Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
"La derrota es un don. Los héroes nacen de ella". La frase no es de Juanma Moreno, pero el candidato del PP se dirigió el domingo por la noche en términos muy parecidos a su equipo de confianza una vez conocidos los malos resultados obtenidos en las urnas. Medio millón de votos y 17 diputados menos son un mal balance, sobro todo si se tiene en cuenta que Susana Díaz salvó los muebles con un resultado que nadie en las filas del PP aventuraba. En palabras de dirigentes de Madrid "duele más la distancia que el resultado en sí".
Nadie lo reconocerá en público, pero en privado y desde antes de la campaña se daba por hecho que el 22-M iba a ser duro. El mismo candidato lo dejó caer en un desayuno con periodistas en Málaga antes de arrancar la campaña. Otra cosa es que el ritmo de la campaña y las victorias en los debates llevasen a la ilusión de remontar unas encuestas que al final acertaron con los populares. Por eso el golpe es aún mayor. He aquí varias razones para entender lo sucedido el domingo:
Juanma Moreno apenas lleva un año al frente del partido tras su designación "digital" por parte de Mariano Rajoy. Más de un presidente provincial encajó mal su llegada y la propia Susana Díaz lo percibió con nitidez cuando decidió adelantar las urnas. Juanma Moreno se ha desgañitado en campaña señalando que él representa "un proyecto a medio y largo plazo, regenerador, centrista y reformista" y no ha dudado en admitir que su grado de conocimiento entre los andaluces era bajo. Su actuación en los debates y la campaña han mitigado algo esa realidad y le han servido para ganar fuerza dentro del propio PP andaluz. El candidato mantiene que seguirá y llegará a ser presidente, pero habrá que ver tras este año electoral si sus compañeros piensan lo mismo y logra mantenerse.
El domingo por la noche, algún colaborador cercano a Juanma Moreno se sorprendía de los resultados obtenidos por Ciudadanos: 9 parlamentarios y casi 370.000 votos. A los populares les ha salido un duro rival, que pesca en su caladero de votos y que ha concentrado el rechazo de los moderados a las políticas de Mariano Rajoy. Durante la campaña, sólo el candidato ha sabido mantener el tipo y ha rehuido las descalificaciones. Por contra, compañeros como Rafael Hernando o Antonio Sanz han sido los perfectos pregoneros de la alternativa naranja con sus descalificaciones y salidas de tono. El propio Moreno admitía en una entrevista con el Grupo Joly que "hablamos demasiado de Ciudadanos", lo que se traduce en que ha sido el PP el que le ha hecho la campaña al partido de Albert Rivera. Ahora queda ver si la fuga del domingo es puntual o si se estabiliza en mayo. Y, sobre todo, queda marcar una estrategia nítida para intentar que el electorado se entere de qué es Ciudadanos. Los votantes y el propio partido, el único que no vio el tamaño del peligro emergente.
En el entorno del candidato no ha hecho gracia que el presidente del Gobierno haya bajado en cinco ocasiones a hacer campaña, aunque nadie se atreviera a decir lo contrario al líder del partido. Juanma Moreno se ha visto en la tesitura de presumir del respaldo de los ministros populares para contrarrestar la estrategia de descrédito lanzada por Susana Díaz. A la vista de los resultados, está claro quién ha salido perdedor. Los resultados del domingo son "una patada a Rajoy en el culo de Juanma", se repite en el equipo del candidato, porque la marca PP resta ahora más que suma. La resaca del tsunami que aupó a los populares en 2011 los ha arrastrado mar adentro en 2015.
Una vez más, el PSOE ha ganado las elecciones apoyado en el voto rural y en sus provincias fetiche: Jaén, Sevilla y Huelva. El histórico agujero popular en estas zonas es la gran asignatura pendiente de un partido que gobierna al 60% de los andaluces. El PP no sabe entender la realidad de la Andalucía rural y ha tenido una especial habilidad para errar en la selección de sus candidatos. Los municipios de menos de 10.000 habitantes son una china en el zapato que nadie sabe cómo quitarse. La imagen de Juanma Moreno ha rejuvenecido y acercado el discurso a estos ámbitos, pero aún queda mucho trabajo por hacer. Porque es aquí donde reside la posibilidad de ser alguna vez gobierno.
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