Para empezar, un empate generoso (1-1)

Cultural Leonesa - Real Balompédica | La crónica

Basadre se entrena en el banquillo de la Balona con un punto que no disipa dudas

La Cultu dispone de las mejores ocasiones ante un rival ordenado, pero que concede

Una genialidad de Yassin Fekir a diez del final impide la derrota albinegra

Extraordinario partido de Masllorens y notable de Varo, que regresa al marco

Masllorens, el mejor de los visitantes, presiona al local Blesa
Masllorens, el mejor de los visitantes, presiona al local Blesa / León Noticias
Rubén Almagro

16 de abril 2023 - 14:41

Víctor Basadre debutó como entrenador de la Real Balompédica con un empate que, visto lo visto en el terreno de juego, no es, ni de lejos, mal resultado. Más bien todo lo contrario, tiene mucho de generoso. Un punto de esos que igual se valora más en el futuro, pero que de momento no saca al equipo de La Línea de la zona de descenso. Porque a estas alturas sumar de uno en uno igual no basta por mucho que sea mejor que perder. El resultado no disipa dudas de cara al Clásico del próximo domingo, pero que sí permite a la escuadra albinegra llegar al duelo con el Algeciras CF siquiera con una mijilla más de crédito. Ese crédito que dan los marcadores, porque otra cosa... Paradojas de la vida, el cuestionado Yassin Fekir sacó su chistera para hacer a diez del final uno de esos goles que no están al alcance de cualquiera y evitar, con eso, una derrota que hubiese provocado mucho vértigo. Exhibición de Masllorens, el mejor, de largo, sobre el terreno de juego.

El nuevo técnico balono se estrenó con sorpresas relevantes en el once. Sobre todo con la presencia de Bobby Ducan, que ya estaba como olvidado para la mayoría, como apuesta ofensiva. Un intento de rescatar al británico para este sprint final que no encontró respuesta en el futbolista.

El partido tuvo un guión casi constante. No había un dominador claro en el control del balón, pero sí en las llegadas. Veinticuatro veces lanzó el conjunto de casa al marco por seis de los visitantes. Un dato aplastante. Muy significativo.

Entre las de la Cultu, un disparo al poste, un par de paradones de Alberto Varo y algún no-remate a un metro del marco (uno de ellos a segundos del pitido final) que si hubiesen dado la victoria a los de Docampo tampoco habría que haber puesto el grito en el cielo. Más bien todo lo contrario. Pero lo cierto es que si la Balona está con dudas, el centenario rival no le anda a la zaga. Y suele pasar que en los partidos en los que hay tanto miedo, no hay ganadores. La afición local le hizo saber al palco que está cansada de todo lo que viene sucediendo en la segunda vuelta.

Si algo mantuvo la Balompédica de las etapas precedente fue el orden. Una virtud a la que algunos jugadores añadieron ese intento (porque en la mayor parte de los casos no pasó de intento) de aportar una dosis de estímulo extra que suele acompañar a cualquier relevo en el banco. Aún así el conjunto de La Línea concedió más de la cuenta en defensa. Y pudo pagarlo. En el 13' el meta albinegro sacó, a mano cambiada, un disparo de Roberto Alarcón desde la frontal que se envenenó. Y en el 21 Obolskii le ganó la espalda a la defensa, pero controló mal, Borja López se le echó encima y Varo volvió a actuar de cerrojo.

Antes del descanso solo un registro con algo de peligro por parte visitante. Un disparo del omnipresente Masllorens con todo desde la frontal al que replicó Salvi Carrasco con una respuesta de reflejos abajo.

El segundo periodo arrancó sin cambios notables, aunque con la grada local cada vez más impaciente. En el 54' Blesa se encontró solo en el segundo palo mientras Percan, que no había podido llegar al centro reclamaba penalti. El primero no atinó con el marco.

El partido entró en un periodo de más manejo que otra cosa. Con la Cultu cada vez más precipitada y la Balona sin perder sus señas. Y llegó el 69'. Un centro desde la derecha que se comió Borja López y que no supo remediar Loren, que estaba apenas a un metro para siquiera obstaculizar. Obolskii cabeceó como en los entrenamientos que se llevan a cabo sin oposición. A placer. Con opciones de sobras para marcar los tiempos. Y claro, no falló. Era el uno-cero que encendía todas las alarmas.

La Balona sintió el golpe. Estaba como noqueada. En el 72' el autor del gol volvió a intentarlo de nuevo y apareció Varo. Dos después Trigueros estrelló un disparo a quemarropa en el poste. Parecía que era cuestión de tiempo que llegase el 2-0.

Los visitantes se estaban salvando de purito milagro, mientras su preparador buscaba soluciones desesperadas con los cambios. Y fueron precisamente dos de los que ingresaron desde el banquillo los que gestaron el empate. Gerard Oliva mandó un balón dentro del área y Fekir hizo de malabarista, tocó con la cabeza, dejó caer y se marcó una vaselina que solo pueden firmar los futbolistas que son diferentes. Por eso a veces, si lo tienes, no queda más remedio que soportar sus extravagancias.

En los diez últimos minutos estuvo más cerca el 2-1 que otra cosa. Sobre todo durante el añadido. Pero el que marca los caminos del fútbol había dictaminado que la Balompédica no perdiese en el estreno de Basadre. El tiempo dirá si dejó pasar la oportunidad en el campo del peor equipo de la segunda vuelta o hizo una conquista que cuente para el futuro. Lo que queda claro es que no es un problema de entrenador: esta Balona tiene poco, muy poquito en ataque se llame como se llame el que se sienta en el banquillo. Y así lo que queda no va a ser fácil. Nada fácil.

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