Creyentes chirigoteros
Si caminito del Falla
Los Molina dejan atrás un año "inolvidable" con el mismo estilo y una nueva idea con la que la agrupación se siente "identificada"
Un pequeño con dos coloretes en la cara toca el bombo siguiendo el compás, ese bombo que suena de manera tan característica en la chirigota de Los Molina parece que ya lo tiene más que aprendido para el futuro. Los chiclaneros han vivido un año "inolvidable", con su primera final y su tercer premio con 'Los sereníssimos' , y este concurso vienen con las mismas ganas, la misma presión y el mismo estilo "que es lo más importante", decía José Antonio García Molina mientras se maquillaba sus dos coloretes.
En La Salle Viña, la chirigota se preparaba para el debut en un ambiente familiar. Su mujeres, hijos y compañeros chirigoteros como Manolin Gálvez y del grupo de Manolo Santander, que le deseaban suerte, compartían el rato de antes con ellos. "Estamos deseando soltarlo", decía Manuel Benítez Molina, autor de la música. "Nos han pisado todos los temas", se quejaba entre bromas al darse la circunstancias de cantar el penúltimo día de esta larga preselección. "La idea es lo que tú ves", manifestaba señalando a los tipos. Los chiclaneros se presentan con 'Pa religión la mía' como devotos creyentes del Carnaval, con escapularios del Peña, de Paco Alba, de Fletilla, de Villegas y de algún maestro más, con casetes de 'Los hombres del mar' o 'Las viudas' y con un mostrador en la cintura para hacer el soniquete del 3x4 con los nudillos. "El estilo es el mismo y nosotros queríamos un tipo con el que nos sintiéramos identificados para poder defenderlo", seguía contando el autor, que firma la agrupación con letra de Francisco Javier Macías Tinoco e Iván Romero. El autor gaditano se ha incorporado este año "y ha respetado el estilo de nosotros".
Aunque se respira tranquilidad, los nervios van por dentro. "Estoy bastante nervioso, tengo hasta fatiga. El día que yo no sienta lo que estoy sintiendo ahora mismo no saldré, me iré a cantar con una callejera", confesaba José Antonio. Sus compañeros iban ensayando cosillas, calentando voces, para que nada se olvidara en escena. Y es que habían metido más de una letra a última hora. "El final del popurrí lo metimos antesdeayer, el cuplé también y hoy a lo mejor les cambio el pasodoble que vamos a cantar por otro, aunque ellos aún no lo saben", decía entre risas el músico de la chirigota.
Había muchas ganas de agradar. Tras unos serenísimos que "nos ha hecho crecer como grupo y como carnavaleros", contaban, hoy "nos van a exigir más". "Nos esperarán con la escopeta cargada pero yo estoy acostumbrado porque mi suegra la tengo siempre igual", volvía a reír. El 2016 fue "inolvidable" y tienen esperanza de que "no quede en el olvido y se puede repetir más temprano que tarde".
No hay comentarios