razones alegadas por Patiño justificadas por testigos, consentidas por el Síndico y admitidas por el Ayuntamiento, reposan sobre principios falsos que deberían esclarecerse, sino conviniese más el olvido de cuestiones políticas de esta naturaleza; por tanto y por justas razones de desconfianza se acordó desestimar la solicitud de Patiño, y la sucesiva baja de 4.500 rv que el Ayuntamiento propone”.

Además del correspondiente al coste en menudos que supuso el paso del general Riego por el distrito, también sobre la mesa del jefe subalterno del Partido algecireño, llegó otro asunto de gran importancia para las comunicaciones entre los distintos pueblos de la comarca: “Expediente formado para la subasta de las barcas del río Palmones de la ciudad de Algeciras para el presente año, del cual resulta que el primer remate se hizo en 2.000 rv, el cuarto en 500 rv, y que fue mejorado hasta la suma de 2.530 rv, cuyos tres juicios han seguido los términos de la ley; y por tanto se acuerda la aprobación del remate para que se lleve á efecto; pero como aparece que el año de 1817 produjo esta renta 6.895 rv y en el 1819, 4.250 rv, se acordó también se diga al Ayuntamiento de Algeciras que no debió haber admitido postura por menos cantidad de la que resulta del quinquenio, previniéndosele, é igualmente al Ayuntamiento de Los Barrios por la alternativa que tiene en la misma barca, tomen por principio dicha base para su arriendo en los años subsiguientes evitando por este medio los perjuicios que resultaron para los fondos públicos”.

Mientras los asuntos del arriendo de la barca del río Palmones y los menudos tarifeños distraen la mente de subalterno jefe del Partido afincado en la calle Ancha, los vecinos de nuestra ciudad continúan con sus preocupaciones y rutinaria vida afrontando las circunstancias de esta; tal fue el caso del algecireño José Bonilla, quién "poseedor y dueño de una casilla de madera, colocada en el sitio de la Plaza de la Palma, y de una sola pieza, vende a José Romero, también avecindado en esta ciudad, con todas sus pertenencias por la cantidad de 2.500 rv”. La caseta de Bonilla tenía como vecino al también vendedor en aquel mercado de nombre Diego Meléndez, siendo la caseta de esta último de mampostería.

Una vez contemplado el asunto de la barca del río de Palmones, surge una controversia administrativa, con la subasta de la embarcación del río Guadarranque, cuando “Antonio Balderrama, vecino de Los Barrios, ofreciendo la cantidad de 6.000 rv por la barca del pasaje del río Guadarranque para el presente año, con lo informado por el Ayuntamiento de aquella población y lo que resulta del expediente original de subasta remitido, se acuerda no ser atendible la pretensión de Balderrama sobre mejorar dicha renta, por estar fuera de los términos de la ley; mucho más cuando habiendo estado presente en los actos de remate pudo haber hecho las pujas ó mejoras que hubiese tenido por conveniente […], se previene al Ayuntamiento de Los Barrios para que en lo sucesivo no admita en el primer juicio postura por menos cantidad que se remate del quinquenio para evitar perjuicios al fondo de Propios”.

Una vez que el asunto de las barcas de ambos ríos, tan importantes para la comunicación entre las distintas poblaciones de la bahía parece estar zanjado, el jefe del Partido del distrito algecireño recibe en su despacho una importante comunicación remitida desde la capital de la provincia y mediante la cual se le exige: “Ordene a los Ayuntamientos la remisión de Reglamentos de Propios, á fin de que para el día 15 de Marzo (1821) remitan el citado reglamento en la inteligencia que de no verificarlo se enviará comisión que lo recoja y sus dietas serán a cargo de los Concejales del municipio”. En el mismo contexto, también se ordena a los referidos municipios "remitan para el 31 del próximo mes de Marzo, los expediente de reparto de tierras de Propios y baldíos”.

Extracto petición informe cobro por pasar a Gibraltar.
Extracto petición informe cobro por pasar a Gibraltar.

Al mismo tiempo que de modo general llegan estas órdenes a los distintos Ayuntamientos, el de Algeciras de modo particular recibe el siguiente escrito desde la administración liberal de la capital de la provincia: “Habiendo tenido conocimiento que en la Ciudad de Algeciras se cobra un derecho a las personas que pasan á la plaza de Gibraltar, se acordó se haga la indagación correspondiente sobre este particular, y que para ello se pida informe al Ayuntamiento de Algeciras, relativo á si es cierto el cobro de dicho derecho, expresando cual es la cantidad que se exige y bajo el título ó pretexto, quién la percibe, que aplicación tiene y que producto se le calcula”.

Mientras las autoridades liberales procuran informarse sobre el supuesto cobro a los que pasan a Gibraltar, dos honrados amigos zapateros de Algeciras deciden formalizar su deuda del siguiente modo ejemplar: “Domingo de Aspa, quién sirvió en la clase de Granaderos del Regimiento de Infantería de la Corona, dice que Dn Juan Simón de Leyba, vecino también de Algeciras, por hacerle el bien y merced le dio en fiado en diferentes partidas de materiales para hacer zapatos, hasta la suma de 1.080 rv según la cuenta y liquidación que han practicado, sin que haya mediado lucro alguno, ni el menor interés como así lo jura”.

Tras este ejemplar rasgo de amistad y lealtad entre ambos artesanos, la actividad política liberal transcurre aumentado las competencias de los Ayuntamientos, como así se constata en el tema sanitario cuando el jefe subalterno del Partido, recibe del jefe supremo de la provincia el siguiente escrito: “Que los Ayuntamientos adopten las medidas que deban adoptar con los maníacos e indigentes […], y que se valgan de cuantos medios le dicten su celo para remediar en la parte que puedan los dichos males”.

Mientras las autoridades liberales gaditanas derivan la responsabilidad sanitaria sobre “indigentes y maníacos”, a los diferentes ayuntamientos de la provincia, la milicia local de Algeciras, prosigue una vieja batalla contra el contrabando: “La Milicia Nacional de Algeciras, ha empezado desplegando su patriotismo por la persecución del contrabando. La noche del 19 del corriente, varios individuos de ella, al mando del capitán Dn Manuel Pérez, y del teniente Dn Francisco de Paula Puche, verificaron una aprehensión; y se espera que continúen las medidas que se adoptaron. En breve, tendrán que desistir de este tráfico tan perjudicial. Una porción de hombres desmoralizados que viven de su producto, hechos unos holgazanes, y dispuesto a cometer toda clase de desórdenes, á los cuales no se les oye más palabras que Constitución y Libertad, sin entender su verdadero sentido. Y que de su aparente amor patrio -prosigue el texto consultado- tratan de vivir con toda licencia faltando al respeto debido á las autoridades constituidas y causando males incalculables al tesoro público”.

Dentro del contexto del contrabando se elabora por las autoridades locales liberales un informe que previa publicación, es remitido a las altas instancias de la Administración haciendo constar: “En consecuencia se ven reunidas en este Pueblo (Algeciras) grandes cuadrillas de defraudadores forasteros, á quienes, como á los que tienen en él su vecindario, se permite sin obstáculo una conducta vaga y criminal; unos y otros obtienen por 4 rv licencia a su placer para pasar a la plaza de Gibraltar; van y vienen con la repetición que les acomoda y necesitan para extraer el numerario, hacer compras, ajustar sus fletes, y contratar los seguros; no se sujetan al reconocimiento personal á la salida o á la entrada, y si e intenta, claman en reunión o tono amenazante contra la tropelía, que figuran dirigida á vulnerar los derechos de unos ciudadanos que distan mucho de serlos; cuando algún Gefe de Rentas se empeña en el exacto cumplimiento de las reglas de administración, se le contiene con el disgusto público, y la probabilidad de un acontecimiento ruidoso, que debe evitarse á toda costa, siendo el producto del detallado desagradable conjunto que las leyes del ramo de hacienda, como si fueran distintas de las demás, se hacen ilusorias y entregadas al desprecio de la multitud. Quedando el Tesoro público sin reglas ni garantías”.

Prosiguiendo el citado informe: “Atribución a algunas autoridades e individuos del resguardo poco celo y abandono. Las funestas resultas de este mal son las que traemos con una diaria experiencia; si no se contiene, nos harán llorar lagrimas de sangre. Animados los defraudadores con el éxito de sus criminales empresas la multiplican hasta lo infinito; su ejemplo provoca a los que no lo son, y desertando de la agricultura y los talleres se convierten en los brazos útiles contra la Madre Patria. El traficante de buena fe no puede continuar porque sus géneros no tienen salida en concurrencia con los introducidos clandestinamente. Según el cálculo más moderado han entrado en Gibraltar desde nuestra gloriosa regeneración 6.560.000 pesos fuertes. ¿Cómo con esta inmensa extracción ha de haber para mantener las graves cargas del Estado?”.

¿Y quién cobra los 4 reales de vellón por licencia para pasar a Gibraltar? El detallado informe elaborado por las autoridades locales pasa de puntillas sobre ese “pequeño detalle”. Lejos del Partido algecireño se seguirá sin comprender que los defraudadores o contrabandistas, lo mismo gritaron en el pasado ¡¡Vivan las cadenas!!, que en aquel presente liberal ensalzaban la Constitución y la Libertad. El dinero era su patria.

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