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“Me escapé de milagro”

Alerta por lluvias en Málaga

Los vecinos de Campillos relatan el miedo que pasaron durante una de las peores trombas de la historia de Málaga al quedar atrapados en sus viviendas y sin opción de salir de las mismas

Blas, un vecino de Campillos explica como se vivió la tromba de agua
Javier Flores

22 de octubre 2018 - 04:03

Campillos/Detrás de los fríos números de la tromba de agua están las historias. Esas que vivieron ayer los vecinos de Campillos, la zona más afectada por la tromba de agua, y de las que tardarán tiempo en recuperarse. Su alcalde de Campillos, Francisco Guerrero, solo podía mostrar su satisfacción por la llegada de los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que empezaron a colaborar con los vecinos para desalojar el agua de los sótanos y tratar de darles servicio de electricidad para que no tuviesen que pasar la noche sin luz. “Nosotros solos podríamos tardar meses en limpiar todo”, aunque ahora esperan que con la ayuda de los militares puedan llevar a normalidad mucho antes a las calles.

"Me pilló sacando el coche y me arrolló" / Javier Flores

Mientras tanto, los vecinos recordaban los momentos vividos durante la crecida. Blas explicaba como el agua había subido más de un metro de altura en una calle que tiene más de 12 de altura. “Ha sido un río de un metro de altura durante varios minutos”, explicaba este vecino aún conmocionado por la tragedia. Por su parte, Lucía relataba su particular odisea, ya que se quedó atrapada en el interior de la vivienda y su marido tuvo que reforzar la puerta para evitar que el agua entrara en su interior. “Nunca había visto una tormenta como ésta”, apuntaba. “Me tuve que subir con mis niños de uno y cuatro años a la planta superior porque la casa era una piscina”, señalaba. También reclamaba ayuda a todas aquellas personas que pudiesen colaborar en la labores de limpieza, ya que las casas tienen una gran cantidad de barro en su interior y los enseres están muy dañados. Mientras tanto, Alfonso se congratulaba de poder contar lo ocurrido, ya que, según explicó “en media hora nos llegó el agua a la cintura”.

Nunca había visto un tromba de agua así, anoche me pilló saliendo con el coche y me arrolló, aunque conseguí salir y me escapé de milagro”, indicaba Alfonso, al que el agua le subió por encima de la cintura. Ayer tenía que volver a meterse en el agua para recoger la documentación de su vehículo para el seguro, ya que el coche había quedado en mitad del torrente. “Fue un desastre, fue un visto y no visto”, explicaba Jacinto, otro vecino de Campillos que ayer tuvo que ponerse a ayudar a su hijo a limpiar la vivienda, ya que también había resultado afectada por la inundación.

Por otra parte, la gran cantidad de vehículos que resultaron arrastrados por el agua provocó que sus propietarios tratasen ayer de saber si habría manera de recuperar los perdido. Algunos de ellos quedaron inutilizados, amontonados y hasta otros cayeron a diferentes precipicios de la localidad. “Supongo que los seguros o el Consorcio se harán cargo”, era una frase que se iba repitiendo una y otra vez.

Y entre tanto daño se abrió paso la solidaridad de los vecinos, ya que una ejército de cepillos, palas, cubos y tractores se lanzaron a las calles para colaborar en las labores de limpieza entre unos y otros. Los tractores que se habían convertido en el vehículo de rescate utilizado durante la noche fueron los mejores aliados para librar del barro a las calles, además de camiones para retirar los enseres dañados. “Vamos señores, que aquí ya hay mucha gente, vamos a la otra parte”, se podía escuchar a un vecino tras la llegada de los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

"El agua entraba a borbotones" / Javier Flores

Ayer los vecinos se convirtieron en una misma mano de trabajo para ayudarse y cuidarse. “Hemos estado toda la noche llamando a una vecina mayor para saber que estaba bien, le dijimos que se subiese en lo más alto de la casa porque ella tiene una sola planta”, explicaba una mujer que junto a otro grupo trabajaba para limpiar la vivienda de este vecina. Una solidaridad que el Consistorio de Campillos pretende impulsar hoy con una reunión en la que se busca saber con qué personas se puede contar para ayudar a la población afectada.

“Nos tenemos que ayudar unos a otros”, señalaba Antonio mientras colaboraba en las labores de limpieza. Nadie pensaba en no arrimar el hombro y hasta los más pequeños ayer tomaban un cepillo para ayuda a los mayores a acabar con el barro que se acumulaba en sus casas. Mientras tanto, en la Serranía de Ronda también llegaban testimonios que relataban lo ocurrido, como el de la alcaldesa de Benaoján, Soraya García, que indicó que “hemos logrado actuar a tiempo y evitar daños personales, aunque sí hay muchos materiales. Mucho más escueto era el alcalde de Jimera de Líbar, Francisco Lobo, que se limitaba lanzar una “está todo inundado”.

"El agua ha alcanzado más de un metro de altura" / Javier Flores

La crecida del río Guadiaro anegó diversas casas de la barriada de la Estación de este localidad. Mientras tanto, en Ronda la lluvia también dejó importantes daños en algunas zonas. “Nunca había visto llover así en Ronda. Además, en el caso de la ciudad del Tajo las redes se convirtieron en una vía para expresar el pesar por los daños que el temporal ocasionó a los Baños Árabes, el monumento de estas características mejor conservado de España. “Es una verdadera pena”, señalaba Paqui desde Almería.

“Aquí había antes un jardín y ya no queda nada”, explicaba Juan mientras mostraba las imágenes de su casa en las que el agua arrasó toda la zona exterior de la misma. Una jornada histórica por los registros en la que la solidaridad fue la única bandera.

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