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El número de aves acuáticas en Doñana es el más bajo en 40 años

Medio ambiente

El censo de pájaros es un quinto del de hace sólo un año

La sequía es el principal factor de la merma de ejemplares

El parque natural atraviesa una situación crítica

Un grupo de ánsares se reúnen en una duna de Doñana.
Un grupo de ánsares se reúnen en una duna de Doñana. / José Manuel Vidal / Efe
Miguel Lasida

05 de julio 2022 - 18:20

El ánsar es una especia de aves que ha podido verse habitualmente en la marisma del Rocío, a pocos metros de la ermita, entre los caballos y las vacas de la marisma. Cada año los ánsares bajan al sur a pasar el invierno lejos del norte frío europeo, pero cada vez vienen menos. El ánsar común o ganso es una de las especies emblemáticas de Doñana. Cada año se organizan excursiones para darles la bienvenida. Los amantes de esta especie no están sin embargo de enhorabuena. La población de ánsares que inverna en Doñana no remonta el vuelo. Los biólogos califican el último dato de "preocupante". En 2020 se registró el peor dato de las últimas cinco décadas. En 2021 se ha registrado el sexto peor dato de la historia. Entre los biólogos cunde la alarma.

El caso del ánsar común es sólo una muestra de lo que sucede en el parque natural con las aves acuáticas. El informe de 2021 refleja una notable disminución de ejemplares en relación a 2020. De 470.000 individuos censados a los 87.500 de 2021, una quinta parte en sólo una año. La sequía que asola la región es el principal causante de esta acusada disminución de aves. Son los datos que figuran en el informe que presentó ayer la Infraestructura Científica Técnica Singular de la Reserva Biológica de Doñana, que gestiona la Estación Biológica de Doñana, un documento que recoge datos sobre el estado de conservación de Doñana. Las lluvias caídas este año en el Parque Natural (398 mm) son sensiblemente inferiores a las registradas en la media de los 30 años anteriores (535,8 mm) y, sin agua, no hay hábitat para las aves.

De la sequía que afecta a Doñana resulta el censo más bajo de aves acuáticas de los últimos 40 años y el segundo más bajo desde que hay registros, hace cinco décadas. "Es el periodo más largo de sequía que se ha vivido en la zona y va a tener consecuencias, pues todas las especies animales tienen un límite", ha señalado esta mañana Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana.

Sobre la escasez de agua en las lagunas temporales, que es donde se asientan numerosas especies de aves acuáticas cada año, Revilla ha aclarado que se debe a la combinación de la sequía y a "una mayor extracción del agua da lugar a que se pierdan los hábitats", dijo Revilla, quien ha explicado que, dadas las circunstancias del cambio climático y del actual periodo seco, "hay que actuar, adaptándonos a lo que nos viene". Esa adaptación implica actuaciones de "mejoras en las entradas de agua" a la marisma que están incluidas, entre otros proyectos, en el plan de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir correspondiente al periodo 2022-2027.

El director de la Estación Biológica de Doñana se detuvo en el problema que implica el empleo de agua subterránea que procede del principal acuífero del parque natural por parte de las explotaciones agrícolas. Revilla confía en que el nuevo Parlamento surgido de las últimas elecciones andaluzas no vuelva a proponer ampliar la superficie de regadíos en el entorno de Donaña. "Hay una legislación de mayor rango que lo impide", ha indicado Revilla, refiriéndose a la normativa europea y a la estatal.

El técnico de seguimiento de Procesos Naturales, Sebastián Palacios, por su parte, detalló que las aves "son muy dependientes de los regímenes hídricos y son sensibles por su estado de amenaza, como sucede con la cerceta pardilla o la malvasía cabeciblanca, que desde principios de siglo están sufriendo un declive moderado pero continuado".

Los técnicos de la Estación Biológica de Doñana destacaron además la situación crítica de un mamífero característico de España y de la marisma, el conejo. A diferencia de otras zonas de la península, la población del conejo no acaba de recuperarse a causa de la concatenación de pandemias que le han afectado –la mixomatosis y la enfermedad hemorrágica– y a las consecuencias que el cambio climático ha tenido sobre su reproducción. Los conejos son un alimento principal para aves como las águilas imperiales o el milano real, especies cuya población tampoco remonta el vuelo.

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