La tribuna
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Javier Arenas va escribiendo, poco a poco, la hoja de ruta de sus próximos cuatro años, cuyo final -la elección del candidato del PP a los próximos comicios autonómicos- lo decidirá él con Mariano Rajoy. Es más que posible que se produzca este relevo y que Arenas no acuda por quinta vez a unas elecciones andaluzas, pero la decisión de la persona que le suceda en esta misión será "exclusiva" del presidente del Gobierno y del líder y el partido andaluz, explicaron fuentes de la dirección popular a este medio, en relación a la posible influencia que pudiera tener en este proceso la actual secretaria general del PP y jefa de la sede de la calle Génova, María Dolores de Cospedal. Así, el PP andaluz dejará, finalmente, su congreso para después de las vacaciones veraniegas, y se celebrará en septiembre en Málaga o en Granada. Arenas volverá a presentarse como presidente del PP y en su equipo llevará a Antonio Sanz como su número dos, por lo que seguirá como secretario general, aunque este partido contará con otra estructura y deberá hacer frente a tres objetivos: mantener en Andalucía la amplia representación territorial que obtuvo en las pasadas elecciones municipales; cubrir la acción del Gobierno central en una de las pocas comunidades españolas gobernadas por el PSOE y, en último término, y a más largo plazo, elegir un sucesor de Arenas como candidato en caso de que éste, como así parece, no se presente y se integre en el Gobierno de Rajoy cuando haya alguna renovación ministerial.
El futuro del PP andaluz es una de las grandes incógnitas de esta legislatura. El otro afecta al PSOE, y es parecida: si José Antonio Griñán no repite, y eso no está claro, el PSOE también deberá buscar otro candidato, aunque desde una posición más cómoda, de poder. El PP ganó las elecciones autonómicas, pero no pudo gobernar al no alcanzar la mayoría absoluta que preveían casi todas las encuestas, incluidas las que los populares manejaron. Ello les llevó a unos meses de cierto desconcierto, del que parece que han salido. Una vez pasada esta suerte de luto electoral, en el PP han concluido que mantendrán al equipo básico de Arenas porque ganó las elecciones andaluzas y porque lograron gobernar en gran parte de las ciudades de la comunidad y en cinco diputaciones. Además, hay un factor orgánico a considerar: aunque Arenas no haya podido gobernar y, posiblemente, marche en algún momento a Madrid, no dejará el control del PP andaluz porque eso le da poder en la estructura nacional de su partido. Antonio Sanz, que ha sido su secretario general en los últimos años, seguirá en este puesto, pero la estructura de dirección del PP andaluz cambiará. De hecho, la organización actual del Comité Ejecutivo es un tanto peculiar: además del presidente y el secretario general, hay diez vicepresidentes -casi todos ellos, alcaldes de capitales y grandes ciudades-, un vicesecretario general y 16 vicesecretarios más. La idea pasa por estructurar el partido de otro modo para mantener su presencia en las ciudades grandes y medianas, avanzar hacia el interior andaluz y, en especial, tener capacidad para defender las políticas de Rajoy en Andalucía, posiblemente uno de los asuntos más complicados.
Antonio Sanz seguirá siendo parlamentario andaluz y senador por designación autonómica. Desde el PP se mantiene que también el PSOE envió a la Cámara Alta a los principales representantes de su partido, como ocurrió en su tiempo con Luis Pizarro y, recientemente, con Susana Díaz. Así, tanto Arenas como Sanz estarán en el Senado, mientras que el alcalde de Motril, Carlos Rojas, seguirá como portavoz en el Parlamento andaluz. Rojas forma parte del equipo de confianza de Arenas, y en caso de que deba elegir entre seguir siendo parlamentario o alcalde cuando el Tribunal Constitucional agote la suspensión de cinco meses que le ha dado a la ley andaluza de incompatibilidades, dejará Motril. Aunque desde la dirección del PP se insiste en que Rojas no es uno de los posibles delfines de Arenas, muchos en el partido lo han entendido así.
Si el Constitucional no se pronuncia en los próximos meses, y por tanto entra en vigor la incompatibilidad, deberán de salir del Parlamento todos los alcaldes, lo que le restaría opciones a otro posible sucesor, al regidor de Córdoba, José Antonio Nieto. No obstante, el propio Arenas ha comentado en privado que su elección más personal -la de los comicios de 2016- es algo que se lo va a tomar con bastante tranquilidad. "Las quinielas no van a acertar, éste es un asunto que lo van a decidir entre Rajoy y el propio Javier [Arenas], porque, además, de entenderse es que son amigos", explicaron fuentes del PP.
Los populares están elaborando varios documentos donde se recoge la nueva estrategia para los próximos cuatro años. Uno de los objetivos es mantener, si no aumentar, el poder municipal. Algunas diputaciones se consiguieron en plena marea azul antes de que Rajoy ganase las elecciones generales, por lo que no están aseguradas, y en algunas capitales habrá cambios de candidatos. En Huelva, Pedro Rodríguez ya ha anunciado que seguirá, lo que parece que no ocurrirá en Málaga con Francisco de la Torre. Sí preocupa en sectores del PP la situación del Ayuntamiento de Sevilla, donde Juan Ignacio Zoido no termina de romper su mandato con iniciativas de peso, aunque la oposición tampoco acaba de rematar. No obstante, la capital hispalense es una de esas ciudades donde un pacto PSOE-IU en las próximas municipales obliga al alcalde del PP a marcar su gestión. En las pasadas elecciones andaluzas, el PSOE obtuvo un gran resultado en la ciudad de Sevilla con Zoido encabezando la lista provincial del PP.
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