Un empate capital (1-1)

RM Castilla - Real Balompédica | La crónica

La Balona no cuaja un buen partido, pero suma un punto valioso en su visita al Castilla

Leandro anota para los albinegros en su único disparo a puerta del encuentro (43')

El árbitro anula un tanto legal al madridista Miguel Gutiérrez (66')

Arribas (92') anota la igualada poco después de lesionarse Varo, el mejor

Leandro, autor del gol, pugna con un adversario
Leandro, autor del gol, pugna con un adversario / RBL
Rubén Almagro

26 de marzo 2022 - 22:02

Hay empates y empates. Unos enorgullecen. De otros hay que quedarse con su valor en efectivo. La Real Balompédica sumó en el Di Stéfano uno de esos que es difícil de calibrar. El equipo de La Línea fue inferior al Real Madrid Castilla. De hecho en algunos momentos se sostuvo en los guantes de Alberto Varo. Al equipo de casa le anularon uno de esos goles que ponen en tela de juicio al colectivo arbitral. Por su integridad o por su incapacidad, pero lo ponen. Sin embargo la Balona ganaba en el 92' en un escenario ilustre y el tanto de Arribas le priva de una victoria con tintes históricos por aquello de que no tenía precedentes. Pero vaya, que en el conjunto no hay motivos para enfadarse.

Alrededor de doscientas almas linenses acompañaron a la Balona en su visita al Real Madrid Castilla. Doscientos que empezaron con una fiesta horas antes del choque y acabaron celebrando con los jugadores en la Ciudad Deportiva del Real Madrid un empate que acerca un poquito más la permanencia. Lo mejor del encuentro, sin duda, Alberto Varo y el resultado.

Los primeros 25 minutos fueron de estudio mutuo. La Balona estaba seria, ordenada y aunque el Castilla manejaba bien el balón, no veía por dónde buscarle las cosquillas al rival. Poco a poco se fue echando en manos de David González, que comentó a intentarlo desde fuera del área con picardía y a poner a prueba a Alberto Varo, que igual no se quedaba con los balones, pero que acertaba a desviarlos todos.

A medida que pasaban los minutos cosa fue poniendo más seria. La Balona reculaba y el equipo de casa apretaba. En el 35' lanzó Arribas, interceptó el portero balono y Miguel Gutiérrez se pasó de frenada tras sortear al meta y estrelló el esférico en el lateral de la red. Al momento fue Latasa el que obligó al guardavallas balono a interceptar y el remate posterior de David González lo sacó el portero con los pies.

Parecía que era cuestión de tiempo que llegara el gol del filial blanco y fue cuando peor lo estaba pasando cuando llegó el gol de la Balona (43'). En su primer disparo a puerta. Casi el único con algo de sentido de todo el partido. Antoñito botó un córner en corto para Dorrio que la puso al área para que Leandro Martínez, viniendo de atrás, se sacase la espina de los errores de Castalia. Un tanto de esos que da la sensación de haberse ensayado mil veces.

Tras el descanso la Balona llevó el partido donde quería. Ejerció de equipo con oficio ante un rival que tiene un millón de virtudes, pero no ésa.

Y la verdad es que lo estaba conduciendo bien hasta que llegó el 66'. Álvaro la mandó dentro, Varo volvió a despejar en corto y Antonio Gutiérrez, llegando desde atrás marcó. El auxiliar del árbitro le llevó a engaño. No había fuera de juego. Ni lo parecía. Y el colegiado anuló una diana que debió subir al marcador. Hay que ser tan rotundos cuando te quitan como cuando te dan. Además, las imágenes hablan por sí solas.

Ya dijo el presidente del DUX Internacional, Stephen Newman, que no había que temer persecución alguna contra los equipos de la Asociación de clubes que comenda, entre otros, Raffaele Pandalone. Porque hay que ser sinceros, si llega a ser al revés, arde Troya. A fin de cuentas no deja de tener su morbo que un árbitro catalán se la juega al Real Madrid.

La acción cortocircuito al Castilla y reforzó en sus valores a la Balona. Que es verdad que en el apartado ofensivo no es que estuviese precisamente brillante -diríase que todo lo contrario- pero sí que le puso el amor propio, el orden y al disciplina que le caracterizan. Aunque a ratos el talento individual de sus rivales les permitiese desbordar.

Tanto frenó el juego la Balompédica que en lo que restaba hasta el 90 apenas se registró un disparo con peligro. Otra vez Latasa. Y otra vez Varo. Bueno, eso y un empellón de Jesús Muñoz a un rival cuando el balón ya no estaba en juego que hasta que el árbitro no se sacó la amarilla del bolsillo hizo temer que el castigo fuese aún mayor.

Un poquito antes de que se cumpliese el 90 Álvaro Varo se quedó en el suelo. Parecía que era un poco de paripé para ganar tiempo. Pero no, tuvo que ser relevado. Menos mal que Monteagudo aún no había hecho el quinto cambio.

Pero fue reanudarse el juego y llegó el empate. Álvaro Rodríguez le ganó la espalda a un desubicado y la metió dentro para que Arribas, después de un leve toquecito fusilase a Nacho Miras, que no había tocado el balón más que para sacar de puerta. Era el empate. En un momento muy puñetero, si. Pero injusto, lo que se dice injusto no es que fuera.

De ahí al final hubo dos acercamientos más con peligro del equipo de casa pero el marcador no se movió. La Balona sumó un punto, celebrado con su hinchada, que son cuatro en dos desplazamientos que se antojaban casi imposibles y se acerca a la permanencia. Es más momento de frotarse las manos que de entrar en más análisis.

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