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Los críticos con Juan Espadas sincronizan sus relojes

 El discurso del líder andaluz ha decepcionado a los asistentes, así como su veto a la opinión de Izquierda Socialista

El congreso del PSOE en Sevilla, en directo

Foto de la delegación del PSOE de Andalucía / M.G.

El argumento es el clásico cuando se quiere evitar un debate, “ya llegará el momento”. Ya esa frase se acogían muchos socialistas andaluces de diferentes procedencias al pronunciarse sobre el futuro de su secretario general, Juan Espadas. Y muchos de ellos era la primera vez que lo hacían públicamente. A la manera de Griñán, “cuando llegue ese río, cruzaremos ese puente”, los secretarios generales del PSOE de Jaén y de Sevilla, Francisco Reyes y Javier Fernández, evitaban pronunciarse sobre su apoyo a Juan Espadas en el próximo congreso regional. Una evasiva suficientemente descriptiva en las actuales circunstancias, ya que todos los críticos con Juan Espadas han querido dejar claro que su batalla no es contra Pedro Sánchez, cuyo liderazgo no cuestionan, sino que se centra en la renovación necesaria en el PSOE andaluz.

El secretario general del PSOE sevillano, Javier Fernández, decía a un grupo de periodistas que “al día de hoy, el único candidato es Juan”, pero dejando claro que ahora es el momento del Congreso Federal. El secretario general del PSOE de Jaén, Francisco Reyes, también prefería pronunciarse a partir del próximo lunes, pero ha querido dejar claro que el principal objetivo de las elecciones primarias es “recuperar el Gobierno”. Y ponía un ejemplo, refiriéndose a las primarias que enfrentaron a Susana Díaz y Pedro Sánchez, que las ganó el actual presidente del Gobierno antes de ganar la moción de censura a Rajoy y las posteriores elecciones.

Javier Fernández y Francisco Reyes insistían en que hasta el lunes no se posicionarán, pero esto ya lleva a pensar que la continuidad de Juan Espadas está en discusión en el PSOE más allá de los círculos críticos.

A la posición de los dos secretarios generales se sumaba la de un crítico ya conocido. El onubense Mario Jiménez emplazaba a respetar los plazos orgánicos: “A partir del lunes, cuando la dirección regional convoque el proceso que corresponda, se iniciará un proceso de debate, de ideas, que culminará en un congreso con un equipo que aborde el futuro del PSOE en Andalucía, que desde mi punto de vista tiene que ser un futuro claramente con un proyecto de de izquierdas, y cien por cien andalucista”, abundaba Mario Jiménez.

Susana, y “su banquillo”

Para sumar más ruido dentro del PSOE de Andalucía, que es, por cierto, el único que está moviendo sus estructuras internas en este cónclave federal, la ex presidenta Susana Díaz también ha considerado que es el momento de dar un paso al frente. 

Y, así, pese a admitir que sigue “chupando banquillo”, abogaba por cambiar muchas estructuras internas para “fortalecer al partido” y que sea “habitable  para todos cada uno dentro de sus ideas”.

El Congreso Federal no está afianzando el futuro de Juan Espadas en ningún caso. La designación de Sevilla como sede anfitriona ha respondido a las urgencias del PSOE federal por el partido en Andalucía. La consolidación del Gobierno del PP en la Junta es una grave preocupación a la que se suma la falta de pulso en el PSOE andaluz. Pero Juan Espadas no está convenciendo. Más bien al contrario.

Mal comienzo

Inició el cónclave el viernes convocando un almuerzo con todos los secretarios generales del que fue excluido el secretario provincial de Cádiz, Juan Carlos Ruiz Boix, porque ya se había manifestado a favor de un cambio en e PSOE de Andalucía para recuperar el Gobierno andaluz. A esta reunión sí asistieron, sin embargo, algunos cargos gaditanos, como los parlamentarios Rafael Márquez e Irene García, que no apoyan a su vez a Ruiz Boix.

Una decisión incomprensible para muchos de los presentes, no sólo entre la delegación andaluza, como también lo fue su negativa a dejar opinar a la corriente Izquierda Socialista que pidió la palabra al término de la votación del informe de gestión que presentó Santos Cerdán. Su portavoz, María Isabel Andaluz, pedía más participación de la militancia y que su corriente, histórica en el PSOE, diese su valoración. No le permitió hablar. Y en un Congreso.

A esto se suma el discurso que pronunció en la mañana del sábado, largo y sin empuje, “una total decepción” para muchos de los presentes. Ya se sabe el dicho, de un congreso se sabe cómo se entra... pero no cómo se sale.

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