Las víctimas del ataque yihadista en Algeciras describen ante el juez las agresiones y piden ser indemnizadas

ATAQUE YIHADISTA

Declaran el sacerdote de San isidro, Antonio Rodríguez, que fue atacado con el machete de Kanjaa, y un marroquí que también fue agredido

Los testigos del ataque yihadista de Algeciras confirman sus versiones ante el juez

Exterior de la parroquia de San  Isidro, donde fue apuñalado al sacerdote Antonio Rodríguez.
Exterior de la parroquia de San Isidro, donde fue apuñalado al sacerdote Antonio Rodríguez. / Andrés Carrasco
E.P.

24 de marzo 2023 - 12:14

Dos de las víctimas que fueron agredidas por el presunto yihadista Yassine Kanjaa en el ataque que perpetró en Algeciras el 25 de enero y que desembocó en el asesinato de un sacristán han descrito este viernes ante el juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea cómo se produjeron las agresiones y su contexto, y han reclamado ser indemnizados.

Fuentes jurídicas han explicado a Europa Press que las dos víctimas, el sacerdote salesiano Antonio Rodríguez Lucena —que fue herido con el machete que portaba el agresor— y un hombre marroquí que sufrió también la embestida del atacante al creer que era un musulmán converso, se han ratificado por videoconferencia en su declaración ante la Policía.

Con estas dos comparecencias se completa la tanda de declaraciones que programó el magistrado en esta causa que continua bajo secreto y en la que se indaga en ese ataque de Kanjaa, quien permanece en prisión provisional desde que fuera detenido la misma noche del ataque por agentes de la policía local.

La acusación particular del caso está siendo ejercida por el letrado Manuel Barberá, apoyado por el magistrado y ex presidente de la Sala Apelación Penal del TSJA, Manuel Gutiérrez Luna.

El pasado martes declararon ante Gadea un total de doce personas, entre testigos presenciales y policías, y las mismas fuentes confirmaron que todos los testigos corroboraron su declaración inicial ante la policía y aportaron precisiones.

Ahora, según explican, con la investigación ya muy avanzada se espera que una vez se levante el secreto de sumario se espera que tanto la defensa del presunto yihadista como las acusaciones pedirán nuevas diligencias.

Yassine  Kanjaa, escoltado por la Policía Nacional a su llegada a Madrid.
Yassine Kanjaa, escoltado por la Policía Nacional a su llegada a Madrid.

Los hechos del 25 de enero

Según recogía el relato de hechos plasmado en el auto por el que el juez acordaba la entrada y registro en la casa del presunto yihadista, Yassine Kanjaa, en torno a las 18:30 del 25 de enero "accedió al interior de la Iglesia de San Isidro" en Algeciras e inició una discusión con los allí presentes, "manifestando a los feligreses de forma vehemente que la única religión que hay que seguir es la religión islámica".

Tras esto, el auto, que se hace eco del informe de la Policía, indicaba que Kanjaa abandonó el lugar "profiriendo mensajes en árabe cuyo contenido se desconocen", pero regresó de nuevo a las 19:40.

"Desde el interior de la iglesia los allí presentes escuchan como alguien ubicado en el exterior de la iglesia profiere gritos en árabe", se indica, para añadir que, una vez finaliza la misa, el sacerdote encargado de la misma baja del púlpito para comprobar lo que estaba ocurriendo, "instante en el que el investigado portando en su mano un machete de grandes dimensiones y de forma súbita agrede al sacerdote —Antonio Rordríguez Lucena— causándole lesiones de gran gravedad".

Según apuntaba el juez, Yassine Kanjaa también intentó atacar a un testigo allí presente y tras eso huyó de la iglesia y se dirigió a otro centro de culto católico llamado Virgen La Palma ubicado a unos 200 metros. "En ese lugar se encuentra con el sacristán de esta iglesia, Diego Valencia, que estaba abandonando el lugar por una puerta trasera (...), Kanjaa inicia varias acometidas sobre el mismo, causándole unas primeras lesiones", apunta.

El relato de los hechos realizado por la Policía indica entonces que el sacristán intentó huir dirigiéndose a la plaza Alta, pero cuando llegó al centro de la misma "es alcanzado por el atacante quien una vez que le tiene en el suelo, sujeta la catana con ambas manos y alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe entre las que se escucha la palabra allah le asesta una última estocada mortal".

Tras esto, matiza ese auto, finalizado ese hecho "de forma muy tranquila se dirige a la conocida como Capilla Europa ubicada en esa misma plaza e intenta acceder al interior de la misma, si bien en ese instante y sin prestar resistencia es detenido por la Policía Local de la Ciudad de Algeciras".

El atestado policial recogió además que una vez detenido fue trasladado a un centro médico de Algeciras para recibir asistencia facultativa. Allí, en reiteradas ocasiones, profirió gritos de Allahu Akbar.

Yassine Kanjaa tras su detención.
Yassine Kanjaa tras su detención.

Las declaraciones del viernes

Antes de estas comparecencias, el pasado viernes el juez tomó declaración a uno de los compañeros de piso de Kanjaa y a su hermano. El primero confirmó que el presunto atacante cambió de hábitos de manera radical y que escuchaba de manera asidua el Corán a través de audios desde su teléfono móvil.

Fuentes jurídicas confirmaron a Europa Press que en su declaración como testigo el compañero de piso ratificó su declaración anterior en comisaría. En la misma explicó que Kanjaa pasó de beber alcohol y fumar hachís a variar sus costumbres repentinamente, según plasmó el instructor en una de sus resoluciones.

Funeral de Diego Valencia, asesinado en la Plaza Alta.
Funeral de Diego Valencia, asesinado en la Plaza Alta. / Andrés Carrasco

En prisión provisional

El juez Gadea decretó el pasado 30 de enero, tras escuchar al presunto yihadista en sede judicial, prisión provisional sin fianza, y le atribuyó los delitos de asesinato y lesiones con fines terroristas que, advirtió, podrían conllevar la prisión permanente revisable.

En su resolución el juez indicaba que la actividad desarrollada por Yassine Kanjaa se podía calificar como un ataque yihadista dirigido tanto contra sacerdotes que profesan la fe de la Iglesia Católica como contra musulmanes que para el investigado no siguen los preceptos del Corán.

El instructor hacía constar en su auto que en las dos declaraciones que ha prestado ante la policía y en el juzgado, salvo algunas contradicciones sobre elementos periféricos del relato, era capaz de reproducir en esencia los aspectos más importantes de su acción.

Relataba que la conducta del investigado fue consciente y que tenía definidos sus objetivos, teniendo la opción de causar unos daños mayores, focalizó su acción concretamente sobre los sujetos a quienes atacó, a los que eligió de forma deliberada.

Y explicaba que la primera de las acciones fue contra los sacerdotes, reconociendo que su intención era matar a todos los sacerdotes que se encontraban en la iglesia. En segundo lugar, indicaba el magistrado, centró su ataque contra un marroquí al que consideraba infiel, al creer que estaba ante un marroquí converso.

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