Real Balompédica Linense | Segunda Federación
Y además, portería a cero
Real Balompédica Linense
Este miércoles arrancan las semifinales de la edición de la Copa del Rey que más pasión ha levantado entre los aficionados en muchísimos años. Tres de los cuatro competidores, Athletic Club, Mirandés y Granada Club de Fútbol, han protagonizado en épocas muy recientes cruces históricos con la Real Balompédica Linense. Es otra forma de jugar el torneo del KO, verla a través de los ojos de los rivales que por una u otra causa han dejado su nombre inscrito en la historia de la entidad de La Línea.
La primera de las semifinales cruzará desde este miércoles (21.00), primero en el Nuevo San Mamés y más tarde en el Nuevo Los Cármenes, a Athlétic Club y Granada. Es facilísimo vaticinar que la mayor parte de la afición albinegra estará del lado del conjunto vasco.
Fue a mediados de diciembre de 2015 cuando, después de sortear tres rondas (Recreativo de Huelva, Talavera y Ebro) la Balona se encontró con la escuadra por entonces entrenaba Ernesto Valverde. Los rojiblancos vencieron 0-2 en el Municipal y 6-0 en su estadio después de que el ahora director deportivo Ismael Chico colocase el preceptivo ramo de Flores a los pies de Pichichi.
Pero el recuerdo de aquella eliminatoria va mucho más allá de los marcadores. El trato recibido por los linenses no solo en La Catedral sino en las calles de Bilbao durante el día aún prevalece en la memoria de los que tuvieron la fortuna de estar allí.
“El fútbol, ese extraño fenómeno que moviliza a las masas, desplegó ayer toda su generosidad con la Real Balompédica”, aseguraba la crónica de Europa Sur, titulada “Y el resultado nos da igual”.
“El de La Línea, un equipo de Segunda B, cayó doblegado seis-cero (la derrota más abultada de los albinegros en Copa) a manos del Athletic, uno de los gallitos de Primera división, que logró la clasificación para los octavos de final por un cómputo total de ocho-cero. Nada que fuese previsible. Lo que convierte el partido en extraño es que el comportamiento de la afición de casa haya conseguido que el resultado quedase reducido a la condición de anécdota", continuaba.
"San Mamés se encariñó con los de La Línea, a los que arropó para suavizarles la amargura del resultado. El público, y eso está al alcance de muy pocos, entendió que el fútbol no era más que una fórmula para hermanar a dos ciudades y dos aficiones que la lógica señalaban que estaban llamadas a no encontrarse. Y, paradojas de la vida, el Athletic ocupa, desde anoche, un lugar privilegiado en el corazón de los balonos de pro”, se podía leer en la reseña de este periódico. “En medio de ese cúmulo de sensaciones hablar de fútbol resulta caso obsceno”.
Bastante menos agradable resultan los últimos recuerdos balonos con el Granada, rival del Athletic. La Balona y el Nuevo Los Cármenes tienen un divorcio casi histórico. El más doloroso, por cómo se produjo, se remonta al verano de 2006. El equipo de La Línea, con el actual entrenador del St Joseph de Gibraltar, Raúl Procopio, al frente, se clasificó para la fase de ascenso a Segunda B. En la primera ronda de un grupo en el que también estaban Guadalajara y Don Benito el rival de los albinegros fue el Granada.
Tras vencer 1-0 en la ida merced a un tanto de David Miguélez, el 11 de junio los balonos maniataron durante los primeros cuarenta y cinco minutos a un contrincante del que se escribían maravillas, pero que era incapaz de demostrarlas sobre el césped.
Al comenzar la segunda mitad el árbitro almeriense Rafael García Méndez –que años después compareció en el Municipal como delegado del Roquetas– empezó a hacer de las suyas. En el 51’ expulsó por una injustificada segunda amarilla a Antonio Merino. Y en el 75’ decretó un penalti más que dudoso y expulsó a Fede. Josemi equilibró la eliminatoria.
Por entonces Miguel Ángel Barrios cayó lesionado y fue Vázquez, un centrodelantero que había llegado prometiendo goles, el que le reemplazó en el centro de la retaguardia. Con nueve futbolistas y un buen número de hombres jugando fuera de su puesto natural, la Balompédica completó una auténtica gesta, por mucho que se quedase sin premio.
El equipo de La Línea aguantó 45 minutos (prórroga incluida) con dos hombres menos no ya sin encajar un gol, sino sin apenas pasar apuros y además se permitió el lujo de enlazar algún que otro contraataque que puso el miedo en el cuerpo a la afición local, que acabó literalmente muda, de forma que sólo se oía el grito de “esto sí que es un pedazo equipo” que llegaba de la nutrida representación de hinchas balonos, que terminaron entre lágrimas cuando el punto fatídico, que ese día lo fue más que nunca, permitió al meta Gustavo convertirse en héroe y al Granada y eliminar a la Balompédica.
La conducta de la afición local con los que se habían desplazado desde La Línea no fue precisamente la mejor.
En el otro cruce de semifinales de opa, los balonos tienen claro que su equipo es el Mirándes. Ese matagigantes al que el equipo de La Línea aplazó su ascenso a Segunda B en junio de 2008. Los albinegros empataron en la ida de la eliminatoria decisiva con un colosal gol de Copi prácticamente sobre la campana.
En la vuelta, bajo un diluvio y después de mil y una alternativas y de alguna triquiñuela del Sabio Baby para detener el partido, el choque arrojó un 3-3 que daba el ascenso a los linenses, que serían recibidos como héroes a su regreso a La Línea.
Los casi 300 linenses que se atrevieron a cruzar España para estar presentes en un Anduva bastante más rudimentario que el actual, en lo que acabó convirtiéndose en un sueño recuedan aun el cariño y el respeto de la afición de Miranda de Ebro (Burgos), que desde entonces aparece, como la del Athletic, en los altares de los hinchas albinegros.
Mirandés y Balona volverían a encontrarse, esta vez en la segunda ronda copera, el nueve de septiembre de 2011. Los que dirigía el actual preparador del Europa de Gibraltar Rafa Escobar habían eliminado al Badalona y viajaron a Miranda, donde a pesar de jugar un encuentro exquisito, perdieron 3-1. Otra vez, la conducta de la hinchada local fue irreprochable.
Se da la curiosa circunstancia de que el rival del Mirandés, la Real Sociedad, tiene su particular historia copera con el eterno rival de la Balona, el Algeciras Club de Fútbol. Los de la Menacha y la escuadra de San Sebastián se vieron las caras en dieciseisavos de final en 2013.
El el Nuevo Mirador el encuentro concluyó en empate, con goles de Griezman (58’) y Alfaro (64’). En Anoeta vencieron los donostiarras por 4-0.
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