José Bono sobre el trasvase: "El agua y los votos no hacen una buena mezcla"
El presidente del Congreso afirma sobre el aborto que "para los obispos importa más quién la ha hecho que la propia ley"
El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, quien deja la primera línea de combate tras las elecciones del 20-N, se erigió ayer como firme defensor de la política a pesar de reconocer que "está en horas bajas". Durante el turno de preguntas de los más de 300 asistentes al Foro d Almería, el que fuera ministro de Defensa y presidente de la comunidad de Castilla-La Mancha durante nada menos que seis legislaturas hizo un análisis claro sobre la guerra del agua argumentado que "mi opinión siempre ha sido la misma y es que debe ir de donde sobra a donde falta". Como dirigente que ha sido favorable a los trasvases no entiende que sólo se apoyen en la cuenca del Tajo. "No acabaré de comprender que sólo tengamos excedentes en el Tajo", añadió, y no perdió la ocasión para criticar la tensión surgida entre algunos dirigentes del PP ahora que no se ha incluido ni una sola mención al trasvase del Ebro en el programa electoral de Mariano Rajoy. "Me ha llamado y mucho la atención que después de tanto hablar del asunto del trasvase lo dejen fuera del programa y es que los votos y el agua no hacen buena mezcla".
El dirigente socialista dejó bien claro que el día a día en el Congreso de los Diputados está muy alejado de una concepción romántica y decimonónica y los parlamentarios van convencidos de lo que tienen que apoyar, sin capacidad de variar su voto y, en este sentido, reconoció que es un sistema que se puede mejorar. En su reivindicación de reforma de la Ley Electoral argumentó que la fórmula más correcta sería unir el sistema uninominal -diputado por distrito- con el de un ámbito regional, un modelo que ya está aplicando Alemania con éxito. Y es que Bono entiende que "en la política renovar siempre, sobre todo a los que pierden elecciones porque no tienen el respaldo de los ciudadanos".
Entre las anécdotas de su paso por el Congreso de los Diputados, Bono explicó que en los cuatro años de la legislatura sólo ha tenido que llamar al orden a un diputado, cuando en las anteriores se llamaba la atención de varios en una misma sesión plenaria. "Solían hacerme caso y cuando veía a alguno muy crispado le enviaba una nota que decía: te he oído y se tranquilizaban. Es importante llegar llorado al Congreso y no tener nunca apariencia de nervios porque la manera de ser del presidente condiciona el ambiente de la sala", añadió José Bono.
El presidente de la Cámara Alta también fue preguntado por la decisión de los obispos de pedir el voto para los partidos que no apoyen el aborto. "Yo voté la actual ley del aborto, sin decir que es un derecho y un bien porque para mí es un mal y hay que limitarlo al máximo, pero la anterior ley era peor. La apoyé porque creía que iba a ser restrictiva, iban a producirse menos abortos y así ha sido". En este sentido, Bono subrayó que lo grave para los obispos no es la ley, sino quien la ha hecho", al tiempo que reconoció que uno de los pastores de la iglesia le dijo que estaba cerca de la excomunión. "Para algunos no es comprensible ser cristiano y socialista, pero si no fuera posible habría que cerrar la mitad de las agrupaciones y la mitad de las iglesias de nuestro país".
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