Sale ardiendo una embarcación en el puerto deportivo de El Saladillo, en Algeciras

El incidente se produce tras salir a la luz una serie de robos de barcos para traer migrantes desde Marruecos

Desembarcan en Getares tres migrantes y el piloto de una embarcación de recreo robada en El Saladillo

El barco, en llamas.

Algeciras/Una embarcación de recreo ha salido ardiendo este martes por la noche en el puerto deportivo de El Saladillo, en Algeciras. El incidente ha tenido lugar después de que en los últimos días haya salido a la luz una serie de robos de barcos en distintos puertos deportivos para usarlos para traer migrantes desde Marruecos hasta las costas del Campo de Gibraltar.

Testigos presenciales han explicado a Europa Sur  que antes de que saliese ardiendo el barco, en su interior había un grupo de jóvenes, supuestamente con la intención de robarlo. Al manipular los cables para arrancar el motor, habrían entrado en contacto con el combustible, lo que habría provocado el incendio.

En los últimos meses se han venido sucediendo los robos de embarcaciones tanto en este puerto deportivo de Algeciras como en otros de la zona. De hecho, la semana pasada apareció en Getares un barco de recreo que había sido robado 24 horas antes en el pantalán que la asociación El Mero tiene en El Saladillo. De ella, según testigos presenciales, desembarcaron cuatro personas: el piloto y tres migrantes.

Las organizaciones criminales dedicadas a traer a las costas andaluzas de forma ilegal a personas desde Marruecos hace tiempo que pusieron sus ojos en los puertos deportivos; cualquier descuido en la vigilancia es aprovechado por los integrantes de esas mafias para robar una lancha y hacer en pocas horas el viaje de ida y vuelta en el Estrecho con varias personas a bordo. El precio del pasaje para quienes quieren llegar a Europa fluctúa, pero no baja de los 2.000 euros.

"Es una pesadilla diaria. Hay varios grupos que nos vigilan constantemente y les da igual las cámaras de seguridad y la policía. Llegan en grupo, en bicicleta o, incluso, en coche y hacen fotos y vídeos", relató días atrás a esta redacción una persona que afronta cara a cara el problema.

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