El último adiós al padre Jesús Casado, antiguo párroco de La Palma, tras una vida de entrega a Algeciras

In memoriam

"Todavía con la pena reciente de despedir a nuestro querido tío Jesús, es momento de agradecer el cariño y el respeto que Algeciras y su gente le han mostrado"

El párroco de La Palma, Jesús Casado, es Segoviano y asegura tener el corazón dividido

Jesús Casado en la sacristía de su parroquia de La Palma, en Algeciras.
Jesús Casado en la sacristía de su parroquia de La Palma, en Algeciras. / E.S.
David Matarranz Casado - Sobrino de Jesús Casado Benito, sacerdote y algecireño de corazón

10 de noviembre 2024 - 12:38

Algeciras/El sobrino de Jesús Casado Benito, sacerdote y algecireño de corazón, ha enviado esta emotiva carta de agradecimiento al pueblo de Algeciras tras la publicación en Europa Sur de la noticia del fallecimiento de su tío. David Matarranz Casado expresa el aprecio que toda la familia siente por la ciudad y sus habitantes, quienes despidieron al padre Jesús con un cariño y respeto que él se ganó a lo largo de 44 años de servicio pastoral y social en la ciudad.

Gracias, Algeciras

Todavía con la pena reciente de despedir a nuestro querido tío Jesús, es momento de agradecer el cariño y el respeto que Algeciras y su gente han mostrado a Jesús Casado Benito, sacerdote que ejerció su ministerio en el Campo de Gibraltar. Pasó por La Línea, Tarifa y Facinas, y durante los últimos 44 años, en Algeciras.

Es curioso que una persona nacida en Segovia recibiera la Insignia de Oro de la ciudad de manos de su alcalde, José Ignacio Landaluce. Este reconocimiento, que llevó desde entonces con orgullo, se lo ganó a pulso. Nunca dejó de regresar a su Segovia natal: para Año Nuevo, la familia siempre le esperábamos con ganas. Nunca faltó a bautizos, bodas y, en los últimos años, a los funerales de aquellos familiares de los que nos fuimos despidiendo poco a poco. En esas visitas, siempre Algeciras, su gente y sus lugares estaban presentes en las conversaciones y sobremesas.

Ese cariño a Algeciras nos lo transmitió a sus familiares, haciendo que se convirtiera también en el lugar donde la familia acudiera, especialmente en las vacaciones de verano y Semana Santa. Así, para nosotros es familiar hablar de las playas del Rinconcillo y Getares, de la Plaza Alta y la Calle Ancha, su impresionante puerto, o del Parque María Cristina.

Personalmente, nunca olvidaré mi primer contacto con la Semana Santa de Andalucía: fue en la entrada del Nazareno en la Iglesia de la Palma un Jueves Santo de los años ochenta. Tampoco hay domingo que no consulte el resultado del Algeciras CF, aunque en 2015 dejara sin ascenso a la Gimnástica Segoviana, el equipo que el padre Jesús animaba de niño y cuyos partidos siguió en sus últimos meses.

El cariño de Jesús Casado hacia Algeciras ha sido recíproco. Muchos algecireños nos preguntaban por él durante su enfermedad, mostrando siempre aprecio y respeto hacia él cuando le hemos visitado. Se ganó ese afecto día a día, en su labor diaria en la iglesia y también en el instituto, donde fue docente para varias generaciones de alumnos.

Así fue hasta el final. El pasado mes de septiembre, ya en la última fase de su enfermedad, regresó a Algeciras en una visita que sonó a despedida. No podía dejar este mundo sin decir adiós a la que ha sido su casa la mayor parte de su vida.

Fue buena persona, coherente con sus valores y su prédica. Anunció el Dios del amor y lo practicó en su día a día. Un buen líder sabe que la mejor enseñanza es el ejemplo en primera persona. Como decimos en Segovia, fue una persona “maja”; de hecho, a su familia de origen la conocían como “los majines” por su carácter abierto y cercano.

Sirvan estas líneas para agradecer el cariño mostrado por Algeciras y su gente al padre Jesús Casado Benito, que se entregó a su labor sacerdotal en esta tierra y, a cambio, recibió sus mejores frutos: el afecto y respeto de su gente. Gracias, Algeciras.

David Matarranz Casado

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