O'Rei Juampe, una historia en blanco y negro

Real Balompédica Linense

El tarifeño acabó el pasado domingo, una vez más, aclamado por la afición de la Balona

En los nueve años que han pasado desde que llegó de Los Barrios ha jugado más de 250 partidos

Juampe festeja, con la camisola en la mano, el tanto del triunfo sobre el Sanluqueño
Juampe festeja, con la camisola en la mano, el tanto del triunfo sobre el Sanluqueño / Rafael Cerpa
Rubén Almagro

26 de febrero 2019 - 23:23

Llegó a la Real Balompédica en la campaña 2010-11, que se dice pronto, procedente de la UD Los Barrios. De la mano con Rafa Escobar y con meta José Manuel Camacho. Nueve temporadas en las que no importa qué estadística se consulte, porque todas garantizan que ya ha superado los 250 duelos con la guayabera albinegra y, de largo, el medio centenar de goles. Juan Pedro Rico Juampe, el futbolista que revive el éxito de sus paisanos en la década de los noventa en este mismo club, parece conocer la fórmula secreta del elixir de la eterna juventud. El pasado domingo el público del Municipal de La Línea coreó su nombre. No era la primera vez. Ni, pueden darlo por hecho, será la última.

El tanto que anotó el pasado domingo ante el Atlético Sanluqueño en el minuto 89, por su cercanía en el tiempo y porque cortaba una peligrosa dinámica, es el que ahora celebra más la afición albinegra. Pero es solo una de sus innumerables apariciones estelares en estos nueve largos años en los que se ha sentado en el vestuario del vetusto Municipal.

Una de las más recordadas, la de aquel octubre de 2015, en el partido-eliminatoria con el Ebro que abrió a los albinegros las puertas de la ronda con el Athlétic Club. El director deportivo del conjunto zaragozano, el exfutbolista Ander Garitano, lo resumió a su forma, con una media sonrisa, mientras estrechaba la mano para felicitar a un periodista linense: “Nadie nos advirtió de que teníais a Messi”, dijo.

Este periódico lo explicaba así en su crónica: “El que literalmente se puso el fútbol por montera y dinamitó al Ebro fue Juampe. El tarifeño se mofó de la lesión que viene arrastrando desde hace semanas, percutió una y otra vez contra la zaga maña y acabó por servir los dos goles que suponen la puerta hacia la gloria. Dicen los que saben de esto que los futbolistas realmente relevantes son los que aparecen en las grandes ocasiones. Por eso la añeja hinchada albinegra le despidió tras el cambio como el MVP de la eliminatoria”.

Una de las innumerables virtudes de Juampe es que ni en los éxitos ni en los momentos de zozobra se deja influir más de la cuenta por el entorno. Es de los poquísimos futbolistas que es capaz de confesar, sin que se le tuerza el gesto lo más mínimo, que las cosas no le están saliendo bien en un determinado momento. Cuando llegan los elogios no le debilitan. Y no lo hacen porque lo primero que hace es señalar a sus compañeros como responsables de los éxitos.

A nadie le amarga un dulce, pero de verdad creo que el partido del domingo no lo gané yo, fue una cuestión de todos y cada uno de los compañeros”, defiende con insistencia, haciendo valer sus galones de veterano y en clara referencia al titular utilizado por Europa Sur: Juampevictoria.

“Los tres cambios aportamos, la idea del míster de cambiarnos de banda resultó ante un rival que se estaba jugando la vida, creo nos lo merecíamos porque estábamos trabajando muy bien aunque no se estuviesen dando los resultados”, abunda el banda.

“Estas semanas atrás se nos ha criticado mucho y lo entiendo por los marcadores, pero nosotros estábamos intentándolo como siempre y la clave ha sido mantener la tranquilidad”, explica.

El futbolista, que no encuentra palabras para expresar el agradecimiento a la afición por la despedida que le tributó, asegura que la plantilla “seguirá trabajando igual” en las próximas semanas, pero sin querer fijar objetivos. "Eso cuando llegue abril o mayo y veamos en qué situación estamos", recalca.

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