Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Altas temperaturas
Andalucía sufre este fin de semana la primera ola de calor del verano. El dominio de la situación anticiclónica, junto con la entrada de una masa de aire muy cálido procedente del norte de África, ha dado lugar a un aumento de las temperaturas hasta valores que pueden rondar los 44 grados en el Valle del Guadalquivir y que ha llevado a la Aemet a activar la alerta naranja en zonas de Huelva, Sevilla, Córdoba y Jaén. Esta situación se prolongará, al menos, hasta el martes.
Este calor extremo hace difícil, incluso peligroso para la salud, los trabajos al aire libre. En mayo, el Gobierno aprobó un real decreto ley que prohíbe el trabajo al aire libre con altas temperaturas. Si la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) decreta una alerta roja o naranja, las empresas con trabajadores más expuestos al calor deberán protegerlos con medidas adecuadas o, en última instancia, no tendrán permitido desempeñar sus funciones.
Según estos criterios, desde este sábado determinados trabajos deberán parar por las altas temperaturas en los puntos de Andalucía afectados por la alerta naranja.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) apuntan a que alrededor de medio millón de trabajadores andaluces podrían verse afectados por esta medida. Se trata, principalmente, de trabajadores de los sectores de la agricultura, ganadería, la silvicultura y la explotación forestal, la pesca y la construcción.
Hay que precisar que, en este cálculo, este periódico ha dejado fuera a muchos otros empleados de sectores que no constan por separado en el INE y sí son potenciales beneficiarios, como repartidores, instaladores de líneas telefónicas y de internet, trabajadores municipales de servicios de limpieza, jardinería, recogida de basuras, policía, bomberos, personal del ejército, reporteros de calle, carteros de correos o trabajadores de reparto de propaganda, por ejemplo.
Las jornadas intensivas es la principal arma con la que cuentan los trabajadores de la construcción y del campo en Andalucía para hacer frente a los frecuentes episodios de altas temperaturas en verano, ya que al desarrollar su actividad en el exterior están más expuestos a los golpes de calor y a otras patología asociadas. Por este motivo, los convenios colectivos de estos sectores productivos recogen desde hace años las jornadas intensivas en período estival para paliar los efectos del intenso calor.
Los convenios son provinciales y, por tanto, se adaptan a la climatología propia de cada zona, pero en general recogen las jornadas intensivas en verano en las obras de construcción y en todas las faenas agrícolas, ganaderas y forestales, especialmente en las recolecciones de cultivos.
De hecho, en el debate que se ha abierto a raíz del anuncio del gobierno de que prohibirá el trabajo al aire libre cuando haya alertas meteorológicas por calor, Andalucía lleva la delantera en España en protocolos laborales para combatirlo dado los registros de altas temperaturas estivales.
En Andalucía, la jornada intensiva en la construcción puede extenderse desde el 1 junio hasta el 30 de septiembre con un horario de 8:00 a 15:00 horas o de 8:30 a 15:30 horas, aunque el calendario laboral varía dependiendo de cada provincia. En el campo, se establecen jornadas en verano de seis horas y media o siete y se completa con trabajo en sábado la jornada laboral semanal o bien se adelanta la hora del comienzo de la faena agrícola
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